
Rescatar vidas a contrarreloj
- “Es prioritario atender al ocupante herido con seguridad”, Miguel Ángel Muelas, bombero
19 junio 2025
En España hay cerca de 23.000 bomberos profesionales preparados para intervenir allí donde se produce una emergencia. Su trabajo salva muchas vidas cada año. También las de personas que sufren los siniestros viales en ciudades y carreteras.
Asegurar la zona
Tras recibir la alerta por un accidente de tráfico, los bomberos se movilizan y llegan al lugar del siniestro.Sobre el terreno deben actuar con rapidez porque dentro de los coches puede haber personas gravemente heridas a las que se les acaba el tiempo.
En un siniestro, un vehículo puede quedar detenido en todo tipo de posiciones: sobre sus ruedas, en vuelco lateral o total, dependiendo del terreno, de la velocidad de la colisión, de la configuración y tipo vía....Así es el escenario de trabajo de la dotación de bomberos.
“Cada escenario requiere una maniobra en función de la posición del vehículo. En autovías, por ejemplo, son muy frecuentes las salidas de vía y las colisiones contra coches detenidos en el arcén por avería”, explica Miguel Ángel Muelas, suboficial del Consorcio de Bomberos de Toledo (CPEIS).
“El tráfico rodado es uno de los problemas principales, el coche está en medio de la carretera, podemos bajarnos del camión y que nos lleven por delante”, dice Javier Garrido, instructor de Formación de Bomberos de la Comunidad de Madrid, con 21 años de servicio.
En primer lugar, se estabiliza e inmoviliza el vehículo siniestrado, para que no haya peligro de vuelco y que los bomberos puedan trabajar de forma segura alrededor y dentro. Además, se controlan posibles riesgos como los derrames de combustibles o líquidos.
“Hay que pensar antes de actuar, priorizar y neutralizar el problema principal”, afirma Garrido.
Además, los bomberos sitúan su camión en posición defensiva, como parapeto de protección, señalizando el lugar del accidente con los rotativos azules de emergencia (ver infografía).
“Nuestro trabajo es generar un entorno seguro y establecer un acceso a las víctimas lo antes posible. Es prioritario atender al ocupante herido con seguridad”, señala Muelas. Mientras, la Guardia Civil se encarga de balizar la zona, regular el tráfico y calmar la velocidad, para dar seguridad a la circulación y protección a los equipos de emergencia:
“Cuando hay coches accidentados ocupando la calzada intentamos advertir al resto de conductores del riesgo. Los tramos más peligrosos son los de autovías con curvas, los conductores vienen muy rápido y no los ven”, señala Héctor Teixeira, guardia de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.
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Estrategia
Una vez asegurado el entorno, se hace una valoración inicial y se dan los primeros cuidados de urgencia a los heridos. El ojo experto del bombero identifica al instante la gravedad del siniestro: el frontal está hundido más de 40 centímetros de profundidad, el lateral más de 25 centímetros. Es un gran impacto:
“La estructura del vehículo te dice cómo ha sido el impacto. Y también contra qué ha golpeado, no es lo mismo contra un muro de hormigón que contra otro coche. El muro te devuelve la energía, los coches la absorben”, explica Juan Arnau, bombero cabo del Servicio de Extinción y Salvamento (SEIS) del Ayuntamiento de Murcia, con 38 años de experiencia en todo tipo de intervenciones.
El equipo de bomberos trabaja coordinado con el personal sanitario: enfermeros y médicos dan la situación clínica a los bomberos; una valoración del estado de los heridos.
“Una persona atrapada en un coche no puede salir por sus medios. Puede que no tenga lesiones y que la posición del vehículo- un vuelco lateral- le impida salir, pero generalmente no pueden a causa del dolor por las lesiones que sufren”, explica Muelas. Inmediatamente la dotación decide el plan de excarcelación: identifican las partes del coche que hay que cortar y quitar y la vía de extracción de los ocupantes sin causarles más daños, y realizan las maniobras y los cortes necesarios para ampliar el espacio exterior (quitan el techo, los laterales, el pilar entre las ventanillas…) e interior (reposacabezas, asientos, salpicadero…):
“De esta forma podemos acomodarnos para atender al accidentado y preparar la vía de salida para evacuar al herido”, dice Arnau. Y por la protección propia y de sanitarios y ocupantes, todos los cortes realizados sobre la estructura del vehículo son cubiertos con mantas o lonas especiales para evitar heridas. “Los cortes no están terminados hasta que no están protegidos. Son como bisturís, pueden herir a todos”, apunta Arnau.
Extracción
Una vez dentro del vehículo, frente a un herido que aparentemente está bien, la incertidumbre sobre su situación sanitaria es lo que más preocupa a un bombero. Moverle de forma no segura puede agravarle aún más posibles lesiones internas.
“La profesión está evolucionando y nuestra formación ha mejorado, somos capaces de identificar estados de pre-shock, hemorragias, lesiones de columna por la ausencia de sensibilidad de cadera para abajo. Pero lo ideal, siempre, es el trabajo de equipo entre los tres cuerpos: la Guardia Civil o los agentes de policía aseguran y canalizan, y los bomberos damos acceso rápido a los sanitarios”, subraya Arnau.
