Los sedantes, tercera droga al volante
- Los sedantes provocan sueño y reducen los reflejos, efectos fatales para la conducción
01 marzo 2013
Paro, desahucios, crisis, problemas económicos… Estos conceptos aparecen a diario en los medios de comunicación y angustian a muchos españoles. Y eso tiene consecuencias. Una de ellas la desveló la última Encuesta sobre Alcohol y Drogas en la Población General en España (EDADES) realizada por el Ministerio de Sanidad: el consumo de fármacos hipnosedantes –también de somníferos y tranquilizantes– se ha duplicado en España, pasando del 5,1% en 2005 al 11,4% en 2011. Así, los medicamentos hipnosedantes son ya la tercera droga más consumida en España, solo por detrás de alcohol y tabaco (76,6% y 40,2%) y por delante de cannabis (9,6%), cocaína (2,3%), éxtasis (0,7%), anfetaminas (0,6%)…
Alteran la conducción
Los hipnosedantes se recetan para dolencias relacionadas con ansiedad y depresión. De hecho, hay tres grupos de medicamentos (ansiolíticos, hipnosedantes y somníferos y tranquilizantes) que se prescriben según la afección, síntomas que aparezcan y la especialidad del médico que la trate… Y estas dolencias están relacionadas con el fracaso social que supone la crisis y sus síntomas (cifras de paro, alto desempleo juvenil, familias sin subsidios, desahucios, EREs, despidos…) que las personas sienten como amenazas. Pero también tienen una influencia sobre la conducción y sobre la propia vida de quien los consume, en especial si abusa de ellos. Hipnosedantes, ansiolíticos y antidepresivos influyen sobre el Sistema Nervioso Central, afectando a la atención, la concentración, reduciendo los reflejos y provocando somnolencia… Estos síntomas son especialmente peligrosos para conducir y, mezclados con alcohol, se potencian. De hecho, el Instituto Nacional de Toxicología, que realiza autopsias de los conductores y peatones fallecidos en accidentes de tráfico, ha detectado que la presencia de psicofármacos se ha duplicado: del 5,5% en 2005 al 9,5% en 2011.