Descifrar los siniestros para evitarlos
- Los equipos de ERAT y DIRAT utilizan la tecnología más puntera en reconstrucción de accidentes.
12 junio 2024
Actualmente, la investigación de accidentes en la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC) funciona “por capas”, en forma de estructuras jerarquizadas llamadas UNIS (Unidades de Investigación de Seguridad Vial), que tienen presencia en 15 sectores y 44 subsectores geográficos. El detonante del proceso de investigación es un siniestro vial, y la gravedad del mismo es la que marca qué parte de la estructura debe intervenir. “Tras una llamada de accidente, los primeros que acuden al lugar son los motoristas de la Agrupación. Ellos atienden el siniestro, aseguran la zona y, si se trata de un accidente menor (golpe y heridos leves), se hacen cargo de la toma de datos”, explica el teniente coronel Ignacio Varela, jefe de la Oficina de Transformación Digital y Calidad de Tráfico.
Si al llegar al lugar del siniestro, los motoristas ven que este reviste más importancia, incluso con relevancia penal, avisan a alguno de los 123 Equipos de Investigación de Siniestros Viales (EIS), lo que antes conocíamos como equipos de Atestados. Normalmente, son ya siniestros con relevancia penal o cierto grado de complejidad, con heridos graves o muertos, posibilidad de delito, fuga, falta de de documentación por una de las partes, etcétera.
EPRAT, alta investigación in situ
Los EIS, formados específicamente en la rama de Atestados, realizan el informe oficial recabando la información básica (lugar, implicados, testimonios...), además de las circunstancias observables, posible secuencia de los hechos, etc. El documento que elaboran tendrá gran repercusión en la depuración de responsabilidades derivada del siniestro. Además, los EIS también pueden realizar análisis de accidentalidad, controles de alcohol y otras drogas o vigilancia de carreteras.
Cuando el siniestro vial presenta una especial gravedad o complejidad, con varios vehículos implicados, atropellos, varios fallecidos, etcétera, intervienen los EPRAT (Equipos Periféricos de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico), grupos especializados de reciente creación formados por 3 componentes (1 cabo y 2 guardias civiles) que operan en 15 sectores y subsectores geográficos. Todos los miembros de los EPRAT han realizado, aparte de la especialización en Atestados, el Curso de Experto en Reconstrucción de Accidentes en la Escuela de Tráfico de Mérida. Además, se les está dotando de material técnico de mayor calado que el que tienen los EIS, especialmente en lo referente a programas de simulación de accidentes.
Los EPRAT pueden intervenir en primera instancia o con posterioridad, y su principal labor es complementar, gracias a su conocimiento técnico y la tecnología con la que cuentan, las diligencias instruidas por los EIS, asumiendo además los requerimientos de las instancias judiciales. “Lo que se pretende es que las investigaciones sean mucho más detalladas, que los jueces tengan más información para que puedan determinar las responsabilidades penales y civiles”, explica el capitán José Carlos Muñoz, capitán jefe del ERAT.
Los EPRAT han surgido de la necesidad de contar con personal especializado en el terreno, ya que los grupos más avanzados de la ATGC en reconstrucción de accidentes, el ERAT (Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico), y el DIRAT (Departamento de Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico), están asentados, respectivamente, en Madrid y Mérida, y su capacidad para moverse geográficamente es más limitada.
ERAT y DIRAT, la élite
Tanto el ERAT como el DIRAT, realizan una tutorización/supervisión de todos los informes que realizan los EPRAT, por lo que puede decirse que todos los accidentes complejos que se envían a los juzgados pasan por sus manos. Si hasta ahora estos equipos resolvían entre 30 y 35 accidentes de tráfico al año, con la llegada de los EPRAT y la agilización en la toma de datos técnicos, aumentarán tanto el número de siniestros que supervisan como la precisión y calidad de los informes, ya que llegar antes al lugar de los hechos permite recoger ‘huellas’ más vivas.
¿Y cuáles son los datos más importantes en la investigación de un siniestro? En primer lugar, los factores que intervienen: la vía, los vehículos y las personas implicadas. Se inspeccionan señalización, geometría, pendiente, peralte, rampa, cuneta, visibilidad, etc. En cuanto a los vehículos, se anota su posición tras la colisión, la huella que han dejado o los restos que hayan quedado tirados. También se inspeccionan los vehículos para comprobar, entre otras cosas, el estado de los elementos de seguridad pasiva y activa (cinturones de seguridad, airbags, etc.) y las deformaciones. Por último, los investigadores abordan el ‘factor humano’: lesiones y condiciones psicofísicas en las que se encontraban las personas implicadas. Así, con las mediciones y los programas informáticos adecuados (especialmente el Virtual Crash) logran reconstruir el siniestro y averiguar las causas.
Detrás de cada investigación, hay un fin último: “Prevenir otros accidentes. Y si las circunstancias son evitables, informar a la administración competente para que no vuelva a ocurrir”, finaliza el capitán Muñoz.