Sillitas: informar y formar a los padres
- Los SRI son seguros, pero si falla la instalación no protegen
03 octubre 2022
No hay duda. Cada vez somos más conscientes de que, en carretera, la seguridad es lo que importa, y mucho más cuando hablamos de niños. Sin embargo, las sillitas a las que subimos a los más pequeños producen más de un dolor de cabeza. Las familias alegan confusión al comprar, tienen dudas sobre tallas y alturas, manifiestan un total desconocimiento de los sistemas de homologación y su instalación…
En 2020 fallecieron 17 menores de 14 años y en 2019 fueron 32. Los siniestros de tráfico son la segunda causa de muerte infantil, tras los ahogamientos, y toca arremangarse para lograr el objetivo de cero víctimas infantiles en la carretera. Las cifras tampoco son halagüeñas: tras una campaña especial de vigilancia de la DGT, descubrimos que en solo una semana del pasado mes de abril se identificaron 280 niños en coches sin ningún sistema de retención infantil, 213 en los asientos traseros y 67 en los delanteros. Y eso que la nueva Ley de Tráfico acaba de aumentar los puntos que se pierden (4 frente a los 3 anteriores) por viajar con niños sin su correspondiente SRI o no hacer buen uso del mismo, y se mantiene la cuantía económica (200 €), una medida aplaudida por los expertos en seguridad vial, que saben que el uso de las 'sillitas' reduce en un 90% el riesgo de lesión en caso de siniestro.
Controles
Asusta, y mucho, que las sillas, que tantos controles de seguridad y calidad pasan en sofisticados laboratorios, se coloquen incorrectamente. Ésta es la razón por la que la Alianza Española para la Seguridad Vial Infantil (AESVI), el primer foro de expertos a nivel nacional formado por diversos sectores involucrados en la seguridad vial de los niños, ha elaborado, a instancias de la DGT, un trabajo de campo para identificar el uso correcto e incorrecto de estos sistemas. Para ello, se observaron 200 vehículos con al menos un niño entre sus ocupantes.
Un trabajo necesario
El trabajo encargado por la DGT a AESVI tuvo resultados francamente preocupantes. Entre otras conclusiones, señala que solo la mitad de los SRI analizados (49%) iba correctamente instalado, frente al 27% considerado 'incorrecto' y el resto, con pequeñas deficiencias. También se remarca que las etiquetas de homologación de los SRI suelen encontrarse bajo la silla, por lo que no se ven con facilidad; que la mayoría de los SRI se rigen por la normativa R44 (la más antigua) y que las sillas con anclaje Isofix suelen ir sujetas, innecesariamente, con el cinturón de seguridad. Además, muchos menores con altura entre 135 y 150 centímetros viajan sin SRI, desatendiendo la recomendación de los expertos.
Confusión
“Las familias están muy perdidas –dice tajante Josep María Vallés, director económico de AESVI, asesor de Naciones Unidas en Seguridad Vial Infantil y presidente de la Fundación Smart Baby–. Es fundamental llegar a las familias desde las instituciones e involucrar a colectivos esenciales, como pediatras y matronas. Hay muchas sillas diferentes porque hay que atender a todos, y esto hace que la gente se líe”. Porque, ¿qué ocurre con el recién nacido que sale de la maternidad con apenas dos o tres días de vida? Ese primer viaje de la maternidad a casa debe realizarse con un SRI adecuado porque, en caso de siniestro de tráfico, saldría despedido o sería aplastado por la persona que lo llevara en brazos. Pero muchos esperan hasta después del nacimiento para hacerse con una silla, ya con prisas y falta de destreza.
La normativa establece que los niños en coche deben viajar en una silla infantil (SRI) adecuada a su peso y talla hasta que tengan una estatura superior a 1,35 metros. Aunque se aconseja que la sigan utilizando hasta que alcancen 1,50 m. Y un dato importante: los bebés, hasta que no cumplen 15 meses o pesan más de 9 kilos, deben utilizar una silla instalada en sentido contraria a la marcha, para proteger su frágil cuello en caso de colisión.
Además, los expertos y la DGT insisten y aconsejan alargar el tiempo que el niño viaja en sentido contrario a la marcha para una mayor seguridad (hasta los 4 años).
