
Diseñando el transporte para todos
- La igualdad como eje transversal de las políticas de movilidad
03 abril 2025
¿Están las estructuras de transporte adecuadas para satisfacer las necesidades de movimientos diarios de todas las personas por igual? Las instituciones responsables de su diseño y regulación se están aplicando en adoptar políticas para que así sea, con la igualdad como eje transversal. Tanto es así que la Comisión Europea ha escogido el lema “Movilidad para todos” para la Semana Europea de la Movilidad 2025.
Otro ejemplo es el Libro Blanco 'Handbook for equality mainstreaming at DG Move', que presentó la Dirección General de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea en 2024. Una guía que puede servir de referencia para otras instituciones a la hora de incluir la igualdad en todas las fases de la política. El manual, elaborado por el PPMI (Public Policy and Management Institute) y la consultora Ramboll, pretende que la ordenación de los desplazamientos supere la tradicional planificación basada en las necesidades de acceso a los centros de trabajo. Sus recomendaciones parten del análisis de la “movilidad cotidiana”, que incluye todos los desplazamientos de hombres y mujeres a lo largo del día, también los relativos a la “movilidad del cuidado”.
Pero, ¿de qué manera puede conseguirse que la igualdad esté presente en todas las fases de la política como exigen los compromisos establecidos tanto en la Estrategia para la Igualdad de Género 2020-2025, como en la Estrategia sobre Discapacidad 2021-2030?
Nos movemos diferente. Es evidente que cada persona se traslada de un sitio a otro por unos motivos diferentes y sujeta a unos horarios distintos. Para ello elige el medio que más le conviene. Además, la forma de moverse también está determinada por la condición física, el género, los prejuicios, los miedos o incluso los principios con respecto a las obligaciones para con el medio ambiente.
En este sentido, estudios centrados en los desplazamientos de las personas en el ciclo de las 24 horas del día y los siete días de la semana, han permitido establecer diferentes patrones entre hombres y mujeres. (Ver cuadro en destacado 1) Uno de los motivos es que ellas siguen realizando mayoritariamente las tareas de cuidado.
De hecho, informes como el realizado por CIVITAS en 2020, bajo el título 'Gender equality and mobility: mind the gap!' o el 'Informe EIGE' (Instituto Europeo de la Igualdad de Género), entre otros, coinciden en que, a diferencia de la mayoría de los hombres, las mujeres suelen recorrer distancias más cortas; utilizan más el transporte público, realizan más desplazamientos no laborales fuera de las horas punta y se desplazan más en varias ocasiones, porque hacen recados domésticos y acompañan a otros pasajeros (normalmente niños o personas mayores dependientes), además de que suelen ser conductoras más seguras que los hombres.
Por su parte, el informe 'Gender Mainstreaming in the Transport, Health and Environment Pan-European Programme', elaborado por la UNECE (United Nations Economic Commission for Europe) en octubre de 2021, añade que las mujeres también “son más propensas a caminar y a utilizar el transporte público porque estos modos son más cómodos para los viajes cortos. Sin embargo, estos pueden ser problemáticos desde el punto de vista de las infraestructuras y por consideraciones de seguridad, asequibilidad, accesibilidad y disponibilidad de tiempo, entre otras.”
En cuanto al desplazamiento al trabajo, la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas 2021, del INE (Instituto Nacional de Estadística) mostraba que el coche privado es el más utilizado por hombres y mujeres, pero hay diferencias respecto al uso de otros medios. (Ver gráfica superior).
Accesibilidad y Seguridad. Desde la perspectiva inclusiva, conseguir una movilidad cotidiana realmente accesible, asequible y sostenible, debe tener como meta que todos los colectivos perciban los distintos modos de transporte como seguros. Para ello deberían cumplir con principios como ser adecuados para la diversidad de actividades y personas; estar vigilados, cuidados, equipados y señalizados; permitir ver y ser vistos; y estar desarrollados con la participación activa de todos, como se propone en la obra 'Movilidad cotidiana con perspectiva de género', elaborada en 2021 por el Col.lectiu Punt 6, junto a la Secretaría de Transportes y Obras Públicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y CAF Banco de Desarrollo de América Latina.
