08 junio 2022

Las circunstancias hacen que muchos duden a la hora de embarcarse en la compra de un coche. Por eso proliferan las ofertas flexibles para un usuario al que se seduce no con un producto sino con una oferta de servicios. La comodidad y el acceso a vehículos más seguros y ecológicos son motivaciones centrales, con una derivada además muy positiva desde el punto de vista de la seguridad vial: la renovación constante aumenta el número de coches más modernos en circulación.

El coche que uno conduce puede seguir siendo un símbolo de estatus social, un elemento definitorio de la marca personal de quien se sienta al volante y hasta la expresión misma de su capricho más deseado. Eso no ha cambiado en décadas, pero sí lo está haciendo, y de manera evidente, la manera en que todo ello puede llegar a concretarse.

De hecho, la compra directa en el concesionario ya no supone la única vía de entrada para cumplir la aspiración de contar con un vehículo. El renting y la amplia panoplia de fórmulas en que se ofrece al usuario representa una evolución del concepto de propiedad del coche, con diferentes grados de compromiso del cliente. Este valora el acceder a un coche más moderno y que la operación ya no sea obligatoriamente a largo plazo, lo que se traduce en una posibilidad de actualización a los últimos estándares de consumo y seguridad, implanteables cuando se mantiene el mismo vehículo durante un largo periodo de tiempo.

El modelo base del renting parte de que el conductor decide al final del plazo acordado si se queda el coche, lo cambia por otro o renuncia a continuar con el servicio. Pero esta modalidad se ha ido sofisticando.

Crecimiento exponencial

José Martín Castro, presidente de la Asociación Española de Renting (AER), explica que ya no se puede pensar solo en el modelo original, “que eran cuotas fijas a 48 meses y te lo quedas o lo devuelves y hacemos otro renting”. Lo habitual es que además del uso y disfrute del vehículo se incluya en las cuotas el seguro a todo riesgo, mantenimiento integral y reparaciones, asistencia en carretera, etc. Otras opciones como cambio de neumáticos, seguro sin franquicia, vehículo de sustitución o ampliación del límite de kilómetros al año pueden ser ofertas adicionales que, evidentemente, repercuten en el coste final.

Como resultado, el parque de vehículos en renting ha subido un 44%, mientras que los usuarios casi se han quintuplicado desde 2015. Según datos de AER, las empresas de renting tienen ya más de 800.000 unidades. Autónomos y particulares son quienes más incrementan su presencia en este sector, con un crecimiento del 14% en los primeros meses de 2022 respecto al mismo periodo de 2021. Esto significa que el renting ya no es territorio exclusivo de empresas: los clientes individuales suponen la mitad de su cartera total de usuarios lo que, además, redunda en el rejuvenecimiento del parque móvil.

Un cambio cultural

José Coronel de Palma, presidente de la Asociación Española de Leasing y Renting (AELR), apunta que “los hábitos sociales, en especial entre los jóvenes, pasan por disponer de menos lastres y solo asumir los costes que se originan por lo que se usa y en proporción al uso que se hace”.

En su opinión, “el volumen de compras que asume el arrendador consigue unas sinergias que se transfieren a los arrendatarios, consiguiendo un pago mensual más competitivo que cuando se compara con el pago periódico de un préstamo, por ejemplo”.

Como resultado, asegura que “todas las comparativas entre compra financiada y renting salen favorables a este”, si se asume la devolución al finalizar el periodo contratado o la venta del vehículo financiado a los 4-5 años. “Ante escenarios de tenencia más larga del vehículo, a partir de 8-10 años, salvo por posibles incidencias mecánicas, la financiación sale con un menor coste, si bien hoy en día cada vez menos consumidores proyectan un escenario tan largo”, asegura.

Precisamente en esta redefinición de los tiempos descansa en buena medida el auge de estas fórmulas alternativas de acceso al vehículo. Influyen factores coyunturales como la incertidumbre económica, las dificultades por la crisis de suministros o las limitaciones de circulación en grandes ciudades relacionadas con factores medioambientales. A nivel particular, la posibilidad de acceder a un catálogo de servicios, el hecho de que esté asociado a un vehículo nuevo y posiblemente de una categoría superior a la que el usuario podría acceder en la compra directa son otros factores relevantes.

