Con frío, ¡no patine!
- La clave, no perder el control del vehículo
18 diciembre 2023
Un paisaje nevado puede ser algo idílico excepto cuando se trata de conducir. Durante una nevada se reduce la visibilidad de manera considerable y cuando la nieve se acumula puede ocultar la señalización horizontal e incluso la vertical. No olvide encender las luces de cruce. Además, tanto con nieve como con hielo la adherencia del vehículo es muy limitada, por eso lo primero es reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad. En estas circunstancias los siguientes consejos pueden serle de utilidad.
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ACELERE SUAVEMENTE y si debe cambiar de marcha, hágalo en el menor tiempo posible. Mantenga una velocidad moderada y tómese tiempo para frenar y cambiar de dirección.
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EN DESCENSO, utilice marchas cortas, y evite usar el pedal de freno. Si fuera imprescindible, apoye suavemente el pie sobre él. Use el freno motor mientras continúa bajando la velocidad.
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PARA REALIZAR UN GIRO, comience a frenar antes de girar el volante y si el coche pierde adherencia, levante el pie del acelerador e intente que las ruedas sigan en la dirección a la que desea que se dirija el vehículo.
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EN CASO DE DERRAPE DEL VEHÍCULO, gire suavemente el volante en la misma dirección. No suelte el volante ni apriete el freno bruscamente.
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APROVECHE LAS MARCAS dejadas por otros vehículos, pero recuerde que la nieve aplastada es más resbaladiza que la nieve fresca.
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TOME TODAS LAS PRECAUCIONES. En caso de cruzarse con una quitanieves o tener que circular tras ella, hágalo con la mayor precaución: son vehículos pesados que pueden también sufrir imprevistos. Por eso, guarde la distancia de seguridad. Además, no olvide el riesgo que para el vehículo suponen la sal y los líquidos anticongelantes que se van echando sobre el asfalto.
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CON LAS PLACAS DE HIELO, lo mejor es no correr riesgos y evitar cualquier superficie helada. Recuerde que estas placas suelen formarse en zonas de sombra, con alta humedad o con orientación norte.
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SI CONDUCE UNA MOTO, y le sorprende una nevada o no tiene más remedio que conducir sobre nieve, hágalo a muy poca velocidad y ponga mucha distancia delante, detrás y en los lados con cualquier obstáculo. Use sobre todo el freno trasero y procure seguir las roderas de los vehículos que le preceden. Y en cuanto pueda, refúgiese del frío.
Viajar en invierno obliga a pensar en el calzado de nuestro vehículo: habrá ocasiones en que deba circular por vías donde es obligatorio el uso de cadenas. Sin embargo, existen diferentes opciones y cada una tiene ventajas y desventajas.
CADENAS. Pueden ser metálicas o de tela. Con las primeras se recomienda no circular a más de 30 km/h, con las segundas el máximo es 50. Lo importante es saber colocarlas: siempre en el eje motriz -el delantero si su vehículo tiene tracción a las cuatro ruedas-.
NEUMÁTICOS DE INVIERNO. Su uso está previsto para temperaturas inferiores a 7ºC. Deben estar marcadas con las letras M+S, el dibujo de una montaña de tres picos o 3PMSF. Sólo en estos dos últimos casos permiten circular sin cadenas en caso de ser obligatorio su uso.
NEUMÁTICOS TODO TIEMPO. Como indica su nombre son neumáticos que pueden utilizarse con cualquier temperatura y en cualquier estación del año (también se conocen como “all season”). Tienen unas prestaciones que los equiparan a los neumáticos de invierno para temperaturas frías y carreteras con nieve, y a los de verano en las épocas con temperaturas más altas. La pega es que pueden sufrir un mayor desgaste.