La apuesta por el transporte público
- Durante la pandemia, el uso del transporte público bajó casi el 50%
14 abril 2021
Según Naciones Unidas, el 55% de la población mundial vive en un entorno urbano (3.500 millones de personas). En 2050, será el 70% (5.000 millones). Con estos datos, garantizar el dinamismo del transporte público se convierte en algo fundamental para el futuro, tanto por motivos medioambientales como económicos y sociales.
¿Quién dijo miedo?
Así lo vio también la ONU y, por eso, la meta 11.2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda 2030) reclama un transporte público “seguro, asequible, accesible y sostenible para todos”, con especial atención a los colectivos vulnerables (mujeres, niños, personas con discapacidad y mayores).
Pero, la pandemia ha agrandado el reto porque el miedo al contagio, la menor actividad económica (caída del PIB y más paro) y el teletrabajo han reducido la utilización del transporte público.
Según el Estudio de Movilidad Segura y Sostenible 2020, una encuesta de PONLE FRENO y la Fundación AXA, realizada entre septiembre y octubre de 2020, el uso del transporte público bajó el 46%; el 29%, en el caso del taxi y servicios VTC. Los servicios de transporte de ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia lo sitúan en el 50%.
Digitalización
Los expertos en movilidad señalan que el transporte público debe ser la gran apuesta de las ciudades y que el futuro pasa por las nuevas tecnologías. Esa digitalización permitirá una mejor planificación de rutas y horarios y un incremento de la capacidad y frecuencia de trenes y autobuses. Evitará también que los usuarios se concentren en franjas horarias y en lugares determinados.
Estos cambios ya han comenzado en ciudades como Madrid o Barcelona. El pago digital, el billete único o los paneles que informan de los tiempos de espera son algunas de estas novedades.
Desde el principio de la pandemia, los diferentes medios de transporte colectivo adoptaron medidas sanitarias e higiénicas para garantizar los desplazamientos de los usuarios y minimizar el riesgo de contagio. A una mayor ventilación y la renovación continua del aire (en el caso de Metro de Madrid, por ejemplo, se produce cada 2,5 minutos aproximadamente), se añade una constante limpieza de las superficies. En el caso de taxis y VTC, incluso la instalación de mamparas. También están otras medidas y recomendaciones para los viajes como es utilizar la mascarilla (obligatoria desde el pasado mayo), limitar las conversaciones (para reducir la emisión de aerosoles) o evitar en lo posible las aglomeraciones.