Decisiones vitales
El bombero interpreta las señales que da el herido: hematomas, hemorragias, habla con él si está consciente, le palpa y valora su coherencia cognitiva preguntando por su nombre o el de sus hijos. Todo ello a la mayor velocidad posible. La premisa es: la vida prevalece sobre la función (de las extremidades); y la función sobre la estética.
“Las situaciones de grandes desgarros en las que tenemos que hacer amputaciones para excarcelar a una víctima no se producen con frecuencia, son extremas y muy dramáticas”, añade Juan Arnau.
Habilitada la vía de excarcelación, en la extracción de los ocupantes se utiliza una camilla rígida -llamada tablero espinal- que mantiene la alineación de cabeza, cuello y tronco del herido. Y si es necesario, el personal sanitario coloca además un collarín para el control cervical o un inmovilizador espinal.
Con heridos graves y vidas en riesgo, una excarcelación de emergencia se ejecuta en menos de 3 minutos; si están en situación clínica inestable, en menos de 10; y si su vida no corre peligro, la excarcelación dura máximo 20 minutos.
“Cada intervención es distinta, cada ocupante debe tratarse de forma específica. Con los posibles lesionados medulares, por ejemplo, el plan más rápido no es siempre el mejor. El mejor plan es el que se adecúa a la situación de la víctima. Lo más importante en un rescate es no agravar las lesiones que ya haya sufrido”, indica Miguel Ángel Muelas.
“La excarcelación no es una ciencia exacta, hay factores como el número de víctimas, que un coche quede sobre sus cuatro ruedas o inestable, que sea antiguo o actual, de día o de noche… No hay una receta. No hay dos accidentes iguales”, asegura Javier Garrido.
La colaboración entre policía y cuerpos de emergencias es imprescindible en los rescates en carretera.
“Para que la coordinación sea efectiva todos deben conocer lo que hace y necesita el otro, la dificultad de cada una de las tareas en un rescate. Esta es la clave”, asegura Miguel Ángel Muelas, bombero y presidente de la Asociación de Profesionales de Rescate de Accidentes de Tráfico (APRAT), creada en 2004 para recoger y mejorar las técnicas de excarcelación de víctimas de siniestros viales a través de jornadas técnicas y encuentros entre cuerpos de emergencias.
“Las intervenciones más difíciles son sin sanitarios, porque no sabemos identificar la situación real en la que se encuentra un accidentado grave. Cuando vamos juntos, nosotros hacemos el acceso, ellos entran y estabilizan a la víctima”, señala Juan Arnau, bombero. Asimismo, la intervención de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil permite a las dotaciones de bomberos centrarse en sus tareas de rescate y optimizar los recursos:
“Los guardias aseguran la zona de trabajo y evitan los ´'sobreaccidentes', es decir, que nos lleven por delante mientras trabajamos. Nos dan tranquilidad. Cuando no están, nosotros tenemos que hacer el entorno seguro y derivar medios. El rescate en condiciones ideales es con policía, sanitarios y bomberos”, afirma Arnau.
La evolución tecnológica del automóvil ha obligado a los cuerpos de bomberos a desarrollar nuevas técnicas de trabajo en los rescates en siniestros viales.
Así, las herramientas han evolucionado para cortar las actuales estructuras superreforzadas del habitáculo, fabricadas en aleaciones de acero martensítico o acero a boro de última generación, conocidas por su extrema resistencia y su dureza.
“Hace unos años, el techo colapsaba en un vuelco y se quedaba a la altura de los asientos. Eso ya no ocurre. Ahora cuesta muchísimo más forzar la estructura de un coche. Se han dado casos de partir cuchillas de cizalla al intentar cortar estas aleaciones”, explica Arnau.
De la misma manera, la llegada de coches propulsados con gas, eléctricos e híbridos ha obligado a los cuerpos de bomberos a asumir nuevas formas de actuación en este tipo de intervenciones.
“Los coches eléctricos generan combustiones muy violentas y no las puedes apagar. Es fuego de metales (las baterías son de litio), puedes restarle temperatura, pero no se pueden apagar con agua. De hecho, el agua se descompone en oxígeno e hidrógeno y puede alimentar la combustión. Un coche eléctrico no se apaga hasta que no se consume”, explica Arnau.
“Nuestra formación debe ser lo más completa posible, no hay recetas para solucionar intervenciones. Las nuevas tecnologías de coches eléctricos y de gas son un riesgo más para nosotros”, afirma Javier Garrido, instructor de servicio de Formación de Bomberos de Comunidad de Madrid.
En el 6% de los accidentes con heridos una víctima queda atrapada dentro de su vehículo, según estimaciones de RACE.
Las hojas de rescate -o Ficha de Intervención en Accidentes de Tráfico- proporcionan a los equipos de rescate información sobre dónde cortar un vehículo para sacar a un herido lo más rápido posible, la ubicación del depósito de combustible, las baterías, los airbags, las unidades de control o los generadores de gas de los airbags.
A pesar de que muchos cuerpos de bomberos disponen de aplicaciones móviles de rescate con información completa de cada coche, ellos mismos reconocen que es aconsejable llevar esa hoja de rescate, aunque no sea obligatorio:
“Es recomendable guardar este documento en el parasol dentro del coche. Algunos fabricantes la incluyen en forma de código QR en puntos estratégicos del vehículo”, señala Juan Arnau, bombero del Ayuntamiento de Murcia.
Puede descargar la hoja de rescate para su coche en este enlace.