Seguridad tecnológica al alcance de la mano
- DGT 3.0 es una de las iniciativas más avanzadas de Europa
17 marzo 2021
Hablar de vehículo conectado es hablar de seguridad vial. En especial con el impulso que supondrá el desarrollo de la red de telefonía móvil 5G. Con la implantación de esta tecnología, se incrementará de manera exponencial la calidad en la transmisión de datos. Además, la velocidad de transmisión superará a la de la fibra óptica y será extremadamente baja la latencia (demora o retraso entre el envío y la recepción de información). Desde 50 milisegundos para 4G, con 5G baja a 1 milisegundo. Esto significa que cualquier conexión será prácticamente en tiempo real.
José Francisco Monserrat, investigador de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y asesor del Banco Mundial en Transportes y 5G, cree que “podremos reducir hasta el 80% de los accidentes de tráfico”. Pero no solo eso. También se podrá evitar atascos, coordinar a los vehículos para que atraviesen una ciudad sin semáforos y sin colisionar, pedir vehículos autónomos a demanda, etc. Para el investigador de la UPV, esta “tendrá que ser necesariamente más eficiente, si no, no será. Las luces de la calle iluminarán solo si hay personas cerca, los contenedores de basura avisarán de cuándo tienen que ser recogidos. Habrá muchos menos coches, pues los compartiremos y, en el 2050, no existirán semáforos porque los vehículos serán autónomos”.
Y esto empezará a ser una realidad en apenas cuatro años.
Sensores instalados en la infraestructura son capaces de transmitir todo tipo de información a los vehículos.
Un referente en Europa
En 2025, la UE habrá invertido 3.500 millones de euros en un plan público-privado para el desarrollo de esta tecnología. En esta fecha está previsto que las zonas urbanas, las principales carreteras y líneas de ferrocarril cuenten ya con cobertura 5G. Raúl Palacios, presidente de Ganvam (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos), considera que el desarrollo de esta red 5G propiciará que “en poco más de cuatro años tengamos el 35% del parque conectado. En 2030 el 100% de los coches de menos de cinco años estará conectado”.
Además, España se sitúa, para Raúl Palacios, como uno de los países europeos más avanzados tras Alemania, Italia y Países Bajos en esta infraestructura. Mientras otros países europeos todavía están esperando a la implantación de esta tecnología 5G para desarrollar sistemas inteligentes de transporte (ITS), España lleva ya bastante camino avanzado. “La plataforma de movilidad inteligente –explica Ana Blanco, subdirectora adjunta de Circulación de Vehículos de la DGT– ha pasado con éxito el ecuador de su desarrollo y, a falta de año y medio para finalizar este proyecto, es una de las iniciativas tecnológicas más avanzadas y pionera en Europa”. Nuestro país, corrobora Jorge Ordás, subdirector de Movilidad de la DGT, “realiza un gran papel desplegando novedosos casos de uso y demostrando las posibilidades que se abren a un futuro inmediato”.
Nuestro coche podrá detectar peatones o ciclistas mucho antes de que nuestros ojos lo hagan.
DGT 3.0.
¿Se imaginan poder anticiparse a los peligros que puedan aparecer en carretera como si tuvieran un “tercer ojo” al volante o un “sexto sentido”? La tecnología puede hacer esto y le llegará a través de su teléfono móvil. “DGT 3.0 es una plataforma que permite mantener conectados en tiempo real a los distintos usuarios de la vía ofreciéndoles en todo momento información del tráfico en tiempo real y permitiendo así lograr una movilidad más segura e inteligente”, asegura Ana Blanco. Y este año aporta dos importantes cambios.
En julio será efectivo el reglamento que aprueba el uso del dispositivo luminoso V-16 que sustituirá al triángulo en la preseñalización de emergencias. Este dispositivo incorpora un sistema de geolocalización que permitirá tener localizadas todas las incidencias, accidentes y averías que se produzcan. Este reglamento introduce otra novedad, los operarios de vehículos de auxilio en carretera (grúas) deberán comunicar de forma telemática la ubicación del vehículo averiado. Dos medidas que Ana Blanco espera que nos aproximen a ese “sistema seguro que se espera alcanzar en 2050 y que supone cero víctimas en accidentes de tráfico”.