No hace falta hacer un máster en sistemas de retención infantil para hacer las cosas bien, dice Vallés, también autor del libro “La silla perfecta no existe”. Bastaría, asegura, con una sesión de unas horas ofertada desde ayuntamientos y jefaturas povinciales de tráfico, centros de salud o escuelas. E insiste: “Las familias creen que comprando la silla el problema se acaba, pero la prevención pasa por instalarla correctamente. Diseñar y homologar una silla ‘i-Size’ puede costar más de 6 millones de euros. Son productos tecnológicamente muy avanzados, pero si la mejor silla del mundo no está bien instalada, no protege en caso de accidente”.
Homologadas (siempre)
Las normas de homologación consisten en una serie de pruebas, realizadas en laboratorios acreditados, que los SRI deben superar para demostrar su seguridad.
En la actualidad, las sillitas infantiles solo pueden homologarse bajo la nueva norma R129 (también conocida como “i-Size”), si bien todavía se permite la comercialización de sillas homologadas con la normativa R44. A partir del 1 de septiembre de 2023 solo se podrán comercializar las homologadas con la normativa R129, mucho más exigente que la anterior.
Con respaldo. Para colocar bien un sistema de retención infantil, hay que tener en cuenta muchos factores: la inclinación del asiento, situación de los airbags, edad y altura del niño, si existe alguna discapacidad… Además, es aconsejable que los menores de 4 años viajen mirando hacia atrás.
A partir de esta edad, un asiento elevador con respaldo, a fin de ajustar el cinturón de seguridad correctamente a la anatomía del niño, ofrece una buena protección lateral para cabeza y tronco. Un elevador con respaldo reduce hasta seis veces el riesgo de daño en la cabeza en caso de impacto lateral, porque el niño permanece en todo momento dentro del SRI
También adaptadas
¿Y los niños con capacidades distintas? No hay que olvidarse de esos menores que, por sus condiciones físicas o psíquicas, necesitan adaptación de los dispositivos de retención infantil convencionales. Para hacernos una idea, diremos que si todos los años nacen en España 375.000 bebés, unos 5.600 tienen algún tipo de capacidad distinta, lo que supone alrededor del 1,5%. ¿Y hay sillitas para estos niños? Sí, hay capazos de seguridad, sillas que permiten separar y estirar las piernas, arneses para mantener el torso erguido y paralelo al respaldo del asiento, cojines de relleno para la silla para mantener una postura correcta, reposacabezas con orejas, collarines o gorros para tener erguida la cabeza, y en el caso de los niños con “huesos de cristal”, los asientos siempre se orientan en sentido contrario al de la marcha.
Ni añadidos ni usadas
Hay que tener en cuenta que a un SRI no se le puede añadir ni quitar ninguna pieza. Usar un accesorio no homologado puede causar que la compañía de seguros no se haga cargo de los gastos (indemnizaciones) en caso de accidente.
El préstamo o la compra de sistemas de retención infantil de segunda mano trae de cabeza a los expertos. En persona o por Internet, esta práctica no ha dejado de crecer en los últimos años y, desgraciadamente, se realiza sin control oficial, sin asesoramiento profesional y sin garantía sobre el producto. Así, se compran productos sin instrucciones, deteriorados, con falta de piezas e incluso con problemas higiénico-sanitarios.
“El reciclaje y la economía circular no vale para todo. ¿Alguien recicla una mascarilla? Pues aquí lo mismo. De hecho, en EE. UU. las sillas tienen fecha de caducidad y su uso posterior se sanciona”, señala Vallés, quien reclama, como representante de AESVI, un IVA reducido para este producto esencial. Esta petición se basa en la existencia de una directiva europea que regula la fiscalidad de los productos esenciales, con las sillas infantiles incluidas en esta directiva. Portugal, por ejemplo, aplica el 6% de IVA a los SRI, Polonia el 8% y España, el 21%. “Bajar el IVA ayudaría a reducir el precio de las sillas y a acabar con el mercado de segunda mano”, dice Vallés.
Así, ¿viajan nuestros hijos siempre seguros? Muchas familias no tienen el conocimiento adecuado sobre seguridad infantil, un dato “preocupante” si se tiene en cuenta que los SRI pueden evitar el 75% de las muertes infantiles.
El catecismo de los SRI
Solo hay que atender unas poca reglas y seguirlas a rajatabla, como si fueran el catecismo de la seguridad vial infantil. Aquí van algunos consejos para no llevarse sustos con los SRI:
Instrucciones
Hay que seguirlas siempre. En caso de duda, pedir ayuda al fabricante o al vendedor.
Todas las piezas
La Dirección General de Tráfico, pone en marcha desde hoy y hasta el próximo domingo una nueva campaña de vigilancia y control de alcohol y drogas en carretera, cuyo principal objetivo es evitar que conductores que hayan ingerido alguna de estas sustancias circulen por la carretera. Durante esta semana los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC).