Para ello la intermodalidad es fundamental, junto con la inclusión de zonas de descanso y espacios para socializar a lo largo de los recorridos, con bancos, baños, fuentes, etc. Los intercambiadores deben ofrecer información diaria clara y visible, con señalización continua para una fácil orientación y las conexiones en ellos deben ser fáciles y rápidas.
Senderos escolares seguros, fomento de la prioridad peatonal, eliminación de barreras al uso de la bicicleta y del transporte público; servicios colectivos seguros y de parada a demanda, son otras de las propuestas.
Participación en el diseño. “La integración de la perspectiva de género en el transporte ejerce efectos positivos: en ámbitos como la inclusión social, las oportunidades de empleo, y la transición ecológica y digital”, aseguraba el Parlamento Europeo en la Resolución sobre la garantía de un transporte europeo que responda a las necesidades de las mujeres, publicado en 2023. En dicho documento se reconoce también la necesidad de que las mujeres intervengan en el diseño y en la prestación de los servicios de transporte.
Actualmente, es significativa la baja representación de las mujeres en el sector de la logística y el transporte, con tan sólo un 21% de empleos en sus manos, y la mayoría de ellos en trabajos de administración. En 2023 en España 281.931 mujeres disponían de un permiso habilitante para transportar personas o mercancías (C o D en todas sus modalidades), frente a los 6.127.567 hombres que disponen de permisos de estas categorías.
Para enfrentar esta realidad, el monográfico 'Perspectiva de Género en el Transporte y la Movilidad' del Observatorio del Transporte y la Logística (OTLE) en mayo de 2024, incide en la idea de fortalecer la participación de las mujeres como objeto y como sujeto de las políticas que regulan ambos sectores.
“Una transición verde justa debe garantizar que los cambios estructurales no profundicen desigualdades preexistentes. Un transporte equitativo permite que todas las personas accedan al empleo, la educación y los servicios esenciales sin barreras. Sin embargo, las deficiencias en movilidad pueden reforzar desigualdades de género, socioeconómicas o de capacidades físicas, restringiendo el acceso al mercado laboral y limitando la autonomía económica de ciertos grupo”, concluye Cecilia Francisco Carcelén, autora principal del 'Libro Blanco para la Inclusión de la Igualdad en la DG Move'.
En 2023 el EIGE eligió el tema de la transición socialmente justa del Pacto Verde Europeo para elaborar su índice de igualdad de género a partir de encuestas. España se situó en cuarta posición (con un índice de 76,4 sobre 100).
En 2023 el colectivo ConBici publicaba 'Movilidad ciclista y género', con unas cifras poco alentadoras: El 9% de las mujeres aseguraba no usar bicicleta por tener personas dependientes a cargo, frente al 3% de los hombres. Además, el 49% de las mujeres no usuarias se refería al acoso vial y sexual como una barrera. Este porcentaje aumentaba en mujeres LGBTI (62%), migradas (58%) y en familias monomarentales (52%). Tanto es así que el 45% de las ciclistas afirmaba haber experimentado acoso verbal o físico.
Por su parte, el 'Barómetro de la Bicicleta 2024', presentado por RedBici.org, refleja que el descenso generalizado en el uso de la bicicleta era más pronunciado en las mujeres, al pasar de un 49,4% de usuarias en 2022 al 39% en 2024, frente al 57,3% de hombres.
Los resultados de un estudio de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (FCAFE) de la Universitat de València, señalan una medida que podría ayudar a revertir esta situación: “Los resultados muestran que la construcción de carriles bici segregados del resto del tráfico no sólo aumenta el uso general de la bicicleta, sino que reduce significativamente la brecha de género en la movilidad ciclista urbana”, explica Maite Pellicer-Chenoll, autora principal del informe. Según los datos recabados, el uso de la bicicleta ha aumentado hasta cinco veces más por parte de las mujeres en algunos tramos en la ciudad de Valencia.