Un alivio tras el “shock”
- Visitamos las Unidades de Tráfico de los hospitales del grupo HM de León, del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y de la Clínica Cemtro.
15 marzo 2023
Las Unidades de Tráfico hospitalarias son, para muchos, un alivio, un foco de luz, tras la experiencia traumática de un accidente que, en muchas ocasiones, cambia la vida de quien lo sufre. A ellas pueden acudir todas las personas involucradas en un siniestro en la carretera, tanto los conductores como los acompañantes, además de los peatones y los motoristas. Se trata de un servicio gratuito, ya que son las aseguradoras las que asumen estos gastos, siempre que el lesionado no sea el culpable del accidente y no vaya en estado de alcoholemia o haya consumido drogas. Las compañías tampoco asumen los gastos si el vehículo no cuenta con, al menos, el seguro obligatorio.
Los lesionados en un accidente de tráfico tienen derecho a elegir libremente el centro hospitalario donde recibir asistencia y tener una atención integral y asesoramiento legal, según se desprende del convenio firmado por el Consorcio de Compensación de Seguros, los Servicios de Salud, las asociaciones sanitarias privadas y Unespa, patronal de las aseguradoras. Un convenio marco de asistencia sanitaria que rige las relaciones entre centros hospitalarios privados y compañías de seguros.
Tarifas pactadas
Según este convenio, los hospitales que se acogen a él deben facturar con arreglo a los tarifas pactadas con las aseguradoras. Por ejemplo, en 2022, el paso por el servicio de urgencias sin ingreso hospitalario estaba valorado en 281 euros; la estancia diaria, entre 382,42 y 472,80 €/día; la estancia diaria en la UVI superaba los 1.100, un TAC costaba 127,94, una resonancia magnética, cerca de 200 €. Una ecografía estaba valorada en 95 € y una gammagrafía, en 212 €. Y así toda una relación de conceptos, entre los que figuran la primera asistencia ambulatoria (94,25 €), las consultas sucesivas (58,90 €), sesiones de rehabilitación (17,67 €) o la electromiografía (106,29 €).
En la Clínica Cemtro nos espera Francisco Muñoz, presidente de la Unidad de Accidentes de Tráfico, cuyo trabajo desempeña de manera voluntaria y altruista. Un servicio que nació en 1918 como una ampliación de la inicial Asociación Española de Lesiones Deportivas, que había echado a andar en 2016 como una organización sin ánimo de lucro para cubrir las necesidades de los deportistas de base y amater.
La Unidad de Tráfico de la Clínica Cemtro es de las pocas que no tienen convenio con Unespa, y, por tanto, no tiene que ajustarse a los límites que marcan las aseguradoras. Por eso, esta asociación está recomendada por la DGT. Sin embargo, todas las unidades de tráfico de los hospitales privados están obligadas a hacerse cargo del paciente desde el ingreso hospitalario hasta que recibe el alta médica. Los hospitales públicos, teóricamente, solo atienden las urgencias.
Coberturas desconocidas
¿Qué ocurre si un accidentado sufre lesiones a 400 kilómetros de distancia? Algunos hospitales (todos privados) envían una ambulancia para su traslado hasta el hospital deseado. ¿Y si en el coche van sus hijos y hay sospecha de que tengan alguna lesión? También son atendidos por el centro. ¿Y si los niños deben continuar el curso escolar en casa? ¿Y si los abuelos no pueden atendidos? ¿Y si en casa hay un animal doméstico que hay que alimentar? El hospital se ocupa de atender estas necesidades. ¿Y si la lesión requiere una intervención quirúrgica o provoca secuelas psicológicas? ¿Y si hay que adaptar la vivienda habitual? También se hace cargo el hospital, que más tarde se ocupa de reclamar los honorarios a la aseguradora. “Un accidentado de tráfico vive una taquicardia continua y nosotros lo sabemos. La vida se transforma, de un momento para otro, en un túnel negro y oscuro. Y tenemos la obligación de aliviar ese drama”, explica Muñoz.
