“Hay que reducir el abuso del automóvil”
- "La fuerza de las medidas de urgencia es visibilizar el problema, hacer cómplices a los ciudadanos"
10 diciembre 2015
Mas allá de las esperables críticas vinculadas a aspectos comunicativos y operativos sobre la puesta en marcha del protocolo por parte del Ayuntamiento de Madrid, la sensación mayoritaria es la de que “algo hay que hacer”. La fuerza de las medidas de urgencia aplicadas en episodios de severa contaminación radica en visibilizar el problema, hacer cómplices a los ciudadanos en su solución, dejar claro el compromiso del Ayuntamiento por actuar y hacer pedagogía.
Las medidas actualmente incluidas en el protocolo sirven para reducir la contaminación si se aplicaran de manera permanente, pero cuando se aplican, una vez alcanzados los niveles de actuación que marca el protocolo, es porque ya hay una acumulación muy alta que viene de días atrás. En estos casos, lo más que se puede hacer es reducir un poco las emisiones que se producen cada día aplicando estas medidas, pero los niveles seguirán estando altos mientras no se renueve el aire y/o llueva. La única solución para evitar que estos episodios se repitan en el futuro pasa por reducir la contaminación estructural que padece Madrid, y otras ciudades, o lo que es lo mismo: trasvasar parte de los desplazamientos realizados en coche y moto al transporte público o los modos no motorizados, para reducir tanto el excesivo uso del automóvil, como el millón de coches que cada día entran a Madrid.
Y esto requiere actuar y no excusar de la inacción al clima, a que ”la gente no quiere estas medidas” o al polvo sahariano, como estábamos acostumbrados a escuchar hasta el momento. La efectividad y necesidad de estas medidas es por tanto la de servir de trampolín para acometer otras más ambiciosas de tipo estructural en el medio y largo plazo, único remedio para evitar que, cuando llegue otro anticiclón, se dispare la contaminación.