Tragedia detrás de la avería
- Autovías, autopistas y vías sin arcén son las zonas más peligrosas para los rescates en carretera
17 marzo 2021
Martes, 16 de febrero de 2021, primera hora de la tarde. Kilómetro 58 de la M-45, en San Fernando de Henares (Madrid). Un automóvil averiado; una grúa acude en su auxilio y otro coche que circula por el lugar atropella al grupo. El gruista, de 43 años, fallece en el mismo lugar y las otras 4 personas resultan heridas de diferente consideración.
Esta es una de las 11.000 asistencias en carretera que se realizan cada día en España (unos 4 millones al año) y que, desde 2017, han costado la vida a 20 operarios de grúa (3 en los meses que llevamos de 2021), según los datos de ANEAC-FENEAC (Federación Nacional de Asociaciones de Empresas de Auxilio en Carretera).
Pero, como se ha visto, el riesgo de atropello no es solo para los gruistas que atienden la emergencia, sino también para las personas cuyo vehículo se ha averiado o accidentado en la vía. De hecho, según la Dirección General de Tráfico (DGT), entre 2019 y 2020, 28 personas murieron arrolladas tras bajarse de sus vehículos: 21, en autopistas y autovías, y 7 en el resto de vías interurbanas. Son datos de toda España, excepto Cataluña y País Vasco. Hasta el 7 de marzo de 2021, ya se han registrado otros 4 atropellos mortales.
Tarea arriesgada
Los profesionales del auxilio en carretera esperan que el nuevo Reglamento evite estas tragedias, ya que son conscientes de que la suya es una labor con “un riesgo muy alto”. Así lo señalan Jesús González, gruista desde hace más de 30 años, o Juan Vicente Carmona, también operario, quien subraya que “la sociedad debe ser consciente de que es necesario proteger a estos trabajadores”.
Ambos coinciden en que es fundamental que, en la carretera, vehículos y operarios se distingan bien, con luces y retrorreflectantes, para que haya más seguridad en los rescates. González agrega que las zonas más peligrosas suelen ser las autovías y autopistas, las carreteras sin arcén o donde se han instalado quitamiedos (porque les obliga a invadir el carril derecho). De todas formas, siempre tratan de operar por el lado del vehículo en el que no hay circulación.
Muchas distracciones
Admiten que los rescates son más seguros cuando están presentes agentes de la Guardia Civil. Aunque a veces es más rápido no esperarles y cargar el vehículo para abandonar el lugar lo antes posible porque, según González, mientras trabajan, ven demasiados conductores “distraídos con el móvil en la mano” y un despiste puede ser mortal para quienes están parados en la vía.
Por eso, los profesionales reclaman “una zona de seguridad” para poder trabajar con tranquilidad (ahora tratan de señalizarla con conos para advertir a los demás conductores). Por su parte, José Asterio Sáenz, también gruista, cree que sería positivo establecer una distancia de seguridad (como la de los ciclistas).
Evitar muertes
Garantizar la seguridad de estos trabajadores y de quienes necesitan la asistencia es el principal objetivo del Real Decreto que va a regular los servicios de auxilio en vías públicas y que entrará en vigor el 1 de julio de 2021. Por primera vez, se reconoce de forma específica al sector y la labor del “técnico de auxilio en vías públicas”. Hasta ahora, se encuadraba en el transporte de mercancías, aunque su actividad no sea el mero traslado de vehículos, sino “un servicio de seguridad vial”, como apunta Ramón Ledesma, asesor de la consultora Pons Seguridad Vial.
60 operarios fallecidos desde 2015 |
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Según los datos actualizados del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico, desde 2015 han fallecido 60 operarios mientras realizaban un rescate en una vía interurbana. Además, 113 resultaron heridos y necesitaron hospitalización y otros 769, que no necesitaron ingreso en el hospital. Además, entre 2014 y 2019, 22 personas fallecieron mientras colocaban o retiraban los triángulos para señalizar que su vehículo estaba parado en la vía. |
Para Filemón Galarza, secretario general de FEGRUAL (Federación Nacional de Empresarios de Grúas de Asistencia en Carretera), este sector realiza “una importante función social”, ya que da “tranquilidad” a los conductores, que saben que existe “un auxilio rápido y eficaz en caso de accidente o avería en toda la geografía española”.
Rafael Merino, presidente de ANEAC-FENEAC, subraya que el nuevo Reglamento “evitará muertes en el futuro”, además de traer al sector otros cambios necesarios, como una mejora de las relaciones laborales, formación específica para los técnicos, un convenio laboral propio o una mayor profesionalización.
Jorge F. Delgado Mendoza, director general del RACE (Real Automóvil Club de España), ve "aspectos positivos" en el nuevo Reglamento (apuesta por las nuevas tecnologías, mayor formación, más seguridad, etc.), si bien entiende que el texto "ignora el rol esencial de las compañías de gestión de la asisencia" y "trata muy tangencialmente" los nuevos vehículos y tecnologías que facilitan y agilizan los rescates en carretera.
Un primer paso
El Reglamento que va a entrar en vigor establece, entre otras cosas, un protocolo de seguridad para los rescates. Francisco Alas-Pumariño, jefe de la Unidad de Normativa de la DGT, subraya que es la primera vez que se van a regular las operaciones de rescate de los vehículos averiados o accidentados, “desde el comienzo y hasta la finalización de las mismas”.
