Los primeros 65 años
- La transformación de España y de la sociedad en estos años ha sido radical, incluida la seguridad vial.
20 junio 2024
Los aniversarios sirven para echar la vista atrás y reflexionar sobre lo que hemos vivido, cambiado o conseguido a lo largo de los años. Y eso es lo que hemos intentado hacer con el suplemento especial que acompaña a este número de la revista, dedicado a conmemorar el 65 aniversario de la Dirección General de Tráfico (DGT) y de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC).
Ambas se crearon en 1959 (la primera, el 30 de julio; la segunda, el 26 de agosto) ante la necesidad que vio el legislador en ese momento de hacer frente al “problema del uso de la carretera”, porque al seguir “una línea progresiva de agravación”, se imponía “tanto prever su segura evolución como adoptar soluciones adecuadas a la presente realidad”. Así consta en la Ley 4/1959, de 30 de julio.
Han pasado 65 años y es verdad que la España de entonces nada tiene que ver con la de ahora. Por ejemplo, ese año de 1959, la población española era de 30,3 millones y había registrados más carros (1.109.473) que vehículos a motor (859.206), todos circulando por los 60.000 kilómetros de carreteras que había. Se produjeron 27.079 siniestros de tráfico, en los que fallecieron 1.678 personas y 25.246 resultaron heridas. En 2024, la población española supera los 48,5 millones de habitantes, mientras que el parque de vehículos llega a los 35,6 millones de unidades, que recorren los 165.935 kilómetros de carreteras que existen. Según el balance de 2022 (último año con datos consolidados), se produjeron 97.916 siniestros, en los que perdieron la vida 1.746 personas y 127.830 resultaron heridas de mayor o menor gravedad.
Como vemos, la transformación de España y de la sociedad en estos años ha sido radical en todos los aspectos. También en lo referente a la seguridad vial, ya que se han tomado decisiones y aprobado leyes que han permitido reducir las cifras de siniestralidad vial: la implantación de límites de velocidad, la instalación de radares, la obligatoriedad del cinturón de seguridad en los coches y el casco para las motos, la prohibición del móvil, el permiso por puntos o la reforma del Código Penal, entre otras.
Porque, si algo ha permanecido inalterable es el objetivo que se fijó en 1959 tanto para la DGT como para la ATGC, que ha llegado hasta 2024 y que continuará en el futuro: reducir las muertes en la carretera. Este ha sido, es y será el compromiso de ambos organismos: el primero, ejerciendo su papel regulador y escuchando a las víctimas; el segundo, vigilando que las vías por las que transitamos sean cada vez más seguras.