Conducir con tu enemigo al lado
- El conductor con apnea tienen una probabilidad hasta 6,3 superior de sufrir un accidente
16 junio 2020
Con la declaración del Estado de Alarma debido a la pandemia de COVID-19, los problemas de sueño de la población española han aumentado el 30%. Conducir sin haber dormido bien, ya sea por esta razón o por otras, como sufrir apnea del sueño, incrementa el riesgo de sufrir un accidente de tráfico.
Antes de que comenzara la cuarentena por la pandemia de COVID-19, casi el 60% de los españoles tenía problemas para dormir. Ese porcentaje podría haber alcanzado hasta el 90% durante el Estado de Alarma, según los cálculos de la doctora Elia Gómez Merino, neumóloga y médica experta en Medicina del Sueño de la Unidad de Sueño HLA Vistahermosa. El aumento de los niveles de ansiedad y depresión, por la falta de control de la situación, puede provocar insomnio o problemas para conciliar el sueño.
Factor de riesgo
Según apunta la doctora Gómez, no dormir de forma correcta genera problemas metabólicos, cardiovasculares, cognitivos, gastrointestinales y emocionales. Establecer rutinas, evitar sustancias excitantes como alcochol o cafeína, realizar algo de ejercicio físico o evitar las siestas largas son algunos de los consejos para dormir mejor.
No tener un sueño reparador por la noche influye negativamente en la seguridad vial. El cansancio o la somnolencia diurna están detrás del 30% de los accidentes de tráfico, según el artículo que firman el ya fallecido doctor Joaquín Terán (entonces responsable de la Unidad del Sueño del Complejo Asistencial de Burgos) y otros expertos en “Archivos de Bronconeumología”. En dicho artículo se señala que estos siniestros viales tienen elevadas tasas de mortalidad. En general, se trata de accidentes en vías rápidas, que tienen lugar a media tarde o sobre la medianoche y con un único vehículo implicado que se sale de la carretera.
Sueño crónico
Ese grupo de expertos subraya que la somnolencia es “un importante factor de riesgo para los accidentes de tráfico”. Y añaden que los más proclives a padecerla son los conductores profesionales (mayor tiempo al volante), quienes trabajan con turnos muy prolongados, las personas que duermen menos de 6 horas, quienes consumen alcohol, hipnóticos u otros medicamentos y “las personas que tienen síntomas relacionados con la presencia de apnea del sueño no diagnosticada u otros trastornos del sueño”.
El doctor Fernando Masa, jefe de Neumología del Hospital San Pedro Alcántara de Cáceres y miembro de la SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica), destaca que un estudio que se realizó en el año 2000 a 4.002 conductores, mostró que el 3,6% de los conductores españoles padecía sueño crónico durante el día (unas 500.000 personas, ya que ese año había unos 12 millones de personas con permiso de conducción en España). De ese porcentaje, el 81% reconoció haberse quedado dormido alguna vez al volante, mientras que el 25% lo hacía de forma habitual.
En 2016, España incorporó la Directiva Europea que regula las aptitudes psicofísicas para obtener o prorrogar el permiso de conducción; una de ellas hace referencia a la apnea del sueño. Sin embargo, nuestro país ya la había incluido años antes en el Reglamento General de Conductores (Anexo IV).
Desde la DGT, se impulsa un protocolo para que los Centros de Reconocimiento de Conductores (CRC) realicen una valoración individualizada. Las personas diagnosticadas con apnea obligatoriamente deben presentar un informe de la Unidad del Sueño que les trata, en el que se especifica si la enfermedad está controlada, en especial la somnolencia y el tipo, cumplimiento y eficacia del tratamiento (CPAP, dispositivo de avance mandibular, pérdida de peso, etc.). En caso de que todo resulte positivo, se les renueva el permiso de conducción por un año si son conductores profesionales y por tres al resto.
No obstante, los especialistas recomiendan “realizar un cribado para detectar la presencia de un SAHS” y evaluar la somnolencia combinando la Escala de Epworth (un breve cuestionario en el que se pregunta sobre las situaciones cotidianas en las que una persona que queda dormida) con el cuestionario STOP-Bang (que incluye una serie de datos objetivos, como hipertensión arterial, índice de masa corporal superior a 35 kg/m2, edad, circunferencia de cuello, etc.).