Los que no pararon

03 junio 2020

La pandemia de coronavirus ha cambiado la vida de golpe. Esta crisis sanitaria y económica sin precedentes ha creado un ambiente distópico. Ha paralizado la sociedad o, mejor dicho, la ha dejado al ralentí.

Desde el Estado de Alarma, decretado el 14 de marzo, las carreteras españolas han mostrado un panorama de soledad: el volumen del tráfico en el país ha llegado a bajar hasta el 90% en algún caso. Y, en medio de esta situación, algunos no han soltado el volante. Por considerarse servicios esenciales, diferentes sectores productivos han seguido en marcha.

Ha llegado la famosa desescalada y las principales vías urbanas e interurbanas van recuperando sonidos de los tiempos anteriores a la COVID-19, y ellos, nuestros protagonistas, ahí siguen. Transportistas, taxistas, ‘riders’, conductores de ambulancia... inasequibles al desaliento. Con mención especial a la logística y el transporte, que suma “el 6% del PIB, mueve más de 500 millones de envíos y cinco millones de toneladas al año, aparte de dar empleo a más de 850.000 personas”, apuntan desde UNO Logística, principal corporación del sector.

Su papel resulta capital “para la industria 4.0 y el comercio electrónico”, que ha crecido un 50% durante esta crisis. Es decir, un 50% más de entregas a domicilio. Los repartidores han pasado a ser un eslabón clave en la cadena de suministro: solo hay que ver su gran labor en el abastecimiento a los supermercados. Desde la patronal del sector subrayan también su compromiso con “la seguridad vial y la conducción eficiente”, apostando cada vez más por vehículos que implementan la tecnología preventiva mediante la digitalización y promoviendo la formación continua desde las empresas.

Todos han participado en activar el engranaje social. A la espera de la llamada “nueva normalidad”, el asfalto es suyo. Porque nunca pararon y nos cuentan su experiencia.