Derecho a un Vehículo Seguro
- Derecho a conducir vehículos construidos para proteger la vida y respetar el medio ambiente
02 diciembre 2018
En 1978 había en España 9 millones de automóviles, el 90% se movía con gasolina y solo el 10% era diésel. Ese año se matricularon 800.000 vehículos y había un turismo por cada 6 habitantes. En 2017, el parque móvil roza los 33 millones (44% gasolina, 56% diésel), se matriculan 1,7 millones de automóviles y hay un coche por cada dos habitantes. En este tiempo los automóviles han evolucionado incluso por delante de la normativa: el cinturón de seguridad se instaló en 1959 y no fue obligatorio hasta 1975. Los coches son cada vez más seguros –en 1981 el primer Mercedes equipaba un airbag hoy existen modelos con hasta 14 airbags–, mejor equipados y más tecnológicos, más potentes y menos contaminantes. Y, paradójicamente, también más envejecidos. El último gran avance, la conectividad, les otorga la capacidad de procesar millones de datos para anticipar los riesgos al conductor. Y nos pone a las puertas del que será el próximo hito en la movilidad: la conducción autónoma.
Del cinturón al eCall
Vehículos cada vez mejor equipados y conductores y pasajeros cada vez más y mejor protegidos. La evolución de la seguridad –activa y pasiva– en los vehículos de serie ha sido una gran conquista de la seguridad vial en las últimas cuatro décadas. En los años 90 se hizo obligatoria la instalación de los cinturones traseros en los vehículos. Con el nuevo siglo, los vehículos nuevos deben equipar asistencias electrónicas: ABS desde 2003, airbags frontales (2006), luces de conducción diurna (2011), ESP (2016)... Las nuevas normas de seguridad también han afectado a autobuses –cinturones de seguridad para los pasajeros– y motos –ABS de serie en motos nuevas–. El último paso en esta evolución se ha dado este mismo año, con la norma para la instalación obligatoria de la llamada de emergencia (eCall) en todos los coches nuevos, un sistema que salvará 2.500 vidas al año y reducirá un 15% las secuelas de los heridos en accidentes de tráfico una vez generalizado.
Un parque móvil más moderno
(Pinche en la imagen para acceder a la infografía)
Hace 40 años circulaban en España casi 9 millones de automóviles, la mayoría de los cuales estaban dotados con poco más que cinturones de seguridad en los asientos delanteros (donde son obligatorios desde 1975). Actualmente el número de vehículos en nuestras carreteras sobrepasa los 30 millones y equipan tecnologías que en los años 70 solo existían en películas de ciencia ficción. Paradójicamente, al tiempo que se han modernizado, nuestros vehículos han envejecido (más de 10 años de media actualmente) de tal forma que su antigüedad se ha convertido en un factor determinante en la siniestralidad vial: según algunos estudios, la renovación completa de todos los automóviles en nuestro país reduciría el número de fallecidos en accidentes de tráfico entre un 30% y un 40%.
Las inspecciones técnicas de vehículos (ITV) son obligatorias desde 1987 y han jugado un papel clave en la reducción de la siniestralidad y del número de víctimas en carretera: se calcula que estas revisiones evitan 170 muertos y cerca de 11.000 heridos cada año. En 2017, 20 millones de vehículos (dos de cada tres del parque móvil) pasaron la ITV y hasta 4 millones fueron rechazados en su primer examen por deficiencias graves, las más habituales, en los frenos.
La revolución tecnológica en la automoción ha transformado nuestros coches en complejas maquinas llenas de sensores, capaces de ‘pensar’ e incluso de tomar decisiones e intervenir en la conducción.
Desde hace unos años, sistemas avanzados de asistencia al conductor –o ADAS en sus siglas en inglés-como la frenada automática en emergencias, la alerta de atropello a peatones y ciclistas, la alerta de salida de carril, el control de crucero adaptativo (mantiene la velocidad y la distancia de seguridad) y el control de ángulo muerto (detecta y avisa de la presencia de vehículos en las zonas laterales), forman parte de los equipamientos de serie en turismos desde hace años. Según los especialistas, instalados en todos los automóviles, los ‘ADAS’ evitarían más de 50.000 accidentes al año en España o mitigarían sus consecuencias.