Historia sobre ruedas
- De 48.000 vehículos históricos registrados antes del nuevo reglamento se ha pasado a 175.753.
18 diciembre 2025
Todo empezó con un viaje a Reino Unido del director general de Tráfico, Pere Navarro, en el que le llamó la atención la numerosa presencia de vehículos históricos en los parkings y las carreteras. En aquel momento en las islas británicas había registrados un millón y medio de estos coches y en nuestro país apenas 48.000. “Comenzó entonces un debate en la Dirección General de Tráfico sobre por qué había una cifra tan baja. Llegamos a la conclusión de que el problema era el Reglamento vigente, de casi 30 años de antigüedad, que conllevaba que el registro de este tipo de vehículos se hiciera a través de un proceso largo, farragoso, complicado y caro. Era el momento de hacer un grupo de trabajo y colaborar con la sociedad civil para poner una solución”, explica el director general, Pere Navarro.
Raúl Aranda, presidente de la Federación Española del Vehículo Antiguo (FEVA) forma parte de esa sociedad civil que colaboró con la DGT y cuyo esfuerzo culminó con la entrada en vigor el 1 de octubre de 2024 del Real Decreto 892/2024: un nuevo reglamento para los vehículos de más de 30 años. “Esta norma es la constatación de que cuando la sociedad se pone en sintonía con la Administración, se pueden hacer cosas muy positivas para todos. Conozco la mayor parte de las reglamentaciones europeas y creo que no se podría haber hecho mejor”, asegura Raúl Aranda.
Las cifras apoyan ese entusiasmo. Que el nuevo procedimiento sea más eficaz y menos complicado ha logrado que las previsiones iniciales de la DGT de llegar a los 120.000 vehículos durante el primer año de aplicación se hayan superado con creces. “El 1 de octubre de 2025 ya habíamos alcanzado los 175.753 vehículos. Todo un éxito que se ha logrado gracias a que el procedimiento se ha convertido en algo sencillo, corto, económico, que incluso se puede hacer por vía telemática”, resume Pere Navarro.

Noche y día. “El Reglamento 147 que estaba en vigor desde 1995 fue muy bueno en su momento porque su objetivo era sacar estos vehículos de los desguaces”, afirma Aranda. Pero, una vez cumplido dicho objetivo, había llegado la hora de evolucionar. Por ello, la nueva normativa pretendía no sólo adecuar la norma a las legislaciones europeas vigentes sino fomentar la restauración y conservación del patrimonio automovilístico español.
“Gracias a este cambio ya tenemos más de 175.000 vehículos que han pasado a un estatus del que ya no van a bajarse. Unos estarán mejor conservados que otros, pero ya habrá alguien que los restaure. Porque sus propietarios sabemos que somos sus dueños, pero también sus custodios, tenemos claro que estos coches nos van a sobrevivir a todos”, asegura el presidente de FEVA.
La diferencia entre ambas normas ha supuesto la noche y el día para estos coleccionistas. Antonio Silva, vicepresidente del Veteran Car Club, ha sido testigo de ello. La asociación de la que forma parte está especializada en coches anteriores a 1940. De hecho, el propio Antonio posee la pieza más antigua del club, un Darracq de 1900. Pero incluso en un sector tan exclusivo como en el que habita el Veteran Car Club el nuevo Reglamento ha supuesto un punto de inflexión.
“El Real Decreto es lo mejor que le ha pasado a la afición. Ha sido una brutalidad el contraste entre lo que había antes y lo que hay ahora. Los trámites son mucho más sencillos y el coste económico, de unos 20 euros. Gracias a ello han aflorado muchísimos coches, inclusive vehículos de antes de la guerra que estaban metidos en garajes y que no se sacaban de allí porque el costo de convertirlos en históricos era de mil y pico euros. Además, rehabilitar las documentaciones de algunos vehículos implicaba un procedimiento bastante complejo. Dentro de nuestro club diría que de 40 a 50 coches nuevos han salido a la luz gracias a este Reglamento”, afirma.

Tareas pendientes. A pesar del optimismo y el compromiso quedan cosas por hacer. Se estima que en España hay un total de 1.170.000 vehículos susceptibles de convertirse en históricos que aún no han sido registrados. Automóviles, furgonetas, motos, autobuses, camiones e incluso tractores que reúnen los requisitos para convertirse en un legado y que urge que se queden en nuestro país porque sigue siendo más sencillo exportarlos y perderlos para siempre que importarlos una vez han sido vendidos a un coleccionista extranjero.
“Sigue habiendo una discriminación importante del movimiento del vehículo histórico en España respecto a otros países de nuestro entorno, en particular en cuanto al tema fiscal, que resulta muy gravoso. La diferencia de importar un vehículo histórico a España comparado con otros países europeos es abismal. Mientras un coleccionista francés paga un 5 % de impuestos, uno español paga un tercio del valor del coche. ¿Tiene algún sentido en un mercado que se supone que es único? El Reglamento explica que estos coches son un patrimonio cultural a preservar para las siguientes generaciones, de hecho, ni siquiera circulan. ¿Qué sentido tiene que estén gravados con los mismos impuestos pensados para el resto de vehículos?", expone Raúl Aranda.

