Nieve y hielo: No perder el agarre
- Limita la visibilidad mientras cae y la adherencia, sobre todo si se hiela. Cuando se congela la propia humedad, el peligro se hace invisible
28 noviembre 2016
La nieve es el fenómeno meteorológico más llamativo de todos. No es habitual que llegue a cubrir nuestras ciudades y sus vías de acceso, aunque sí tiene presencia en las carreteras de zonas montañosas o altas y frías. Por ello, la accidentalidad es baja, aunque suele provocar importantes contratiempos que solo es posible solucionar con la intervención de las máquinas quitanieves y la extensión de fundentes. Si cada conductor lleva cadenas en el maletero y las instala en caso necesario, se reducen los inconvenientes.
Nieve: menos visibilidad, menos adherencia
Riesgos
- La nieve oculta las señales y marcas viales, también reduce la visibilidad del conductor y puede producir sensación de mareo.
- Con los primeros copos la calzada se vuelve muy deslizante; y, a medida que crece el espesor, las dificultades aumentan y no podrá circular si no lleva cadenas.
Cómo actuar
- Reduzca la velocidad, encienda el alumbrado de cruce y aumente la distancia de seguridad.
- Circule por las rodadas de otros vehículos y evite manejar con brusquedad el volante, el acelerador y el freno. Para iniciar la marcha no acelere, suelte suavemente el pie del acelerador.
Hielo: el peligro invisible
El hielo es menos llamativo que la nieve, pero resulta más peligroso ya que, habitualmente, no se detecta hasta que no se pisa una placa.
Riesgos
- La adherencia de un vehículo sobre el hielo es crítica, mucho menor que sobre nieve.
- El hielo suele ocultarse en umbrías, resguardos orientados al norte y puentes sobre ríos.
- Al derretirse la nieve, el agua que se desliza por el asfalto en las zonas peraltadas puede helarse al caer la noche.
Cómo actuar
- Reduzca la velocidad y extreme la suavidad de movimientos al actuar con el volante, el freno y el acelerador.
- Si su coche mide la temperatura externa, manténgase alerta y desconfíe cuando se sitúe a partir de 3 grados sobre cero, que es cuando comienza a helar.
- Si pisa una placa de hielo, levante suavemente el pie del acelerador y trate de controlar la trayectoria con movimientos suaves del volante; y si debe frenar, hágalo también con suavidad (salvo que lleve ABS, con el que puede frenar a tope) para no bloquear las ruedas.
Las cadenas se colocan en el eje de tracción. Las textiles se acoplan a la rueda como una funda, pero para cubrir la parte del neumático que se apoya en el suelo, deberá avanzar media vuelta de rueda.
Para las metálicas:
• Desabroche el aro rígido e introduzca un extremo por detrás de la rueda, deslizándolo por el suelo.
• Tome los dos extremos, compruebe que ningún trozo de la cadena queda aprisionado por la rueda, cierre el aro interior y céntrelo bien por detrás del neumático.
• Cierre el anillo exterior y centre el conjunto de la cadena sobre la zona de rodadura y flancos del neumático.
• Apriete con el tensor y enganche el sobrante de la cadena para que no golpee en el paso de rueda.