Motoristas: especie a proteger
- Los guantes serán obligatorios, podrán circular por el arcén en vías atascadas y realizar cursos voluntarios de conducción segura
15 diciembre 2020
La motocicleta es el medio de transporte más peligroso. Existe un riesgo 17 veces mayor de fallecer viajando en moto que en turismo, por kilómetro recorrido. Solo en ciudad es 32 veces más arriesgado que viajar en turismo; 4 veces más que hacerlo en bici; 3 veces más que ir a pie y 450 veces más que en autobús, según datos del estudio “Safer City Global Benchmarking for Urban Road Safety” de la OCDE.
El motorista –tenga o no responsabilidad en el accidente– suele ser el que sufre los daños más graves. Estudios de biomecánica aseguran que los motoristas están sujetos a aceleraciones y desaceleraciones considerables; sus motocicletas no cuentan con una zona de absorción de impacto y pierden estabilidad mucho más fácilmente que, por ejemplo, un turismo. No hay duda de que el motorista, que no solo impacta con su cuerpo contra el vehículo, sino que lo hace contra el asfalto, tiene todas las de perder.
Esta fragilidad se refleja claramente en las estadísticas: en 2019 perdieron la vida 417 motoristas (el 24% del total). 58 fallecidos más que en 2018. Además, es el colectivo que menos ha reducido la mortalidad en la última década. Mientras las víctimas mortales que viajaban en autobús, por ejemplo, se han reducido, de 2009 a 2019, un 88% y las de turismo, un 49%; en moto, solo un 5%.
Y, sin embargo, es también el medio que más ha crecido. En diez años, el parque de motocicletas ha aumentado un 38%; mientras que el de autobuses solo un 4% y el de turismos un 12%.
La moto está de moda
El interés por la moto está creciendo. Las ventas de motocicletas en la UE se incrementaron un 8% en 2019, según estadísticas de la Asociación Europea de Fabricantes de Motocicletas (ACEM). Los principales mercados de motos en Europa el año pasado fueron Italia, Francia y, en tercer lugar, España. Antonio Perlot, presidente de ACEM, destaca que “el aumento de las ventas en 2019 ha superado todas las expectativas”. Y a pesar de que la crisis de la Covid-19 provocó una caída del 25% de ventas durante los primeros seis meses de 2020, el comportamiento tras el confinamiento ha seguido siendo sorprendente. Las ventajas que ofrece la moto para la movilidad y que enumera José María Riaño, secretario general de Anesdor, “reducción del tiempo en los desplazamientos, facilidad para aparcar, mayor eficiencia energética y sostenibilidad, bajo coste de adquisición y mantenimiento”, se han sumado a las garantías que aporta como vehículo individual para evitar contagios. “Hemos podido comprobar que tras el confinamiento ha crecido de forma significativa la demanda de motos”, dice Riaño.
Detrás de estos datos se esconde uno de los principales problemas, según los expertos, que es la formación. Para Juan Manuel Reyes, presidente de AMM (Asociación Mutua Motera), falta pericia; “generalmente esta pericia se va adquiriendo con la experiencia, pero ni siquiera esto es suficiente. La mayoría de los motoristas no recorre los kilómetros suficientes o bien no cuenta con el consejo o asesoramiento adecuado. Con esto no quiero decir que los motoristas sean responsables de los accidentes en los que se ven involucrados, sino que, con una formación adecuada, podría evitar el 90% de estos”. Esta formación especializada es uno de los ejes del Plan de Motos de la DGT.
"Es una barbaridad que vayan en pantalón corto"
Mª Ángeles Santiago
Motorista Sargento en el Destacamento de Tráfico de Jaca de la Guardia Civil
Mª Ángeles Santiago es mujer, guardia civil y motera. Lleva 19 años en la Agrupación de Tráfico y 20 montando en moto. Considera muy peligroso que los motoristas viajen en grupos grandes, más de cinco; en cambio, considera fundamental que vayan bien equipados: “No entiendo cuando veo a un motorista en pantalón corto o con chanclas, me parece una barbaridad, nunca sabemos en qué momento vamos a ir al suelo independientemente de que sea por nuestra culpa o no”.
El informe Dekra sobre Seguridad vial de vehículos de dos ruedas (2020) menciona un comportamiento detectado en motoristas muy curioso: la conducción en flow. Una investigación realizada por Falko Rheinberg, de la Universidad alemana de Potsdam, analizó la experimentación de un estado de flujo o flow al conducir una motocicleta. En este estado, una persona se sumerge completamente en una actividad; disminuye el control y la reflexión conscientes; su estilo de conducción se hace más arriesgado y más rápido de lo que sería adecuado. La sensación de flujo suele estar acompañada, por tanto, de una velocidad excesiva y solo se abandona cuando el afectado experimenta una fuerte distracción:una sorpresa o un miedo repentinos. En el tráfico rodado, esto suele ir vinculado a un ‘casi accidente’.