Educación y formación
- No hubo multa, solo advertencia. Fue suficiente. El coche de mi compañera circuló el resto de las vacaciones a la velocidad adecuada. Se llaman paneles pedagógicos.
01 octubre 2019
Una de mis compañeras ha pasado unos días de vacaciones en Francia y a la vuelta nos ha contado la sorpresa que se llevaron ella y su marido cuando circulando por una autovía del país vecino, vieron en uno de los paneles informativos “0000XXX Trop vite” (su matrícula acompañada de dos palabras: demasiado deprisa.). “Pero íbamos solo un poco por encima de la velocidad permitida”, aclara inmediatamente. No hubo multa, solo advertencia. Fue suficiente. El coche de mi compañera circuló el resto de las vacaciones a la velocidad adecuada. Se llaman paneles pedagógicos.
Otro de mis compañeros me cuenta que, también este verano, enseñó a su padre (87 increíbles años) a utilizar una de las aplicaciones más comunes que nos indica la mejor ruta hacia nuestro destino. Explica que le tranquilizó mucho, que le redujo el estrés que le produce el no saber cómo llegar y le permitió centrarse más en la conducción. Y, sobretodo, le maravilla lo rápido que le redirecciona si se equivoca. Se llama formar a los conductores en nuevas tecnologías.
Asimismo, en este número incluimos un reportaje sobre cuatro experiencias educativas impulsadas por profesores que utilizan los contenidos de nuestra revista para concienciar a sus chavales (pags. 46-47). A todos ellos, nuestro reconocimiento por su labor educativa; y nuestra gratitud, por contribuir a la difusión de nuestras informaciones. Se llaman actividades educativas.
Son solo unos ejemplos de cómo la formación y la educación son las mejores ‘armas’ y que cuando la sociedad se implica, la sociedad funciona.