Pero hay más novedades: cualquier operador de infraestructuras de carreteras deberá informar a la nube de la DGT sobre las obras planificadas, punto kilométrico donde comienza y acaba cada una de las que se están ejecutando y en tiempo real.
Los conductores recibirán avisos con antelación de que se aproxime una ambulancia.
gualmente, se podrán conocer los protocolos medioambientales y las zonas de bajas emisiones (en 2030 tienen que disponer de ellas, según la Ley del Clima, todas las ciudades de más de 50.000 habitantes). Con el tiempo, se podrán cruzar los datos de etiquetas y los de zonas de bajas emisiones y avisar al conductor de que su vehículo no puede circular y hacerlo con el tiempo suficiente que le permita buscar una alternativa. También, se conocerá el principio y fin de un evento deportivo con dispositivos de geolocalización en los coches de incidencias. O se podrá identificar a todos los ciclistas de la vía si, por ejemplo, cada bicicleta llevara integrado un dispositivo de geolocalización.
DGT 3.0 permite la interconexión entre todos los actores que forman parte de este ecosistema: fabricantes de vehículos, empresas de alquiler, plataformas de transporte público, ayuntamientos, aseguradoras, fabricantes de dispositivos de conectividad, proveedores de aplicaciones relacionadas con movilidad segura y eficiente y los diferentes usuarios de las vías. La interconectividad es la clave.
Cooperación
Compartir información gratuita y anónima con otros proveedores de información es fundamental para crear una red que se alimente prácticamente sola y que llegue al mayor número de ciudadanos posible, y no solo a los dueños de vehículos conectados.
“Los fabricantes de vehículos tenemos la posibilidad de ofrecer a la sociedad beneficios reales compartiendo los datos obtenidos de los usuarios anónimos”, aseguran desde Volvo Car España. Sin embargo, para Stefan Ilijevic, responsable de Innovación de Producto en SEAT, “que la introducción de nuevas formas de conectividad sea una realidad dependerá de determinados factores: económico, normativo, tecnológico y, también, de la aceptación por parte del usuario final. Por ejemplo, la eficacia de los coches que cuentan con tecnología 5G depende del resto del ecosistema de ciudad conectada. Tanto la infraestructura pública como la de telecomunicaciones tienen que adaptarse a estas nuevas necesidades”. Por tanto, la cooperación entre todos los actores será fundamental.
¿Vías conectadas?
Hay estudios que están valorando la necesidad de adaptar las carreteras, sensorizando tramos para obtener información del tráfico y desarrollar la movilidad eléctrica o el vehículo autónomo. A la vanguardia de las carreteras conectadas está el proyecto Aivia de Ferrovial (con el apoyo de Microsoft, 3M y Kapsch TrafficCom). En una primera fase (2020 a 2022) mejorará la infraestructura física de los distintos corredores (sensorización de las vía y dispositivos que van a proporcionar la seguridad vial adecuada). De 2022 a 2026 los corredores ya tendrán tecnología suficiente para que las tareas puedan ser más complejas, permitiendo la carga en carretera, la priorización del transporte público, el acceso a vehículos compartidos o carriles de emergencia virtuales. A partir de 2026 se podrá gestionar el tráfico de una forma más dinámica, maximizando capacidad, fluidez y flexibilidad de la red, ayudando a reducir congestión y contaminación.
La ciudad laboratorio para probar la movilidad conectada 5G está en Málaga.
Leticia López Domingo, responsable de coche conectado del Área de Innovación de Telefónica España, también en esa línea, explica los proyectos piloto que están abordando para digitalizar la red de infraestructura vial. Por ejemplo, el que ofrece asistencia a la conducción a los vehículos que atraviesan el túnel de Cereixal (Lugo): “Este supone el primer paso hacia la carretera del futuro, una carretera inteligente, sensorizada que sea capaz de comunicar lo que está pasando en ella”.
