Movilidad por consenso
- Solo el 12% de los bilbaínos utiliza el vehículo motorizado
14 mayo 2019
Bilbao es una ciudad pequeña, de apenas 42 km2 y más de 350.000 habitantes, pero en su área metropolitana viven un millón de personas. La forma en que todas estas personas se mueven por la ciudad es muy peculiar y la distingue de otras ciudades españolas.
Para empezar, solo el 12% de los bilbaínos se desplaza en vehículo motorizado. Otra de sus características es el protagonismo que tiene la movilidad interna (la que ocurre dentro de la ciudad) sobre la externa (la de los que salen de la ciudad) o atraída (la de los que vienen a trabajar o turistas): de casi 1.400.000 desplazamientos totales que tienen lugar en Bilbao, unos 850.000 son viajes internos y solo 550.000 atraviesan los límites municipales.
Caminan más
Es probable que esto esté relacionado con la variada y densa oferta de transporte público que posee la capital vizcaína, otra de sus características, y la restricción y gestión de la demanda de aparcamiento.
Bilbao tiene un reparto modal muy peculiar. Así, el 64% de los desplazamientos urbanos se realizan a pie; el 23%, en transporte público; y el 12%, en vehículo privado.
Mejor a 30
Esto supuso una ventaja a la hora de abordar el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que se aprobó en junio. Según Alfonso Gil, “una vez que alguien disfruta del privilegio de vivir en una ciudad con estos parámetros se niega a renunciar a ello”. Muestra de ello es la aprobación del PMUS, en junio de 2018, que contó con la firma de todos los grupos políticos con representación municipal, la puesta en marcha de la primera medida importante incluida en el Plan: reducir la velocidad a 30 km/h en el 87% de sus calles. Y, tal como dice el eslogan de la campaña, parece que “A 30 se vive mejor”. Desde entonces ha descendido 2 decibelios el nivel medio de ruido de la ciudad. En 2018 se produjeron 155 atropellos, un 7% menos que el año anterior.
Transporte público
Para Carlos Ruiz, presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de la ciudad, todavía queda pendiente dos de sus reivindicaciones históricas: un billete único para diferentes modos de transporte y una Autoridad Única de Transporte.
A pesar de esto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) considera el transporte público de esta ciudad el mejor de España. Según un informe elaborado con datos extraídos de 21 poblaciones –que incluyen grandes urbes, como Madrid y Barcelona, y capitales de provincia de tamaño moderado–, la capital vizcaína tiene un transporte público muy puntual y con escasas aglomeraciones. Sobre todo destaca el tranvía, el mejor del país según la OCU, con una valoración de 100 sobre 100. El autobús también encabeza el ranking –con 68 puntos sobre 100–, compartiendo el primer puesto con Logroño (La Rioja) y Pamplona (Navarra). Y el metro, en segunda posición, por detrás del de Málaga –con una puntuación de 88 sobre 100–.
En octubre se sustituyeron las bicis del sistema público de alquiler por 450 modelos de pedaleo asistido. Este nuevo servicio pasó a estar disponible las 24 horas del día y, en solo dos meses, su uso se ha quintuplicado. Además, Bilbobus (servicio municipal de autobuses) dispone de seis autocares 100% eléctricos y dos híbridos. Todos los vehículos dedicados al Control y Ordenación del Estacionamiento son de estas características. Y el número de taxis eléctricos que circulan por la ciudad han pasado de 1 a 19 unidades en los últimos 4 años.
Sin embargo, para Carlos Mazón, miembro del colectivo ciclista BizizBizi, “la bicicleta, no ha recibido un impulso suficiente, no llega al 1% y esto no ha cambiado en los últimos 25 años, mientras que en San Sebastián representa un 15% y en Vitoria está en torno al 20%”.
Para Elías Unzueta, gerente de Petronor Innovación –una sección de la petrolera muy comprometida con el desarrollo sostenible y la innovación tecnológica–, “la movilidad sostenible va mucho más allá de la movilidad eléctrica que, en todo caso, es una tendencia innegable de futuro, sobre todo en el transporte de pasajeros en el entorno urbano”. Según Unzueta, apuestas de futuro claras que contribuyen al mismo objetivo son el gas licuado de petróleo (GLP), el hidrógeno y el gas natural. Y Carlos Mazón puntualiza: “La sostenibilidad no es ir en coche eléctrico, sino consumir menos recursos, mejorar la eficiencia de los mismos... etc”.
Cooperación
En el estudio “Ciudades más sostenibles de España 2018”, realizado por el Observatorio de Sostenibilidad, Bilbao ocupa el quinto lugar en el ránking general y el tercero si se la compara con ciudades de tamaño medio. Y destaca en segundo lugar en sostenibilidad económica y transparencia y cooperación.
Imanol Landa, presidente de Eudel, Asociación de Municipios Vascos, considera que la clave del éxito de este modelo urbanístico está en que es “un modelo abierto y participativo que implica a toda la ciudad en beneficio del bienestar y calidad de vida. Los ayuntamientos estamos trabajando en red con organismos y empresas, para optimizar el conocimiento y los datos que nos aporta la tecnología”.
La aprobación del PMUS en 2018 se basó en el cumplimiento de dos objetivos: incidir positivamente en la salud y calidad de vida de los ciudadanos y avanzar en una movilidad igualitaria entre hombres y mujeres. Ana Sancho, doctora en Ciencias Sociales y Jurídicas y experta en planificación urbanística sensible al género, explica que “hay una mayor utilización del vehículo privado por parte de los hombres, frente al mayor uso del transporte público o viajes peatonales de las mujeres, incluso para los mismos motivos y destinos de viaje”. Según datos del Departamento de Vivienda, Obras Públicas y Transportes del Gobierno Vasco, ellas realizan más viajes dentro de la ciudad, mientras que la movilidad masculina es intracomarcal e intraterritorial, en mayor medida.
El colectivo ciclista BizizBizi ha sido uno de los participantes del proceso convocado por el Ayuntamiento de Bilbao para definir el modelo de movilidad. Rafael Ajangiz, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del País Vasco y miembro fundador de esta asociación, denuncia que “el Ayuntamiento aprobó por unanimidad una reducción a 30 km/h, pero no hay control sobre su cumplimiento, y es habitual que se sobrepase esta velocidad; la malla ciclable consiste básicamente en el eje turístico de la ría y algunos cachitos desconexionados del resto; no existe conexión ciclable de Bilbao con los municipios limítrofes, todos están muy pegados, a pesar de estar prevista en el Plan Territorial Parcial del Bilbao Metropolitano; y el cambio de bicis normales a eléctricas en el sistema público de alquiler está consiguiendo lo contrario de lo que se pretendía”. Rafael Ajangiz asegura que “algunos usuarios, temerosos de bajar a una calzada no acondicionada para el uso de la bici, circulan por las aceras y zonas peatonales a velocidades superiores al paso del peatón”.