Según explica el presidente de ANEAC-FENEAC, se trata de “un primer paso”, muy importante, eso sí. De forma muy gráfica, Merino señala que “ya tenemos el árbol de Navidad, ahora hay que poner las bolas”.
Ledesma, asesor de Pons Seguridad Vial, da mucho valor a que este sector tenga un reglamento propio (como las autoescuelas o los centros de reconocimiento de conductores), para que “se dignifique una actividad que es prácticamente un servicio público”.
Desde FEGRUAL, Galarza considera “acertadas y muy adecuadas las medidas tomadas para incrementar la seguridad de las operaciones de auxilio en carretera”, aunque entiende que son “insuficientes para una buena regulación del sector”.
Geolocalización
Entre otras novedades, la nueva normativa obliga a comunicar de forma telemática la ubicación del vehículo averiado o accidentado a la plataforma DGT 3.0. Esa información se difundirá para advertir de que una operación de rescate está llevándose a cabo en un determinado punto de la vía y se avisará a la grúa que más cerca esté.
Para Jorge Ordás, subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT, este es “un cambio esencial para proteger la actividad del auxilio”. En opinión de Ledesma, con la “digitalización” del auxilio en carretera “mejorará la asistencia y se reducirán los tiempos de espera”.
Más control
El nuevo Reglamento crea además un Registro Estatal de Auxilio en Vías Públicas (REAV), que dependerá de la DGT, y solo las grúas inscritas en él podrán retirar y/o trasladar los vehículos accidentados o averiados. Los operadores tendrán un número de registro y un código provincial (en función de su domicilio).
Ledesma cree que el REAV también representa un gran avance porque, entre otras cosas, “eliminará la economía sumergida en el sector”.
A partir de ahora, y para garantizar su visibilidad y seguridad, los vehículos de auxilio en carretera obligatoriamente llevarán tres señales: V-2, V-23 y V-24 (incorporará los datos del REAV). (Ver infografía).
La nueva V-16
También se modifica la V-16, los populares triángulos. Los cambiaremos por un dispositivo luminoso que pondremos encima del vehículo sin tener que salir a la calzada. No obstante, podremos seguir utilizando los triángulos hasta el 1 de enero de 2026.
Los rescates en carretera en primera persona
Juan Vicente Carmona (37 años)
"Nos jugamos la vida en los rescates".
Se subió a la grúa con 4 años, ya que solía acompañar a su padre, también gruista. Desde los 18 años es conductor profesional de grúas y, desde hace diez, dirige, junto con su hermana, la empresa familiar (Grúas Carmona), que opera en Marbella con 8 vehículos. Antes de la pandemia, solían hacer 15 rescates al día. Con el Covid-19, los rescates se han reducido hasta el 30% (el 70% durante el confinamiento) y, además, han tenido que adoptar medidas higiénicas (mascarillas, gel, etc.) y determinados protocolos sanitarios (solo una persona puede acompañar al conductor, ventanillas bajadas, etc.). Recibe el Reglamento “con los brazos abiertos”. Según explica, el protocolo “es una maravilla”, ya que ayudará a mejorar mucho la seguridad de los rescates. “Nos jugamos nuestras vidas”, dice.
Jesús González (50 años)
"Es fundamental fomentar el respeto en la carretera".
Aunque llegó al auxilio en carretera “de resbalón”, tras un momento familiar complicado, lleva en la grúa desde 1990. Los seis vehículos y los cuatro conductores que tiene su empresa (Grúas González) trabajan fundamentalmente en la capital, aunque también hacen rescates en toda la Comunidad de Madrid. Antes de la pandemia, tenían unas 350 operaciones al mes (12 al día). Esas cifras bajaron durante el confinamiento, aunque, cuando se recuperó la movilidad, volvieron a aumentar los servicios, porque los vehículos, al haber estado mucho tiempo parados, tenían muchas averías. Considera que la educación vial es fundamental para fomentar el respeto en la carretera. Sabe que el suyo es un trabajo con “un riesgo muy elevado”, por eso acoge con enorme satisfacción la llegada del nuevo Reglamento.
José Asterio Sáenz (61 años)
"Estamos en la carretera para ayudar a la gente".
Llevó una grúa por primera vez en 1981 y, 40 años después, sigue disfrutando con su trabajo. Su empresa (Grúas Villanueva) está ubicada en la N-111 (La Rioja), entre Logroño y Soria, con seis puertos de montaña y numerosas carreteras convencionales en apenas 15 km². Insiste en que presta servicio en la llamada “España vaciada”, donde recorrer 50 kilómetros puede llevar hora y media o donde con frecuencia es complicado acceder a la geolocalización. La pandemia de Covid-19 ha reducido el trabajo. Ahora, atienden, sobre todo, averías porque “afortunadamente” han disminuido drásticamente los accidentes de tráfico. Valora de forma muy positiva que el nuevo Reglamento reconozca a los “técnicos especialistas en auxilio en carretera” y cree que debería darse más importancia a la formación para que “la gente sepa que estamos operando en la carretera para ayudarles” y que “somos un vehículo prioritario”.