Un anacronismo con mucho peligro
- “Algunos desconocen los riesgos reales que implica el uso indebido de un paso a nivel" José M. Liberal (FFE)
- En los últimos 5 años fallecieron en España 29 personas en los 37 accidentes registrados en pasos a nivel
23 marzo 2022
Los pasos a nivel están en vías de extinción. Sin embargo, aún representan un serio peligro para el tráfico, tanto ferroviario como rodado. Como intersecciones al mismo nivel de vías de naturaleza muy diferente, los pasos a nivel son un anacronismo en el que, cada año, hay accidentes mortales. En concreto, en los últimos 5 años (2017-2021) fallecieron en España 29 personas en los 37 accidentes significativos registrados en pasos a nivel, según la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF). Este organismo atribuye la responsabilidad directa de más del 98% de esos accidentes a los usuarios de los pasos a nivel. Es decir, al igual que sucede en el conjunto de accidentes de tráfico, el factor humano supone la principal causa.
Es importante dar perspectiva histórica a estas intersecciones, surgidas de la evolución del ferrocarril y de la necesidad de interrumpir caminos o incluso entramados urbanos para construir su trazado. En paralelo, el crecimiento del resto de infraestructuras, caminos, carreteras y núcleos de población obligó a crear nuevos pasos a nivel para que personas, ganado y vehículos pudieran cruzar las vías. Así, en 1975, se llegó a contabilizar 10.795 pasos a nivel públicos en España.
Suprimir pasos
Desde 1978, diferentes normativas han impulsado la supresión de pasos a nivel en todo el país, y la mejora en la protección de los que continuaban en funcionamiento. Según el último dato oficial del Observatorio del Transporte y la Logística en España, perteneciente a 2019, en España existen 3.148. Aunque la cifra hoy es inferior, ya que solo en 2020 se suprimieron 34, según AESF. En los próximos años el total de pasos operativos seguirá bajando significativamente cuando se eliminen los 74 que contempla el Plan de Supresión de Pasos a Nivel 2017-2024 (51 ya están en alguna fase de ejecución, según ADIF), y se lleven a cabo otras 226 obras de supresión impulsadas desde la aprobación del RD 929/2020 sobre seguridad operacional e interoperabilidad ferroviarias.
Pero desmantelar cientos de pasos a nivel en relativamente poco tiempo es un camino farragoso y caro. Según ADIF, suprimir uno cuesta aproximadamente 1,5 millones de euros, aunque si la obra requiere diferentes estructuras y variantes de carretera puede alcanzar los 6 millones. Además hay que sumar la dificultad de consensuar la solución con los implicados (titular del camino, responsables políticos de las poblaciones, vecinos…).
El RD 929/2020 también ha dado un paso de gigante para mejorar la seguridad de los pasos a nivel, dedicando un capítulo completo a su regulación. Según Luis de Santiago, subdirector general de Infraestructura de AESF, “supone un importante avance al establecer una nueva clasificación de los pasos a nivel, con criterios más actuales, según las medidas de protección de que dispongan. Además, establece criterios más restrictivos para la protección de los pasos, como el volumen de tráfico y la visibilidad; da un plazo de 24 meses para la actualización de los valores del tráfico del ferrocarril y de la carretera (AxT) y para realizar el Inventario de los pasos existentes. Y establece un plazo de 30 meses para adaptar las protecciones de los pasos a nivel a los nuevos criterios, con prioridad a la visibilidad y la accidentabilidad”. Como explica ADIF, se prioriza la supresión o la mejora de los pasos a nivel cuyo valor AxT ("A" es el número de circulaciones diarias de vehículos y "T", el de circulaciones diarias de trenes) sea mayor de 1.500, y en los que se realizan modificaciones de las líneas para circular a velocidades superiores a 160 km/h. Además, “se tiene en cuenta el nivel de riesgo, para cuyo cálculo influye notablemente la siniestralidad”.
Protección y seguridad
El sistema de clasificación de pasos a nivel por su grado de protección establece dos categorías: pasivos y activos. Los pasivos –casi la mitad de los que quedan en España– son los que no tienen sistemas de protección y solo cuentan con señalización horizontal y vertical. Además, los pasos a nivel activos se clasifican en cuatro tipos, de menor a mayor protección (señales acústicas y luminosas, semibarreras, sistema de detección en la vía…). Es el gran reto: dotar de mayor seguridad a los pasos a nivel que no vayan a suprimirse de momento. Según ADIF, en los últimos años se ha mejorado la protección de 14 pasos y se han llevado a cabo acciones para mejorar la seguridad en otros 300.