Paco Muñoz, como le llaman los lesionados que acuden a la Unidad de Lesionados de Tráfico de la Clínica Cemtro, está orgulloso del apoyo emocional que dan a los lesionados “y que evitan muchas tiritas. Aquí no se escatima”. En 2022 atendieron a 1.700 víctimas de accidentes de trafico. “No todos son accidentes de gravedad, pero cuando éstos se producen, toda la maquinaria hospitalaria se pone en marcha. El top de la desgracia es el daño cerebral o el daño medular. Hay lesiones cuyo coste puede superar los 2 millones de euros. Y esto aquí está cubierto. ¿Quiénes ganan con la desinformación? Las aseguradoras. Nosotros somos un grano en el desierto y reinvertimos todo lo que ganamos. De hecho, tenemos, por ejemplo, un convenio con una unidad de aerotransporte sanitario”, puntualiza.
Las primeras 72 horas. Según Francisco Muñoz, cuando un lesionado les contacta a causa de un accidente de tráfico, la primera recomendación que dan es dirigirse al hospital más cercano antes de las 72 horas siguientes al accidente y no dejar pasar más de 15 días para continuar tratamiento, aunque después se puede continuar el tratamiento en otro centro más cercano a su domicilio. Si no se cumplen estos plazos, el derecho a las coberturas se pierde.
Los hospitales que sí se rigen por el Convenio Marco de Asistencia Derivada de Accidentes de Tráfico también están obligados a prestar la mejor atención a sus pacientes. El director médico de HM Hospitales en León, el doctor Jesús Saz Ibáñez, dice que la Unidad de Tráfico de la que es responsable solo persigue la recuperación total, o al menos las mínimas secuelas, de todas las víctimas: “Nuestro verdadero compromiso es con el paciente. La mejor recompensa que recibimos es el agradecimiento de nuestros lesionados cuando reciben el alta. Ellos han confiado en nosotros lo más importante que tienen: su salud. Y otra de las recompensas que recibimos es cuando vienen nuevos accidentados porque algún paciente que ha sido atendido previamente se la ha recomendado”.
Lesiones traumatológicas
El doctor Saz asegura que las lesiones de los 12.000 pacientes que han atendido desde que se puso en marcha la Unidad hace diez años son, en su mayoría, de índole traumatológica, y lo que más se trata es el esguince cervical. “Estas unidades son fundamentales porque dan opción a los pacientes de elegir el centro donde ser tratados y no donde les diga su compañía de seguros. Hay mucho desconocimiento. Hay quien piensa que cuando uno sufre un accidente, tiene que ir a Urgencias a un hospital público cuando lo cierto es que también puede ir a uno privado”.
Asistencia sin demoras. El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz también tiene una unidad de tráfico operativa desde 2017 que cuenta con todo el equipo médico del hospital para tratar a los pacientes. El portavoz de este hospital asegura que han atendido más de 6.000 pacientes y la mayor recompensa que reciben los profesionales sanitarios es ver el avance de las patologías hasta que recuperan su autonomía y movilidad. ¿Qué ventajas ofrece una Unidad de Tráfico frente a los servicios ordinarios de un hospital?: “Al ser una unidad especializada, ofrece una asistencia sin demoras y un tratamiento integral y personalizado para diagnosticar y tratar las lesiones en el menor tiempo posible”.
Testimonios
Ana María de Dios: “El psicólogo, tan importante como el traumatólogo”
“Era noviembre de 2020, en plena pandemia. Un tipo en estado de alcoholemia nos embistió a mi marido y a mí en una rotonda, cuando íbamos a buscar a las niñas al colegio, y se dio a la fuga. La ayuda de los conductores que fueron testigos del accidente fue decisiva. El coche, siniestro total. Yo acabé en Urgencias y desde que tuve el accidente, solo pensaba en mi único hermano, Luis, fallecido a los 29 años en carretera. En la Unidad de Tráfico, me ayudaron con todo lo que necesité. Fue una maravilla, pero psicológicamente estaba hundida. El recuerdo de mi hermano, ese tormento que ya estaba aletargado, volvió a apoderarse de mí y psicológicamente estaba fatal. Empecé a somatizar y no remontaba. Tuve hasta tics nerviosos que me trataron con botox. Me vieron muchos especialistas, hasta que la psicóloga Marta Soler fue mi salvación. En un accidente de tráfico, el psicólogo es tan importante como el traumatólogo. Al menos para mí. La clínica Cemtro para nosotros era un espacio de confianza. Y cuando conocí al responsable de la Unidad de Tráfico, Paco Muñoz, me encontré con mi ángel de la guarda. Todo fue a mejor desde entonces”.
