Compartir también es para el verano
- El sharing sigue siendo eminentemente urbano, pero empieza a despuntar como opción turística
09 junio 2022
A sus 19 años, Álvaro y Nacho han organizado su primera salida estival nada más acabar el curso en función de un objetivo muy claro: ver el 7 de julio a Walls, Quevedo y Daniel Sabater, entre otros, en el Big Sound Festival de Valencia. Como el verano está arrancando y el presupuesto habrá que estirarlo para otros planes futuros, han decidido apostar por fórmulas de transporte que les den la máxima libertad de horarios y de movimientos a un coste razonable.
El primer paso es el desplazamiento a Valencia desde Madrid. Se decantan por un servicio de carpooling o viaje compartido en el coche de un particular que anuncia en la app correspondiente el destino, fecha y hora a la que sale y las plazas que ofrece. Comprueban en Blablacar que los precios para este desplazamiento parten de los 16 euros por persona. El autobús tiene distintas tarifas según horario y servicio que arrancan en 30 euros, así que ahí encuentran margen.
Viajar acompañado
Precisamente, un reciente estudio de la OCU sobre la huella de carbono destaca que la movilidad es el ámbito donde más podemos mejorar y que, aunque el 58% de los encuestados confiesa que el coche particular es su medio más habitual de transporte en viajes largos, otro 9% dicen utilizar el coche compartido con otros usuarios.
La consultora Smartme Analytics, que recientemente presentó un informe de su Observatorio de Servicios de Movilidad Urbana, señala que las aplicaciones de carpooling ya no solo son para los más jóvenes y “la recurrencia entre usuarios es muy elevada también en los targets de mayor edad, lo que nos indica que las generaciones más mayores también están adoptando esta nueva tendencia”.
La misma impresión tiene Ramón Ledesma, experto de la consultora Pons Mobility, para quien las vacaciones familiares probablemente sean una de las grandes razones por las que los particulares aún compran coche, aunque percibe que “algo empieza a cambiar”. El aumento del renting o de “servicios de segunda mano para particulares” serían señales de ello.
Cómo moverse en ciudad
El mismo día del concierto, y dado que su alojamiento está en Ciutat Vella, a unos 45 minutos andando de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, sede del festival, nuestros viajeros consultan la app Citymapper para ver cuáles son sus mejores opciones de transporte, tanto público como privado. Por tiempo gana el taxi: 9 minutos a través de la app FreeNow, que les costará entre 9 y 13 euros; pero por precio son imbatibles las bicis de Valenbisi porque sus primeros 30 minutos salen gratis y la aplicación asegura que el trayecto se hace en 28.
La Red de Ciudades por la Bicicleta está actualizando sus datos de uso de este medio de transporte a nivel urbano tras la pandemia. De momento la última información de su Observatorio de la Bicicleta corresponde a 2020 e indica que la mitad de las 33 ciudades analizadas disponían de un servicio municipal de bicis, una cuarta parte tenían un plan específico de desarrollo de este medio y más del 80% contaban con planes de movilidad urbana sostenible donde la bici juega un papel central. Los 1.500 millones de euros que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia destina a municipios en el ámbito de la movilidad seguro que impulsan estas cifras.
Alquiler de coche flexible
Al día siguiente Nacho y Álvaro se plantean una jornada eminentemente playera y deciden visitar Cullera, para lo que valoran la posibilidad de recurrir al alquiler entre particulares, una modalidad de vehículo compartido que sin embargo tienen que descartar porque les exige una edad mínima de 21 años y tres años de antigüedad en su carné. Una pena, porque a través de una de ellas habían localizado ofertas a partir de 32 euros para todo el día.
Una de las empresas que se dedican a ello es Social Car, que opera en más de 600 poblaciones españolas. Donde más alquileres registra es en “Barcelona, Madrid, Valencia, Baleares y Canarias, aunque las islas, sobre todo Baleares, son más estacionales”. Como en el caso del carpooling, la tendencia que se apunta es el aumento de la edad media de los usuarios. Desde Social Car señalan que al target de gente joven acostumbrada a compartir se añaden otros más mayores “que han decidido no tener coche porque por lo poco lo usan les sale más a cuenta alquilar uno cuando lo necesiten”.
Las empresas de alquiler convencional sí dan a nuestros viajeros la opción de acceder a un vehículo, aunque el precio es superior y generalmente con un recargo por ser tan jóvenes.