El trabajo realizado por las administraciones ha sido vital para que la siniestralidad en los pasos a nivel haya decrecido en los últimos años. Sin embargo, el peligro sigue latente y los accidentes aún ocurren. Casi siempre, por error humano. José Manuel Liberal, del Grupo de Investigación de Sociología del Transporte de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE), afirma que “algunos usuarios desconocen los riesgos reales que implica el uso indebido de un paso a nivel” y apunta, como factores presentes en comportamientos irresponsables en estos espacios, a “la familiaridad, el juicio erróneo de la velocidad y distancia de los trenes o la toma deliberada de riesgos. Esto puede deberse a la falta de conocimiento de las normas y a la errónea percepción de los peligros reales”.
Tanto desde AESF como de la FFE hacen hincapié en los peligros intrínsecos a la circulación en los alrededores de los pasos a nivel y de cualquier instalación ferroviaria. El motivo es que los trenes son medios de transporte muy pesados que, al circular a gran velocidad, necesitan enormes distancias para frenar: un tren a 160 km/h necesita aproximadamente un kilómetro para frenar. Por eso, en los pasos a nivel, los trenes siempre tienen preferencia.
Además, por pura física, los accidentes que involucran a trenes con otro tipo de vehículos o peatones suelen tener consecuencias fatales para la parte más débil.
Más allá de los pasos a nivel, cada año muere un número importante de personas por arrollamiento en las vías. Según AESF, entre 2010 y 2019, 136 'intrusos' de la vía férrea fallecieron arrollados por un tren. De nuevo, los comportamientos imprudentes, conscientes o inconscientes, son la causa. Por ello, para José Manuel Liberal (FFE), “es necesario el trabajo constante en acciones de sensibilización e información sobre cómo encontrarnos seguros en los entornos ferroviarios, así como conocer cómo cruzar las vías con seguridad. Nuestro Área está diseñando un Plan encaminado a promover la seguridad y la sensibilización en los entornos ferroviarios que recoge acciones, programas, herramientas de educación y sensibilización o recomendaciones que servirán a los gestores implicados de estos entornos, la comunidad educativa, los servicios de emergencias, etc. para aumentar la seguridad en estos espacios”.
La Agencia Española de Seguridad Ferroviaria (AESF) editó las guías “Cruzar las vías”, con las que pretende informar y concienciar a la sociedad sobre los riesgos que conlleva la circulación en entornos ferroviarios. El objetivo final es influir de forma positiva en los comportamientos y hábitos de la población para reducir la accidentalidad en estos espacios. La AESF ha creado diferentes ediciones de “Cruzar las vías” dirigidas a distintos segmentos de edad (niños y niñas, jóvenes, adultos y mayores). Además, pueden consultarse tanto en español como en catalán, euskera, gallego y valenciano.
En la UE hay 105.300 pasos a nivel, de los que aproximadamente la mitad son activos. España, tras Bulgaria, es el segundo país con menos densidad de pasos a nivel, con menos de 25 por cada 100 kilómetros de vía (ERA, 2016). Suecia, Austria o República Checa concentran más de 75 pasos a nivel por cada 100 kilómetros de vía.
También en siniestralidad, estamos en la zona baja. En 2020, según Eurostat, hubo 350 accidentes en pasos a nivel en toda la UE en los que fallecieron 213 usuarios (una tercera parte de los fallecidos en accidentes ferroviarios). Con 6 accidentes y 3 fallecidos, España está entre los países menos afectados. Polonia, con 54 accidentes y 47 fallecidos, lidera este trágico ranking.
- Concentración máxima ante la aproximación de un paso a nivel. Evite cualquier distracción y esté preparado para parar si fuera necesario.
- Siempre es importante prestar atención a las señales verticales y horizontales, pero muy especialmente en los pasos sin sistemas de protección automática.
- Si al acercarse al paso a nivel se activan las señales luminosas o acústicas, no entre. Pare el coche y espere a que pase el tren y libere los sistemas de protección.
- Si se activan los sistemas de protección cuando esté cruzando la vía, mantenga la calma y no se asuste: tiene tiempo para cruzar, pero hágalo lo antes posible.
- En un paso a nivel sin sistema de protección automática ni señalización luminosa y acústica, asegúrese siempre de que tiene tiempo suficiente para cruzar al otro lado.
- Bajo ningún concepto y en ninguna situación pare sobre el paso a nivel.
- En los pasos a nivel pasivos no se confíe cuando acaba de pasar un tren. Antes de ponerse en marcha, mire bien a ambos lados: es posible que se acerque un nuevo tren en alguno de los dos sentidos.
- Tenga precaución al atravesar el paso: el firme puede ser irregular.
- En pasos con protección automática, si las barreras no se abren después de pasar un tren o las señales luminosas siguen activas, no cruce: puede venir otro tren.
- Solo cuando se compruebe que no existe riesgo puede cruzar el paso a nivel. Y siempre hágalo lo antes posible.