¿Presencial o virtual?
- Formación obligatoria y a lo largo de toda la vida, nuevos exámenes y contenidos diferentes y más concienciación son algunos de los cambios propuestos
- Sobre la mesa también estuvo el debate de si es necesaria la presencialidad en la formación vial
05 marzo 2021
"Retos y desafíos de la formación vial" fue el título de la jornada que organizaron FESVIAL (Fundación para la Seguridad Vial), AESLEME (Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal) y la Fundación Mapfre para debatir propuestas para el futuro. Se recordó que "la seguridad vial no es una opción, la seguridad vial es un derecho" (Declaración de Estocolmo, febrero 2020).
Todos los ponentes destacaron que el actual momento ofrece una oportunidad única para introducir los cambios necesarios. También estuvieron de acuerdo en la necesidad de plantear una reforma integral del sistema actual porque, tal y como apuntó Luis Montoro, el objetivo no debe ser formar conductores, sino "personas que van a circular con la máxima seguridad".
El director general de Tráfico, Pere Navarro, fue el encargado de abrir la jornada. Durante su intervención, aseguró que es el momento de trabajar en el binomio educación-formación y de incidir en la "parte humana de la movilidad". Según explicó, este es el momento idóneo para hacerlo porque se está elaborando la estrategia de seguridad vial del próximo decenio y actualizando las directivas europeas relacionadas con los permisos de conducción. Insistió en que la formación vial debe comenzar en las escuelas y destacó los buenos resultados de los cursos de recuperación de puntos o de conducción segura. El siguiente hito, anunció, el grado de formación profesional en seguridad vial y movilidad.
Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, también reclamó una reforma integral del actual modelo, con formación obligatoria, nuevos exámenes, con un mayor peso de la concienciación y con nuevos contenidos (por ejemplo, sobre los asistentes de conducción). También propuso destinar a la formación un porcentaje del dinero que se obtiene de las multas por las infracciones de tráfico.
¿Presencial o digital?
Miguel González-Gallarza, de la Plataforma de Autoescuelas Digitales (PAD), puso sobre la mesa el reto de la digitalización. Tras afirmar que el actual modelo de formación no funciona, señaló que es necesario evolucionar hacia otro sistema que enganche, sobre todo, a la llamada generación Z, esos jóvenes que nacieron y crecieron con el teléfono móvil inteligente en la mano. Estuvo de acuerdo en que el camino es la concienciación, pero insistió en que no necesariamente tiene que ser de forma presencial.
Por parte de CNAE (Confederación Nacional de Autoescuelas Españolas), su presidente, Enrique Lorca, propuso cambios en el examen teórico (superar el actual modelo memorístico, por ejemplo) y también en el práctico (con clases específicas y obligatorias para aprender a conducir de noche o en vías interurbanas). Añadió que todo el mundo conoce la norma, pero muchas veces no se respeta. Por eso, es muy importante la concienciación y las clases presenciales: "Invertir en educación y concienciación es invertir en vidas".
Por su parte, Pedro Cifuentes, profesor de Formación Vial, subrayó la importancia de la formación para lograr una movilidad segura. También planteó una reforma de los exámenes para obtener el permiso de conducir y propuso incluir esta materia como obligatoria en los planes de estudios de Primaria y Secundaria.
Todo el ciclo de la vida
El presidente de FESVIAL, Luis Montoro, aseguró que la mayor parte de los accidentes se deben a un fallo humano, por lo que la clave está en mejorar la formación de los conductores. Comentó que tenemos vehículos inteligentes y unas infraestructuras "brutales", pero los conductores no parecen están en esa misma línea. En este sentido, defendió que la formación sea obligatoria (en este momento, lo único obligatorio es pasar el examen) y que la formación se dedique a explicar los motivos que han llevado a implantar esa norma. En su opinión, la clave es trabajar "los comportamientos" y eso es algo que solo puede hacerse en las aulas, de forma presencial.
Mar Cogollos, directora de AESLEME, señaló que la educación vial debe impartirse durante todo el ciclo vital de una persona. Dijo que, antes de poder conducir un vehículo, todas las personas deberían haber asistido a unas horas obligatorias destinadas a la percepción del riesgo y al cambio de actitudes al volante.
En la segunda mesa de la jornada, participaron Sonia Díaz de Corcuera, directora de Tráfico del Gobierno Vasco, Juli Gendrau, director del Servei Català de Trànsit, y Juan José Matarí, presidente de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados.
Matarí subrayó la necesidad de que la seguridad vial sea una prioridad en la agenda política y recordó que un tercio de las acusaciones penales se deben a delitos viales. También señaló que el nuevo modelo de formación debe incorporar tanto presencialidad como nuevas tecnologías.
Díaz de Corcuera y Gendrau señalaron que la clave del futuro está en garantizar la convivencia entre los vehículos y los colectivos más vulnerables, por lo que es necesario revisar los actuales programas formativos. Ambos pusieron el acento en la formación continua y en la recuperación de la presencialidad.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, fue el encargado de clausurar la jornada. Durante su intervención, hizo hincapié en que debemos caminar hacia un sistema seguro de movilidad, en el que la formación tiene que jugar un papel clave, desde la escuela y a lo largo de todo el ciclo de la vida.
Según apuntó, "la formación vial es una herramienta de eficacia contrastada que nos permitirá modificar en el medio-largo plazo el comportamiento de los usuarios y fomentar conductas más seguras”. También destacó el papel de la sociedad civil, colaboradora necesaria para conseguir el sistema seguro.