Según el presidente de la Federación Nacional Empresarial de Alquiler de Vehículos Con y Sin Conductor (FENEVAL), Juan Luis Barahona, se observa “una clara reactivación del turismo”, y las previsiones son positivas. Eso sí, con un inconveniente añadido: la falta de flota, por lo que aconseja a los usuarios planificar con la mayor antelación posible sus desplazamientos.
Constata que en temporada estival “las islas y, en general las zonas de costa continúan siendo el activo más significativo para el rent a car”. Y a pesar de las buenas previsiones para este año, reconoce que “el pago por el uso del vehículo es una tendencia creciente en esta nueva movilidad que terminará por desplazar cada vez más a la propiedad”.
Eso sí, finalmente nuestros viajeros optan por el transporte público: en Cercanías, según la línea pueden tardar entre una hora y 80 minutos en llegar por 3,70 cada uno.
Motos y coches de pago por uso
Ya el sábado volverán a Madrid por la tarde, pero la mañana se puede aprovechar en la playa de la Malvarrosa. Para ello barajan un servicio de alquiler por uso de motos o motosharing como Yego o Cooltra, que admiten dos pasajeros, por alrededor de 2,50€. También ofrece el servicio en Valencia la compañía Acciona, pero alquila motos de 125 cc para las que se exige tres años de antigüedad en la licencia de conducción B, condición que, obviamente, no cumple ninguno de los dos.
Este requisito también es común en las empresas de carsharing. Sobre esta modalidad de transporte David Bartolomé, presidente de la Asociación de Vehículo Compartido de España (AVCE), señala que el modelo está muy evolucionado en grandes ciudades –Madrid en particular, en el caso de España- pero ha de desarrollarse aún mucho más para poder llevarse a territorios menos poblados. “Tiene que variar la regulación y la cultura de la movilidad en España, pero también, desde el punto de vista del operador, tiene que variar su modelo para hacerlo encajar en espacios menos poblados”, explica. Hoy por hoy estos servicios “necesitan masa crítica para ser rentables”, pero adelanta en un futuro próximo la puesta en marcha de modelos de negocio escalables que se podrán adaptar a ciudades más pequeñas.
La clave: el uso masivo
Ramón Ledesma, de Pons Mobility, coincide en esto al señalar que la premisa básica para que funcione un sistema de vehículo compartido es que resulte rentable por el volumen de usos. “En el caso de las grandes ciudades parece claro que es así. En el supuesto de enclaves menos poblados, de turismo intensivo en verano, la solución sería probablemente estacional”, apunta.
Los análisis al respecto de Smartme Analytics indican que “en las comunidades autónomas que reciben más turismo en las temporadas estivales aumenta el uso de las principales aplicaciones del sector”.
En concreto, han detectado que en Andalucía algunas “prácticamente duplican su uso en los meses de verano y lo mismo pasa en Cataluña, Comunidad Valenciana o Castilla y León”.
Nuestros viajeros lo confirman con hechos: de nuevo recurrirán a una app de viajes compartidos para regresar a casa el sábado, cansados, más morenos y seguro que con nuevos planes para el resto del verano.
Testimonios
Álvaro Bernabeu y Nacho Moreno
“Podemos elegir entre varias opciones y más baratas” / “Llevas la solución en el móvil”
Para estos dos amigos sin duda cualquier transporte compartido, público o particular, es su mejor opción de movilidad: “El presupuesto es, lógicamente, limitado y lo bueno de esto es que llevas en el móvil la solución a cualquier imprevisto y, además, siempre con varias opciones”, asegura Nacho. Álvaro destaca que son de Madrid, donde las posibilidades de transporte público son muy buenas y asequibles para los jóvenes, y aunque en su familia siempre se han movido con vehículo propio tiene claro que este concepto está cambiando: “Tener un coche te obliga a usarlo. En cambio, nosotros tenemos la libertad de elegir entre diferentes posibilidades que además son más baratas”.
Paloma Casillas
“Es una opción cómoda y sostenible”
Se confiesa fan absoluta del servicio de carsharing, que lleva utilizando “prácticamente desde que se instaló la compañía Share Now, que es a la que suelo recurrir”. Conoce la posibilidad que le brinda esta empresa de recurrir al servicio en otras ciudades europeas en las que también está instalada, aunque de momento solo lo ha usado en Madrid. “Me resulta muy cómodo tanto para ir al trabajo como en planes de ocio los fines de semana”, explica. Añade que no tiene coche en propiedad y que usa el carsharing en combinación con metro y autobús, según las necesidades del momento. “Siempre recomiendo el coche compartido porque es una opción cómoda y sostenible”, asegura Paloma.
