Un proyecto de país
- El compromiso con la seguridad vial es una tarea en el que nos debemos implicar como sociedad.
26 marzo 2024
El objetivo para los próximos años continúa siendo el mismo, reducir el número de víctimas de la carretera; aunque a corto plazo, el foco deba centrarse en los motoristas (único colectivo cuya siniestralidad lamentablemente se mantiene al alza) y en los avances tecnológicos aplicados a la seguridad vial, que ayudarán a minimizar los errores humanos, también en la carretera. Los asistentes de conducción (ADAS) son ya una realidad que incorporan muchos vehículos; la conectividad permitirá el flujo de información entre el vehículo y la infraestructura, y la conducción autónoma supondrá ya el salto definitivo. De forma paralela, también se avanza hacia una mayor sostenibilidad medioambiental, con nuevas normas (algunas de ellas ya en tramitación parlamentaria), porque la movilidad sólo será segura si también es sostenible.
Eso es lo que deberíamos alcanzar, pero quizá no se destaca lo suficiente lo que ya hemos conseguido en materia de seguridad vial. Muy lejos está ese 1993, en el que 6.378 personas perdieron la vida en un siniestro vial y la tasa de fallecimientos por millón de habitantes era de 162. En 2022, se registraron 1.746 víctimas del tráfico, mientras que la tasa de fallecimientos por millón de habitantes fue de 37. Antes mirábamos (con admiración) hacia los países escandinavos y Alemania. La realidad es que hoy España tiene cifras muy similares. Estos datos nos permiten cierto optimismo, pero nunca satisfacción porque aún queda mucho camino por recorrer, para lo que se sigue necesitando la implicación de toda la sociedad (Administraciones, clase política, ciudadanía, víctimas, etc.) porque la política de seguridad vial debe formar parte del proyecto de país en el que queremos vivir. Evitar la muerte de más de 1.000 personas cada año es una meta que merece la pena alcanzar.
No obstante, condición indispensable para lograr ese objetivo es contar con los medios necesarios. Que la DGT tenga, en estos momentos, vacante el 52% de la plantilla afecta directamente a los servicios que presta (tal y como destaca Pere Navarro en la entrevista que se publica en este número). Lo más visible de la DGT son los balances periódicos de siniestralidad de vial, pero detrás hay mucho más. Por ejemplo, en 2022, en España había 37,5 millones de vehículos y 27,6 millones de personas con un permiso de conducir (incluidas las licencias), y, en total, se impusieron 5,5 millones de sanciones. Estos datos dan idea de los millones de trámites (exámenes, cambios, compra-venta, canjes, etc.) que es necesario realizar cada año, unos trámites de los que dependen, no solo la trayectoria vital de muchas personas, sino también que nuestras carreteras sean cada vez más seguras. Garantizar la adecuada tramitación de esas gestiones es otra parte fundamental de las políticas de seguridad vial.