Elegir
Adecuada
Sin abrigo
Detrás
Cintas
No usada
Homologada
Comprobar
¿Y qué ocurre cuando viajamos con menores en transporte público? Si lo hacemos en autobús, el Reglamento General de Circulación indica que en los autobuses (vehículos destinados al transporte de pasajeros de más de 9 plazas), los menores de 3 o más años tienen que usar sistemas de retención homologados y adaptados a su talla y peso. Cuando no se dispongan de estos sistemas utilizarán los cinturones de seguridad (normalmente de 2 puntos de anclaje) de los asientos de estos vehículos.
Por otro lado, los niños que no alcancen los 135 centímetros de altura están exentos de usar un SRI en los taxis o vehículos con licencia VTC, siempre que se trate de trayectos urbanos y ocupen asientos traseros. Es cierto que la mayoría de estos servicios ponen a disposición de sus clientes un SRI acorde a las necesidades del menor. Por eso, es aconsejable comunicar que llevamos un niño cuando solicitamos sus servicios.
Antonio del Pozo (abuelo)
“Nos toca cuidar de nuestras nietas de 6 y 2 añitos. Así que mi hijo tiene 6 sillas. Dos en su coche y otras 4 para los coches de los abuelos. Pero es la única manera de viajar seguros. Sin ellas no vamos a ninguna parte. Eso lo teníamos claro y mi hijo también. No hizo falta negociar nada porque él se ocupó de todo”.
Blanca Musitu
"Tenemos dos niños y aunque las dos sillas ocupan toda la parte trasera del coche siempre las hemos usado: la seguridad de ellos es lo primero y, además, las sillas actuales son muy cómodas y ellos van a gusto".
Carmen Ainoza
“Soy madre de mellizas prematuras. Las niñas tienen 11 años pero como son bajitas siguen en sus sillas del grupo 3. A ellas les da vergüenza llegar al cole así, pero no es negociable. Además de ir con cinturón, van ancladas con Isofix. Las dos cosas me dan mucha seguridad. Un amiguito tuvo un accidente el verano pasado. Fue el único que no tuvo daños. Pero son muy caras: dos coches y 4 sillas”.
Davinia Sañudo
“Tengo dos niñas (5 años y 9 meses). Me parece más seguro que vayan a contramarcha porque , en caso contrario, si se quedan dormidas y hay un frenazo pueden sufrir el esguince cervical. La mayor ya, según se sienta, se pone el SRI. No le gusta, pero sabe que en el coche los cuatro vamos con cinturón. La inversión en una buena sillita merece la pena".
Marta Chávarri
“Tengo una niña de 6 años y otra de 3. Mientras he podido, las he llevado a contramarcha porque me parece más seguro, por el impacto en el cuello. Los coches y las sillas están muy bien preparados. Eso lo teníamos claro, queríamos algo bueno y seguro. De hecho, si llevas la silla en el asiento del copiloto, una etiqueta advierte de que hay que desconectar el airbag. Aún recuerdo cuando era pequeña y viajábamos sin cinturón y sin sillas…".
Nora Lerma
“Mi niño tiene 3 años. Viaja en una sillita del grupo 01 con arnés, aunque pesa ya 11 kilos y a los 15 kilos me tocará cambiarla. Son caras, pero su vida es más importante. No se me ocurriría nunca viajar sin silla. Ahora la coloco mirando hacia adelante y detrás del copiloto. Eso me permite observarle. Nos dejamos aconsejar y creo que lo hicieron muy bien”.
Raúl Ainoza
"Las sillas son la única manera de viajar seguros, aunque creo que el airbag, si salta, puede ser muy peligrosos para los bebés, porque son demasiado pequeños. Ir mirando en sentido de la marcha es peligroso, pero antes no había tantos modelos. No hace falta comprarse el "mercedes" de las sillas, pero sí deben ser buenas y seguras. Lo barato sale caro y con los hijos nos jugamos mucho. Yo siempre las he llevado con Isofix".
Rosa Estrada
“El uso de las sillitas es obligatorio, pero si no lo fuera, yo las utilizaría para mis hijos. Evitan que, en caso de accidente o frenazo brusco, los niños salgan volando. Solo tuve un percance con ellas. En una ITV me las quitaron para hacer las comprobaciones del cinturón de seguridad. Después, subí a la niña, y descubrí que la pequeña estaba torcida en bloque con la silla y casi se cae. ¡Menudo susto!”.