Las tecnologías, al rescate
- Las tecnologías que equipan muchos coches pueden contribuir, en gran medida, a reducir el número de siniestros o su gravedad, pero no son ‘milagrosas’. Tienen límites.
28 noviembre 2016
Las nuevas tecnologías se han convertido en un gran aliado para los conductores cuando se cometen errores, cuando el coche pierde estabilidad, cuando el frenado se convierte en un problema, cuando las luces se hacen más que imprescindibles por la falta de visión... Estos son los sistemas importantes para que el coche ‘sortee’ las inclemencias del tiempo.
- ABS, antibloqueo de ruedas. Si en una situación de riesgo es necesario hacer una frenada de emergencia, el ABS impide que las ruedas se bloqueen y, por tanto, agravar la situación de descontrol del coche. Permite al conductor mantener elcontrol sobre la dirección del coche. Ya hay vehículos que incorporan un sistema con dispositivo de asistencia en la frenada, que permite acortar el tiempo de reacción.
- ESP, más estabilidad. Según los expertos, el ESP es, tras el cinturón de seguridad, el dispositivo con mayor potencial de salvar vidas. Actúa conjuntamente con el ABS y corrige las pérdidas de control producidas por derrapes: hace frenar cada rueda de forma individual, en función de las necesidades de estabilidad, para que el vehículo mantenga la trayectoria correcta.
- ACC, control de crucero. El Control de Crucero Adaptativo frena o acelerar el coche de forma autónoma para mantener la distancia de seguridad, más necesaria que nunca en la conducción invernal para evitar accidentes o, en el mejor de los casos, alcances. Naturalmente, no impide que el conductor intervenga tanto sobre el freno como sobre el acelerador.
- ASR, control de tracción. Arrancar el coche en determinadas situaciones puede ser una tarea complicada. Por ejemplo, en suelos deslizantes, como cuando estamos sobre hielo, nieve… Y mucho más complicado si ha dejado el coche en pendiente. Este sistema permite que las ruedas no patinen y pueda salir del apuro.
- FRENADA EMERGENCIA, un aviso. Si el conductor se despista o la visibilidad le impide ‘detectar’ un coche o un conductor que se cruza, el sistema actúa y avisa/frena el vehículo para evitar males mayores.
- NEUMÁTICOS INVERNALES. Sin cadenas. Estos neumáticos, fabricados con un compuesto diferente, dibujos, elementos que ayudan al agarre en situaciones complicadas de nieve o hielo, permiten un uso normal del vehículo pero con una agarre importante en suelos deslizantes. Pueden ser muy útiles en determinadas zonas.
- LUCES ADAPTATIVAS. Pueden ser de Xenón o LED, pero estos faros proporcionan una notable mejora para los conductores. Llevan una vídeo-cámara que mide la luminosidad ambiental y calcula la distancia con otros vehículos y activa las luces que proporcionen mejor visión al conductor. Llegan a actuar en función de la climatología, velocidad, el estado de la carretera…
- MANTENIMIENTO DE CARRIL. Antidespistes. El coche lleva una cámara que ‘vigila’ que el coche se mantenga dentro del carril; si el conductor se descuide y se sale, reconduce el vehículo. Y si intenta cambiar sin utilizar el intermitente, avisa.
Las tecnologías que equipan muchos coches pueden contribuir, en gran medida, a reducir el número de siniestros o su gravedad, pero no son ‘milagrosas’. Tienen límites: ni los neumáticos invernales son capaces de no derrapar si la velocidad es excesiva, ni el ESP evitará la pérdida del control si la maniobra es muy severa, ni un sistema de mantenimiento del carril corregirá una maniobra muy brusca y a gran velocidad, ni la frenada de emergencia evitará que el coche frene a tiempo si se ha pasado pisando el acelerador. Conductas inadecuadas al volante anulan en gran medida la efectividad de las tecnologías más avanzadas.