El Covid dispara los intentos de engaño al seguro
- Más de la mitad de los defraudadores afirman que lo hicieron por la situación económica derivada de la pandemia
31 enero 2022
Varón de entre 18 y 24 años desempleado o con trabajo precario, o con los 40 cumplidos y con dificultades económicas agravadas por la pandemia. Este es el perfil del defraudador que identifica el VI Barómetro del fraude al seguro de los años 2019 y 2020 elaborado por Línea Directa. El estudio analiza la actividad aseguradora de la compañía en autos y hogar, aunque es el primer capítulo el que registra el mayor índice de intentos de engaño, en concreto dos de cada tres. En el periodo analizado se estima que casi siete de cada cien partes de vehículos fueron falsos, lo que supone un aumento del 21% respecto al anterior barómetro.
Mar Garre, directora de Personas, Comunicación y Sostenibilidad de la compañía, ha afirmado que las cifras de fraude representan "un récord absoluto" desde que iniciaron estos informes en 2009, año en el que porcentaje de partes falsos fue del 1,8%.
La contrapartida es que el importe medio de intención de estafa al seguro del coche bajó a 1.130 euros en 2020, un 13% menos respecto al año anterior y el coste más bajo desde 2013.
En cuanto al tipo de engaños, el informe indica que también ha descendido la tentativa de fraude en daños corporales por un siniestro de tráfico, hasta un 11,6%, en su mayor parte por simular lesiones o fingir que son más graves. El 88,4% restante se corresponde con estafas por daños materiales al incluir en el parte desperfectos que no han ocurrido durante el accidente.
Mal momento para las mafias
Las redes organizadas que tratan de estafar a las compañías de seguros han acusado también el confinamiento y su actividad se ha visto afectada. Según el Barómetro, se han identificado 74 mafias en 2020 y 111 en 2019, cifras alejadas de las 123 registradas en 2018.
Estas redes suelen ser de dos tipos: las que simulan siniestros y las que los causan implicando a terceros inocentes. El análisis de la aseguradora indica que presentan una estructura muy jerarquizada y una cúpula muy pequeña, y que reclaman principalmente indemnizaciones por daños corporales debido a su mayor importe, siete veces superior al de otros intentos de fraude. Su “modus operandi” suele ser el llamado “fraude en carrusel”, en el que estas organizaciones van estafando a distintas aseguradoras de forma sucesiva.
Según Garre, "en muchísimas ocasiones detrás de esos intentos de fraude hay auténticos delincuentes y mafias organizadas que resultan muy peligrosas”. También han detectado prácticas que lo que pretenden en ocasiones es "blanquear" dinero de "otro tipo de delitos" vinculados con el tráfico de armas o la prostitución.
Infografía fuente: Línea Directa Aseguradora, VI Barómetro de Fraude al Seguro
Aceptación social del fraude
El barómetro se ha completado con una encuesta a nivel nacional a 1.700 personas realizada por la consultora MDK que concluye que el fraude está mal visto en general, pero hay "luces y sombras", según Garre. Esto obedece a que un 37% de los conductores justifica que en algunos casos pueda engañarse a la compañía. Por ejemplo, siete millones de conductores lo harían si supieran que no van a ser descubiertos.
Por otra parte, 3,3 millones de conductores reconocen haber facilitado información falsa al seguro y más de la mitad (el 51,5%) no se arrepiente de ello. La controvertida situación económica en el 34% de los casos, la clásica picaresca española (25%) y considerar que las aseguradoras son caras (14%) son las razones aducidas para justificar el fraude. Además, el 55% de los defraudadores admitieron que la pandemia es lo que les llevó a ello.
Un dato especialmente llamativo es que 3 de cada 4 españoles estaría dispuesto a denunciar a otra persona que comete fraude a la compañía de seguros a cambio de un beneficio económico.