Al trabajo compartiendo coche
- El 70% de los europeos va al trabajo en coche. Sólo el 3% comparte vehículo.
30 abril 2024
La necesidad de disfrutar de una movilidad más sostenible ha llevado a impulsar iniciativas que siempre habían estado ahí, como es compartir el vehículo particular. En esta ocasión se trata de potenciarlo para desplazarse a los centros de trabajo. Para aprovechar esta ventana de oportunidad, las compañías, las universidades y las administraciones se han propuesto ofrecer a los ciudadanos plataformas on line y aplicaciones móviles que faciliten el contacto entre aquellos que ofrecen su coche y los que están dispuestos a viajar juntos en él.
Hoy son muchos los trabajadores que acuden a sus puestos en un coche particular que solamente ocupa una persona: “La ocupación media de los vehículos en trayectos de media y larga distancia es de 1,7 personas por coche. Y es todavía menor si hablamos de movilidad en entorno urbano y trayectos cotidianos: 1,08 personas por coche de media”, cuenta Florent Bannsarthmam, jefe de operaciones en España y Portugal de BlaBlaCar.
Un reto pendiente. Compartir coche para realizar trayectos comunes se conoce por el término inglés “carpooling” y no es algo nuevo. En España millones de trayectos de media y larga distancia se han realizado de este modo a lo largo de los últimos años, gracias a aplicaciones y plataformas de contacto de viajeros.
“La diferencia entre el carpooling de larga distancia y el de corta distancia no es sólo la longitud del trayecto. En el carpooling de corta distancia se busca una periodicidad mucho más grande que un viaje esporádico. El objetivo principal de esta modalidad de desplazamiento es reducir el impacto medioambiental, pero además tiene un efecto social positivo para los empleados, que tendrían incentivos directos. Y hay también un impacto que afecta a las infraestructuras, al reducir la presión sobre ellas, porque hay muchas empresas que no están bien conectadas”, asegura Alfredo Peraita, product development de Kinto.
En 2019 la DGT y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) publicaron “La movilidad al trabajo: un reto pendiente”. Este estudio insistía en la necesidad de adoptar medidas para reducir las consecuencias negativas del actual modelo de movilidad: congestiones de tráfico; mayor dificultad para la conciliación familiar por el tiempo destinado al desplazamiento; el ruido, las emisiones, el consumo de energía, etc., y especialmente los siniestros viales in itinere, para ir y volver del trabajo.
Además, se abogaba por la implicación de todos los actores económicos, administraciones, empresas, sindicatos, y los propios trabajadores en la organización de los desplazamientos al lugar de trabajo. Se apostaba por avanzar en la implantación de Planes de Transporte al Trabajo para garantizar el derecho a una movilidad sostenible para todos los trabajadores. Esta idea se ve reflejada también en el borrador de la nueva Ley de Movilidad, que fija exigencias a empresas de más de 500 empleados.
Algunos centros de trabajo, públicos y privados, ya se han adelantado y otros están trabajando activamente en facilitar el carpooling al trabajo, en España y en toda Europa: “BlaBlaCar Daily en Francia casi ha duplicado el número de viajes entre 2022 (4 millones) y 2023 (7 millones). En España, incluso sin plataforma específica los viajes por debajo de 75 km han crecido un 20% en 2023, y hoy los viajes en BlaBlaCar para trayectos de corta distancia y por motivos de trabajo ya representan el 15%. El potencial de crecimiento del mercado es todavía muy importante, porque sólo el 3% de los trabajadores comparten coche, aunque el 70% de los europeos afirman trasladarse así al trabajo”, asegura Bannsarthmam.
Para Daniel Martín, mobility sales de Kinto -marca lanzada por Toyota- esta nueva modalidad implica un cambio de hábito en los trabajadores, “y esto se asume mejor si se les ofrecen incentivos como acceso preferente a plaza de aparcamiento, tarjeta de gasolina, recarga en la tarjeta de comedor, etc. Y el centro de trabajo se beneficia de la reducción de su huella de carbono en el transporte, que es una información que también aporta la aplicación móvil de carpooling. Lo fundamental es que la empresa crea en ello y se implique”.
Desde BlaBlaCar nos hablan de incentivos económicos directos: “En Francia, las más de 90 administraciones locales que tienen acuerdos con BlaBlaCcar Daily subvencionan la práctica del carpooling y permiten que el conductor pueda recibir, de media, unos 3€ por trayecto, mientras que el pasajero puede usar el servicio de manera completamente gratuita o a un precio muy bajo. La idea es que sea un complemento a la red de transporte público y para cubrir áreas donde no existen alternativas al coche particular”.