Efecto túnel: mirar sin ver
Silvia Fernández20 junio 2023
Cuando se está al volante hay que ‘mimar’ al sentido más valioso para la conducción: la vista. Pero pocos conductores son conscientes de que incrementar la velocidad de la marcha o ingerir alcohol afecta dramáticamente a su capacidad para ver y casi ninguno es capaz de citar el efecto túnel como un factor que afecta a su visión y les pone en peligro. ¿Pero en qué consiste este efecto y cómo se puede evitar?
Qué es el efecto túnel
Se denomina efecto túnel al estrechamiento paulatino del campo de visión que sufre un conductor a medida que aumenta la velocidad de su vehículo o después de haber ingerido alcohol. Este efecto provoca que lo que el sujeto ve con claridad acabe limitado a lo que se encuentra frente a él y conlleva la pérdida del campo de visión de todo lo que sucede en los laterales del vehículo.
El efecto túnel reduce drásticamente la cantidad de estímulos que percibe un conductor, desde las señales de circulación a un ciclista que circula por el arcén de una carretera. La velocidad hace que, simplemente, las imágenes de los objetos que se encuentran en la periferia del campo visual se ‘difuminen’. De hecho, al efecto túnel se le ha bautizado con ese nombre porque reduce tanto el campo de visión del conductor que en la práctica es como si condujera dentro de un túnel oscuro, en el que no percibe nada a los lados, a pesar de estar conduciendo por un espacio abierto y rodeado de señales, otros vehículos e, incluso, peatones.
A mayor velocidad, mayor riesgo
El efecto túnel comienza a ser evidente cuando se circula a 100 km/h y alcanza su punto más crítico a los 140- 150 km/h. Pero no hace falta llegar hasta los 140 km/h para sufrirlo. Se ha comprobado que circular a 130 km/h reduce el ángulo de visión del conductor hasta unos escasos 30º, un déficit que le impide apreciar cualquier peligro que proceda del entorno exterior de la carretera.
El Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía ha calculado cómo afecta la velocidad a nuestra capacidad de visión y estas son sus conclusiones:
Cuando se circula a una velocidad de 35 km/h, el campo de visión normal de un conductor abarca 104º en horizontal y unos 110º en vertical.
Si se aumenta la velocidad hasta los 65 km/h, ese campo de visión se reduce a 70 º. A 100 km/h desciende aún más, hasta los 42º.
Con esta amplitud de campo visual el conductor sólo puede percibir objetos cercanos a la calzada o el carril anexo.
A partir de los 130 km/h se pierde nitidez periférica mientras que el ángulo de visión se ‘cierra’ hasta los 30º.
Conducir bajo los efectos del alcohol también provoca efecto túnel y disminuye la visión periférica. Además, el alcohol no sólo resta campo visual, sino que reduce los reflejos, aumenta el riesgo de cometer errores al volante y hace que el conductor subestime la velocidad a la que se circula, lo que unido a la pérdida de información del efecto túnel incrementa el riesgo de sufrir un accidente.