Las carreteras interurbanas españolas, son recorridas por 13.000 km de fibra óptica y están monitorizadas con cerca de 10.000 dispositivos (entre cámaras, lectores de matrículas, aforadores y estaciones meteorológicas), todo ello gestionado por la DGT. Sin embargo, explica Jorge Ordás, “somos conscientes de que no llegamos a todos los puntos de nuestras carreteras. ¿Carreteras conectadas? La respuesta es no. Ahora se puede hacer más con menos”.
Al alcance de todos
Cuando se habla de movilidad conectada solemos pensar en coches autónomos y la conectividad dentro de los vehículos. Pero la movilidad conectada llegará a todos a través del teléfono móvil. Y no requerirá una importante adaptación de las infraestructuras. Ana Blanco, subdirectora de Circulación de Vehículos de la DGT, cree que no será necesario invertir recursos en sensorizar toda la red de carreteras. Precisamente, la ventaja de las comunicaciones telefónicas es que se pueden prestar servicios en cualquier vía que tenga cobertura digital 4G o 5G. “Queremos llegar a todas las carreteras, en especial a las convenicionales, las más peligrosas”, asegura.
Vigo ya tiene preparado un nuevo servicio de gestión del tráfico que permitirá interactuar con los vehículos. Esta nueva plataforma es un sistema que pretende abrir un canal de comunicación bidireccional y permanente entre la infraestructura de tráfico urbana y los vehículos que circulan con el objetivo de mejorar la seguridad viaria, la fluidez del tráfico y reducir la contaminación. La comunicación será tanto con vehículos de servicio público como taxis, policía, bomberos, autobuses y ambulancias como con flotas de reparto; a modo de ejemplo será posible que los semáforos se abran a la llegada de vehículos de emergencias, así como con conductores que recibirán la información en sus teléfonos inteligentes a través de una app.
El trazado de cuatro carriles por sentido entre los peajes de Fornells y Vilademuls (en Girona) ha sido elegido como banco de pruebas de dos proyectos europeos innovadores: I+D Inframix y C-Roads Spain. La concesionaria de autopistas Abertis trabaja en este tramo de 34 kilómetros, para convertirlo en una carretera inteligente donde se puedan realizar ensayos de conducción autónoma con datos móviles y tecnología de última generación 5G.
Telefónica y DEKRA, en colaboración con la Consejería de Economía de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga, han creado el primer centro de pruebas y certificación de innovación abierta de Europa sobre tecnología V2X (vehicle to everything) para impulsar la comunicación conectada con tecnología 5G. Consta de un área de ensayos al aire libre y de un laboratorio dotado de una red privada 4G-5G. Actualmente, según Fernando Rodríguez, vicepresidente de conectividad de DEKRA, una de las pruebas es el sistema eCall (llamada de emergencia automática) la tasa de rendimiento de descarga de datos WiFi del coche o la interoperabilidad. También aplicaciones y cuestiones de seguridad: alertas preventivas en caso de probabilidad de colisión en un cruce, aviso por obras o atascos en carretera. E incluso, la optimización del tráfico para adecuar la velocidad y lograr pasar todos los semáforos en verde, lo que representa un ahorro de tiempo y carburante.
En 2019, en Becerril de la Sierra (Madrid), la DGT, Telefónica y SEAT presentaron el uso con tecnología IoT (Internet de las Cosas) en dos casos concretos: la presencia de un ciclista y la existencia de un coche detenido en carretera por avería o accidente. El sistema consta de un dron con cámara, que captura imágenes de lo que sucede en la carretera y las envía en tiempo real, a través de la red móvil de Telefónica, a un servidor conectado con la plataforma DGT 3.0, y que procesa la imagen, detecta si hay una bicicleta o un vehículo parado en la carretera y envía una alarma al coche conectado de SEAT.