La otra gran deuda pendiente con los históricos es la creación de un Museo Nacional del Automóvil, un espacio donde los vehículos sean el centro y que nos recuerde que el patrimonio de un país no sólo lo constituyen los edificios o los archivos históricos, sino también los objetos que narran la historia de la tecnología y la del día a día de la movilidad. “Hay que devolverle al automóvil parte de lo que nos ha dado, especialmente ahora que se está cerrando el círculo con lo que parece el fin del motor de combustión. Es hora de mirar atrás, ver los coches de nuestra vida y ponerlos en valor para que las generaciones más jóvenes no se pierdan una parte importante de nuestra historia. Estos vehículos te hablan, te cuentan historias, algunos son obras de arte. Merece la pena ser conscientes de ello”, concluye Pere Navarro.
Un vehículo puede ser clasificado como histórico siempre y cuando haya sido fabricado o matriculado por primera vez hace 30 años como mínimo, hayan dejado de producirse sus tipos específicos, esté en su estado original, sin haber sido sometido a ningún cambio fundamental en cuanto a sus características técnicas o componentes principales, y tenga un correcto estado de mantenimiento y conservación. Asimismo, se clasifican como históricos los vehículos incluidos en el Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico español y los declarados bienes de interés cultural, que posean un interés especial por haber pertenecido a alguna personalidad relevante o que hayan intervenido en algún acontecimiento con trascendencia histórica.
Además de la simplificación del procedimiento, el abaratamiento del coste y la menor duración del trámite administrativo, otra de las facilidades dadas al ciudadano con el nuevo Reglamento es que dicho trámite se puede realizar on line, sin tener que acercarse a una Jefatura Provincial de Tráfico. El 30 % de las nuevas matriculaciones de históricos (37.640 expedientes) se han gestionado íntegramente de esta forma, facilitando el proceso tanto para particulares como para profesionales del sector.

• Para vehículos del “grupo A”: se considera de este tipo a los que tienen una antigüedad de más de 30 años, la documentación en vigor y se encuentran en situación de circular como vehículo ordinario. En este caso, basta con solicitar un duplicado del permiso de circulación por cambio de servicio a “histórico”, acompañado de una declaración responsable en la que el titular del vehículo asegura que no tiene modificaciones que afecten a su originalidad y se compromete a hacer un uso ocasional del mismo. El vehículo conserva su matrícula ordinaria.
• Para vehículos del “grupo B”: son los que tienen una antigüedad de más de 30 años pero no poseen su documentación en vigor por estar caducada la ITV, no haber sido matriculados en España (y haber sido importados de otro país para ser matriculados como históricos) y carecer de documentación española. En estas circunstancias el propietario tiene que presentarse en un servicio técnico de vehículos históricos que elaborará un informe, sobre el que la ITV confeccionará una tarjeta ITV, que se presentará en una Jefatura de Tráfico para su matriculación como vehículo histórico.
El compromiso de la DGT con ese retazo de historia sobre ruedas que representan los vehículos históricos llega más allá de la modernización de las normas que los afectan. Una buena muestra es el inventario recopilado por Alfonso Ibáñez Colmenares, jefe provincial de Tráfico de Zamora; Ángel Álvarez Martínez, jefe de Atención al Ciudadano en el Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas, y Francisco de las Alas-Pumariño Linde, actual jefe de la Unidad de Normativa de la DGT. Este documento recoge el estado de conservación y tasa la colección de vehículos históricos que posee la propia DGT. “La idea nació a principios de 2024 por un encargo de Secretaría General y de la Unidad de Normativa. El objetivo era tener un conocimiento más detallado de la colección que permitiese, por una parte, conocer su estado real y, por otro, disponer de información que sirviese para hacer un inventario y valoración, puesto que todos los bienes del Organismo debían estar inventariados y valorados”, explica Alfonso Ibáñez Colmenares.
La investigación supuso un año y medio de esfuerzo y culminó el pasado mes de octubre con la publicación de un libro de más de 300 páginas en el que se analizan los vehículos históricos que pertenecen a la DGT. Piezas como un Mercury Conmute Station Wagon de 1966, que fue el último coche utilizado por los servicios del NO-DO y que estuvo en servicio hasta 1982. Aunque si hay que escoger uno, Ibáñez tiene un claro favorito: un Hispano-Suiza T 30-40 de 1910, único en el mundo, que fue el primer automóvil declarado como Bien de Interés Cultural. “Sólo por ver esa unidad merece la pena ir al Museo de Historia de la Automoción de Salamanca”, asegura Ibañez.
Para este admirador de los coches veteranos poner en valor este patrimonio es importante. “Los vehículos que conserva la DGT son testimonio de la evolución del transporte, la seguridad vial, e incluso, de la propia Administración”, explica.





