
Pasajeros de cuatro patas
- En EE.UU. de 300 productos testados como dispositivos de retención, sólo 15 han superado las pruebas.
03 abril 2025
La ley de bienestar animal aprobada en 2023 debería haber cambiado la forma en la que nuestras mascotas viajan en el coche. Esta norma establecía que en nuestros viajes no sólo había que garantizar el bienestar del animal, sino también su seguridad. “Se pasaba toda esa responsabilidad al propietario, pero sin darle ninguna pista sobre cómo conseguirlo”, asegura Josep María Vallès, presidente de la Fundación Smart Baby. Un dilema sin aparente solución, habida cuenta de que dos años después de la aprobación de esta ley aún no existe una homologación que acredite que los productos vendidos como sistemas para que las mascotas viajen seguras son realmente eficaces.
A miles de kilómetros, Lindsay Wolko, fundadora del Center for Pets Safety, se enfrenta en EE.UU. al mismo problema. Para ofrecer soluciones, desde 2011 la organización que dirige ha realizado pruebas, crash test incluidos, a los 300 productos vendidos en su país como dispositivos de retención y seguridad canina. Sólo 15 han superado las pruebas. “Este sector está poco regulado y tiene escasa o nula supervisión. Ese es el reto, concienciar a los dueños de mascotas de que los productos que están en los estantes de las tiendas pueden no ser seguros a pesar de afirmar lo contrario”, explica Lindsay Wolko a la televisión estadounidense.
Inspiración SRI. Mientras, en Europa, algunas marcas han recogido el testigo de la seguridad vial y los pasajeros de cuatro patas. La mayoría poseen un amplio bagaje como especialistas en Sistemas de Retención Infantil (SRI) e intentan trasladar todo lo aprendido en la evolución del mundo de las sillitas infantiles para aplicarlo al universo de los animales de compañía, hasta que llegue una normativa que regule estos productos. “El registro, tipificación y análisis de los siniestros y el desarrollo y evolución de los dummies infantiles logró una normativa más segura para los niños. Con las mascotas acabará sucediendo algo parecido”, asegura Vallès.
Sergio Gascó, inventor de uno de los Sistemas de Retención Canina testados en laboratorio y especialista en el transporte seguro de mascotas, confirma esta idea: “Los dueños se interesan cada vez más por el tema y están apareciendo empresas que vienen del sector de los SRI que se toman la seguridad muy en serio, lo cual es bueno. En cuanto al diseño de los dummies de mascotas, también está evolucionando. Hasta ahora en los estudios que yo mismo he realizado en la Universidad de Zaragoza se han usado los modelos ya existentes, pero este año quiero poner en marcha el uso de un dummy con un acelerómetro en su interior, entre otras opciones, para mejorar la calidad de la recogida de datos. Vamos poco a poco”.
El mal menor. Aunque todavía no existe nada estandarizado, ni mucho menos homologado, sí se pueden dar una serie de consejos que contribuyan a que nuestra mascota viaje más segura. El primero de ellos, el más obvio, y también el más importante, es que nuestro animal de compañía nunca vaya suelto en el vehículo, aunque viaje en el maletero. Recordemos que en un choque frontal a tan sólo 50 km/h su peso se multiplica por 35, lo cual implica que un perro de 20 kilos impactaría sobre los elementos del coche y el resto de pasajeros pesando más de media tonelada.
El segundo consejo es comprar siempre productos que demuestren que han superado pruebas de laboratorio y crash test, aunque la inversión en ellos implique un gasto mayor. Y por último, una vez adquiridos hay que usar estos productos de la forma adecuada. Para ello debemos tener claro dónde debe ir colocada nuestra mascota dentro del coche. Por ejemplo, los perros por encima de los 55 kilos, “en ningún caso es recomendable que viajen en los asientos posteriores del coche porque ni siquiera existe un arnés que sea capaz de retenerlos en su asiento en caso de impacto. Este tipo de perros tiene que ir siempre en el maletero, en un transportín que a su vez debe estar bien asegurado”, explica Gascó.
En el otro extremo, las mascotas de menos de 9 kilos, no pueden ir en los asientos traseros sujetas por un arnés, porque su cuello no soportaría el latigazo cervical en caso de accidente. La opción en su caso es viajar siempre en transportín, colocado en sentido transversal a la marcha. También hay que evitar, si es posible, colocar el transportín en el suelo del coche, entre los asientos delanteros y traseros “porque en caso de impacto frontal, si se rompe, el perro se colará por el hueco que hay debajo del asiento chocando contra la estructura metálica de los asientos y en impactos frontrolaterales esta es la zona más frágil”, asegura Sergio Gascó. Tanto si se coloca en el suelo como en el asiento, siempre debe ir sujeto con un dispositivo que haya superado pruebas de impacto. En resumen, aunque aún queda camino por recorrer, teniendo claras ideas como estas podemos conseguir que las mascotas viajen más seguras.

Qué se puede usar: Transportines
Son un buen sistema siempre que el fabricante se haya preocupado de diseñarlos para resistir la presión del cinturón de seguridad y presente pruebas de que han superado crash test. Ya hay modelos que incluso han sido probados en choques laterales. Estos transportines pueden ser de todo tipo de materiales, desde aluminio hasta espuma viscoelástica. Para que cumplan su función debe ir anclados a la estructura del coche, bien por el cinturón, bien por Isofix o gracias a un sistema de retención que aproveche el Top Tether (el tercer punto de anclaje del sistema Isofix).

Qué se puede usar: Arneses
Los que permiten usar el cinturón de seguridad directamente, sin hebillas o enganches supletorios, han mostrado buenos resultados en los crash test a la hora de impedir que la mascota salga proyectada. Es mejor evitar los supletorios para unir el arnés al cinturón de seguridad. Aunque no es lo ideal, los arneses también pueden ser usados en el maletero si se usan los anclajes Top Tether. Jamás se debe usar un arnés de paseo en el coche.

Lo que NO hay que usar: Asientos para mascotas
En ningún caso son un elemento de seguridad. Sólo se podrían usar si se combinan con el uso de un arnés que haya superado pruebas de crash test, lo cual resulta imposible en los asientos tipo “caja” que impiden que el arnés se abroche al cinturón de seguridad sin necesidad de una extensión de cinturón.

Lo que NO hay que usar: Correas
Da igual que la correa vaya enganchada al reposacabezas o el collar se enganche mediante un supletorio al cinturón, ambos sistemas tienen deficiencias. Los materiales de estos productos, y especialmente sus enganches, no han sido testados para que la mascota supere un siniestro vial. Lo más común es que las anillas no soporten la tensión del impacto y pueden provocar lesiones graves al animal, además de no garantizar su retención durante un impacto.