El movimiento de nuestros ojos
- La prueba ADEM es una prueba práctica y no costosa que permitiría detectar deficiencias visuales y que podría aplicarse en la obtención o renovación del permiso de conducción
08 febrero 2021
No nos damos cuenta, pero que veamos bien, algo fundamental cuando conducimos, depende en gran medida de los movimientos oculares. Un estudio de un grupo de investigación del INTRAS (Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial), publicado en la revista científica Plos One, ha demostrado que puede ser viable aplicar una prueba hasta ahora utilizada en el ámbito clínico, la ADEM (Desarrollo de los Movimientos Oculares para Adultos) para detectar deficiencias visuales, tanto en la obtención como en la renovación del permiso de conducir.
Según los responsables de la investigación, esta prueba, que mide y estudia los movimientos oculares, puede ser "una herramienta práctica, no costosa y de fácil aplicación" para evaluar a los conductores y "detectar deficiencias en la eficiencia sacádica que podrían tener un efecto perjudicial en el rendimiento de la conducción".
Los conductores, mejor
La investigación quería relacionar los movimientos oculares con la conducción y valorar su importancia. Y los resultados muestran que los conductores tienen en la prueba ADEM un rendimiento "significativamente mejor" que los no conductores.
Según los investigadores, con este estudio pretendían "evaluar y comparar los resultados de los conductores y los no conductores en la prueba del ADEM, teniendo en cuenta un conjunto de parámetros de conducción (experiencia, exposición al riesgo y dificultad diurna y nocturna) y las variables demográficas (edad, género, nivel académico) como posibles predictores del rendimiento de la prueba".
Seguridad vial
Casi el 80% de la información que recibimos en nuestro día a día nos llega a través de los ojos. Cuando conducimos, ver bien resulta fundamental. De hecho, un reciente estudio realizado por expertos en oftalmología de la Universidad de Helsinki (Finlandia) muestra que casi el 24% de los siniestros viales tienen relación con un fallo de observación o pérdidas de atención visual.
Hasta ahora los movimientos oculares relacionados con la conducción no se han estudiado ni medido, entre otras cosas, porque no había una prueba que los valorara (una gold estándar). Así, la mayoría de los países solo requiere exámenes primarios de salud ocular para obtener o renovar el carné de conducir.
En esta investigación, se ha contado con 302 personas sanas (de entre 20 y 86 años), que completaron un cuestionario autoinformado y una prueba ADEM. De ellas, 214 eran conductores (el 70,9%).
Apenas los percibimos, pero son los movimientos oculares los que nos permiten observar tanto objetos estáticos como en movimiento. Tal y como indica su nombre, son los movimientos que realiza cada ojo por separado.
Están controlados por tres pares de músculos: los rectos medial y lateral, los rectos superior e inferior y los oblicuos superior e inferior. Muchas veces, los problemas visuales se ocasionan por una mala coordinación al realizar los movimientos oculares.
Los movimientos oculares se clasifican en tres tipos:
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Movimientos sacádicos. Son los movimientos rápidos e intermitentes que realizan los ojos y que nos permiten ir completando con la mayor nitidez posible la escena que estamos viendo. Sacádico hace referencia a una "sacudida brusca", por eso no nos damos cuenta de que se produce.
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Movimientos de fijación o seguimiento. Gracias a ellos podemos seguir viendo los objetos que se están moviendo.
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Movimientos de convergencia. Son movimientos coordinados que permiten desviar de forma simultánea el punto de visión. De esta forma, podemos seguir enfocando objetos aunque se alejen o acerquen.
Todos estos movimientos están relacionados unos con otros. Por ejemplo, cuando leemos, hacemos movimientos muy rápidos por encima del texto (sacádicos) y pequeñas paradas para leer y entender cada palabra (fijación).