EVA S.: “Tienen experiencia global y específica”
“Yo tuve la suerte de estar trabajando en un hospital cuando tuve el accidente de tráfico en mayo de 2019. Iba con mi hijo de 7 años en el coche y, en una salida de la M-30 en Madrid, en la vía de servicio, un coche se adelantó inesperadamente y originó un frenazo múltiple de todos los que estábamos cerca. Yo conseguí parar a tiempo, pero el que venía detrás, no. Me dieron el golpe cuando ya había girado el cuerpo instintivamente para comprobar que mi hijo estaba bien y esa postura asimétrica de la espalda me originó lesiones mayores en el cuello y en el hombro. Al principio, pensé que no era nada. Fue al día siguiente cuando fui a Urgencias y me derivaron a la Unidad de Tráfico de la Fundación Jiménez Díaz, donde me prescribieron 20 sesiones de fisioterapia porque no podía mover el hombro ni el cuello. Las unidades de tráfico, para mí, son fundamentales porque tienen una visión 360 grados de lo que ocurre y tienen experiencia acumulada y específica. No es lo mismo si te lesionas jugando al futbol que en un accidente de tráfico. Te orientan sobre los trámites y gestiones que tienes que hacer y casi nadie sabe de la existencia de las unidades de tráfico. Además, estás con pacientes que han pasado por esa experiencia y compartes situaciones parecidas a la tuya. Y eso, psicológicamente, siempre ayuda”.
Carla Gallego: “No sabía mis derechos”
“Tenía 14 años cuando tuve el accidente, en mayo de 2019. Iba con mi novio en su moto desde Don Benito (Badajoz) a un pueblo vecino a dar una vuelta. En una curva apareció un coche que invadió nuestro carril y nos lanzó por los aires. Yo volé 15 metros y caí en el asfalto. Cerré los ojos porque no sentía las piernas. Tardaron una hora en socorrernos. El chico que tuvo la culpa del accidente iba sin carné de conducir. Primero estuve en el Hospital de Mérida y luego en el de Villanueva de la Serena y Don Benito. Mi ex novio se rompió el fémur, los dedos de la mano y del pie, y le tuvieron que reconstruir la rodilla. Él tenía seguro privado y todo fue más rápido para él, pero yo no, aunque luego me dijeron que yo también tenía derecho a una asistencia especial y me llevaron a Madrid. No lo sabía. Tenía la pierna rota por varios sitios, la tibia y el fémur, y también los dedos. Y gracias a mi traslado, me hicieron ingenierías maravillosas. Ahora vivimos en Pinto, a un paso de Madrid. El accidente cambió mi vida por completo porque tuve que dejar el instituto y perdí mi vida social. La vida te cambia de un momento a otro. He pasado siete operaciones y todavía me queda otra. Ahora tengo 18 años y sigo con muletas”.
María Jesús Aranda: “Te hacen sentir un persona especial”
“El 21 de septiembre de 2021, cuando fui a buscar a una de mis nietas al colegio, que en ese momento estaba en período de adaptación escolar, un coche me atropelló en un paso de cebra. Había buena visibilidad, pero el sol deslumbró al conductor y no me vio. Me lanzó por los aires y me llevaron al hospital de mi pueblo, Talavera de la Reina. Tenía un traumatismo en la cabeza, se me rompieron el esternón y dos vértebras dorsales y las rodillas estaban destrozadas. Me dieron el alta en 24 horas. Me vi en casa inmovilizada y desesperada porque mis rodillas no me sujetaban. La vida se me truncó en un momento. Hasta que me hablaron de las unidades de tráfico. Y enseguida me mandaron una ambulancia y me operaron las rodillas. El trato fue estupendo y me solucionaron todos los trámites. La rehabilitación la hice en la clínica de San Vicente de Madrid y todo fue muy bien, aunque tuve una sepsis y me tuvieron que volver a operar. No tengo más que palabras de agradecimiento. Si no me hubieran informado de la existencia de estas unidades, no sé cómo hubiera sobrevivido. En la clínica me trasladaban con grúa y en silla de ruedas. Tengo 58 años y han hecho una obra de arte con mis rodillas. Todavía no me han dado el alta definitiva, pero ya veo la luz y siguen pendientes de mí. Te hacen sentir una persona especial y eso te hace subirte arriba”.