Las conductas que no tienen gracia
- Está claro que ciertas conductas al volante no tienen ninguna gracia. Por el riesgo para los descuidados/infractores y por el peligro para los demás usuarios de las vías
02 julio 2013
Lo escribió Manuel Alcantara: "La carretera es el único pecado nuevo que hemos inventado durante este siglo". Quizá sea exagerado, pero lo cierto es que el automóvil es poliédrico. Me explico: nos facilita una maravillosa movilidad, asequible casi para todos, riqueza, investigación, trabajo, I+D… pero también es desazón, desasosiego y hasta un quebradero de cabeza para quienes luchan en todo el mundo contra la siniestralidad. Un auténtico caramelo envenenado de los países desarrollados cuyos males inherentes hay que cauterizar, por mucho que se estén taponando, como evidencian las rebajas sustanciales en los últimos años en la accidentalidad, por ejemplo, en nuestro país. Por eso, en estas semanas en las que se han dado a conocer algunos estudios, cifras, investigaciones en las que se reflejan cifras que radiografían nuestra realidad sobre el asfalto, cabe plantearse algunos cambios.
Hemos dejado de hacer ciertos chistes machistas sobre las mujeres, abrumados por la ola de maltratos, pero quizá en otros terrenos falta dar un paso adelante. Por ejemplo, en la carretera. Dejar de tomarnos a broma otras cosas que también tiene detrás mucho dolor y mucha tragedia humana. Podríamos citar a quienes se “olvidan” del volante (54%) para manipular elementos del vehículo como el GPS. O a los conductores (46%) que reconocen hablar por teléfono o twitear mientras conducen, cuandos el año pasado la salida de la vía, muy relacionada con las distracciones, fue la causa de 541 accidentes mortales… O aquellos que se saltan a la torera la inspección de la ITV: el último año, el 16% tenían problemas de freno, el 5% en la dirección, el 21% en las ruedas... Es decir, coches peligrosos. O los talleres que te cambian por horas los neumáticos para que el conductor pase la prueba del algodón y luego calce gomas tan inservibles como suicidas. O los que todavía no se ponen el cinturón; o ante los resultados de los últimos crash-test de sillitas infantiles, que suspende a la mitad; o los padres que irresponsablemente llevan a sus hijos sin sujeción; o a quienes siguen despreciando los riesgos del alcohol al volante, pese a estar presente en un tercio de los accidentes mortales; o las drogas, que aumenta entre 2 y 7 veces el riesgo de sufrir un accidente. Está claro que ciertas conductas al volante no tienen ninguna gracia. Por el riesgo para los descuidados/infractores y por el peligro para los demás usuarios de las vías.
Menos mal que son pocos, una minoría, los “graciosos” y los que se ríen de estas cosas… Como dijo Jean Paul Sartre, “nadie debe cometer la misma tontería dos veces, la elección es suficientemente amplia”. El problema es que algunos repiten..