Nuria Fernández Gámez
“No descarto repetir el carpooling”
La experiencia de Nuria con estos servicios es doble, ya que ha sido pasajera y piloto. La primera vez que lo usó fue por una urgencia: volvía de Málaga a Madrid con una amiga pero perdieron el tren. En Blablacar localizaron un viaje que resolvía su problema por poco dinero y de forma inmediata. Después, fue ella la que ofreció su coche. Con otra amiga planeaba una ruta por el sur de Portugal y llevaron a una tercera pasajera hasta Huelva. Confiesa revisar con atención las valoraciones de sus compañeros de viaje. Si va de pasajera, “me fijo en si es amable, si se le considera buen conductor o si tiene el coche limpio”. No descarta repetir, aunque prefiere como piloto porque en la otra versión “al final tienes que depositar tu confianza en una persona que no conoces”.
La DGT ha publicado un video en el que facilita consejos para utilizar los vehículos compartidos. Desde la necesidad de disponer el permiso de conducir adecuado y en vigor, hasta el uso de casco o cinturón de seguridad, según el vehículo, etcétera.
En mayo, el municipio toledano de Illán de Vacas, con tres habitantes censados, fue el elegido por Hyundai para relanzar su servicio de carsharing rural VIVe, iniciado en 2019. Como explican desde Hyundai, su finalidad es lograr ¨que estén mejor comunicados y facilitar los desplazamientos de sus vecinos respetando el entorno”. Actualmente hay 33 municipios activos, aunque “para finales de 2022 hay una previsión de llegar a 70”, señalan. Pero no es la unica iniciativa en marcha: The Mobility Factory aglutina a cooperativas en toda Europa que ofrecen el servicio, algunas en España. Concretamente en Cataluña (Som Mobilitat), Castilla y León (eKiwi), Comunidad Valenciana (AlternaCoop) y Madrid (Conecta Movel), y proyectos en Aragón, Navarra y Canarias.
De las tres horas y media diarias que dedicamos al móvil –según el informe “Mobile en España y en el Mundo”– cada vez un mayor porcentaje de ese tiempo es para trazar rutas más rápidas, localizar un vehículo compartido o encontrar el mejor medio para llegar a mi destino. Son las súper apps de movilidad y estas, algunas de las más destacadas:
• FreeNow (Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga y Asturias): ofrece información sobre motos, bicis, patinetes, taxis y coches compartidos de varias compañías.
• SMOU (presente en Barcelona): da pistas de bicis, parking, puntos recarga, alquiler coches, carsharing, motosharing…
• Citymapper (Madrid, Barcelona, País Vasco, Valencia, Sevilla, Málaga, Baleares, Zaragoza y Granada): alternativas de transporte público y privado.
• Chipi (Madrid, Barcelona, Zaragoza, Las Palmas y Málaga): comparador en tiempo real, analiza los anteriores, incluyendo el transporte público.
• Urbi (Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Sevilla y Zaragoza): integra todo el sharing y el transporte público.
• Específicas de transporte público: Moovit (en casi 60 ciudades españolas), MAAS Madrid o TMB en Barcelona.
El presidente de la Asociación de Vehículo Compartido de Espana (AVCE) y manager director de ShareNow, David Bartolomé, reflexiona sobre las posibilidades de desarrollo del mercado turístico en el ámbito de la movilidad compartida.
El patinete es ligero, barato y no contamina. El problema reside en que cada ciudad dispone de sus propias normas y sistemas de regulación respecto a los VMP, lo que dificulta tener un marco claro en el que recoger las demandas de quienes los conducen y del resto de usuarios de las vías. A ello se añade que muchos de ellos son jóvenes sin carné de conducir y, en principio, sin la necesaria formación vial. Para abordarlo, el operador de micromovilidad Voi ha lanzado una campaña de seguridad para concienciar sobre comportamientos de riesgo como saltarse semáforos, conducir en estado de embriaguez, circular por aceras, etc. La campaña se desarrollará a través de su escuela de formación vial online, aunque la compañía también se compromete a organizar un centenar de eventos de formación en toda Europa este año.
Encuesta realizada por la OCU en el mes de abril entre usuarios de vehículos de movilidad compartida de Madrid y Barcelona.