En este sentido, Castro apunta que el cliente está concienciado con la seguridad y la sostenibilidad y esto “le hace estar dispuesto a comprometerse económicamente“. Como consecuencia, “las empresas identifican los vehículos que menos consumen y los mas seguros, y esto se esta convirtiendo también en un elemento de entrada“.

Un negocio con futuro

Prueba de que se trata de un sector en crecimiento es, como señala Juan-Martín Castro, que las 16 empresas asociadas a la AER, “que representan el 92% del mercado”, adquirieron el año pasado vehículos por valor de 6.000 millones. Esto, explica, les permite acceder a una economía de escala con la que ofrecer productos con precios estables y con márgenes donde incluir esos servicios de valor añadido.

Además, la variedad de actores que empiezan a participar en renting da idea de su pujanza: empresas de alquiler tradicional, concesionarios o bancos ofrecen servicios que incluyen el uso de un bien como es el automóvil. También los fabricantes, cuyas propuestas de renting cada vez se muestran más integradas en su publicidad convencional, o incluso con apuestas más avanzadas como el recientemente presentado Mobilize de Renault, que ya no vende los coches sino la movilidad asociada a ellos con un servicio de alquiler por periodos cortos o suscripción.

Castro señala que “hay un cambio importante por parte de las propias marcas, que han empezado a hacer publicidad de renting, sobre todo en los dos últimos años”. Explica que su percepción es que el cliente, en el formato aspiracional, opta por esta vía de acceso al vehículo y por eso se han decidido a apostar por ello. Por otra parte, afirma que se está poniendo de moda culturalmente “porque entran los fabricantes, porque los talleres ya se han acostumbrando a él y porque está encajando muy bien con la situación de incertidumbre que estamos viviendo”.

Puerta de entrada

Dudas e inseguridades que se acentúan por los cambios regulatorios que se vislumbran en el horizonte relacionados con las limitaciones a los vehículos más contaminantes: “La gente es consciente de que los vehículos de hoy son de transición, lo que hace pensar en comprometerse durante tres años y luego ya veremos”, señala Castro. En definitiva, muchos conductores se plantean que quizá sea aventurado comprar un vehículo que en poco tiempo se puede quedar obsoleto.

De hecho, una encuesta de la empresa de renting Northgate indica que un 74% de los españoles ya se plantea optar por un vehículo eléctrico. De ese porcentaje, dos tercios apostaría por ello si pudiera cambiarlo todos los años, dado su elevado precio y las constantes mejoras tecnológicas que permiten ir aumentando su autonomía y seguridad. Otro estudio al respecto realizado por Coches.net afirma que el 55% de los usuarios de renting quieren contratar un eléctrico.

Futuro: segunda mano

La misma encuesta señala que cuatro de cada diez clientes consultados estarían interesados en contratar operaciones con vehículos de ocasión. El incentivo para el conductor radica en la posibilidad de lograr cuotas más bajas, y para la empresa en ampliar el ciclo de vida de un vehículo al que, fruto de las condiciones del contrato, se le ha proporcionado un mantenimiento impecable.

Para el presidente de AER, la normalización del vehículo de ocasión en el sector del renting puede servir, además, como una manera de captar nuevos clientes que, con cuotas más económicas, acabarán perdiendo el miedo a estas nuevas fórmulas. Aunque advierte de que esa rebaja en la cuota podría llegar al 10-20% pero no más, ya que el “perfecto estado de mantenimiento” en que se encuentra el vehículo es lo que genera el mayor gasto y esa oferta se mantiene sea nuevo o de segunda mano.

Otra clave del desarrollo de estas fórmulas será su popularización en todo el territorio nacional. Coronel de Palma señala que los residentes en entornos urbanos son los primeros en decantarse por ello: “El eje mediterráneo (Cataluña y Valencia) junto con Madrid son las zonas donde vemos mayor crecimiento de automóviles”.

Desde AER añaden otras zonas más pobladas como País Vasco, Sevilla o Zaragoza, siempre grandes áreas metropolitanas, aunque detectan una mayor capilarización y ya hay “un crecimiento intenso en todas las provincias, incluso en las de menor densidad de población”.

 

Para todos los gustos

Las variantes son incontables. Proponemos una muestra con datos tomados de las webs de empresas de renting que, eso sí, advierten de que el valor final se determina tras el contacto directo con el cliente.).