Cuando mirar no es suficiente
- El 90% de las decisiones que tomamos al volante dependen del estado de nuestra visión
08 octubre 2020
"No lo vi". Esta es la frase más pronunciada tras un accidente de tráfico, según apunta el doctor Andrés Gené, presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de la Comunitat Valenciana e investigador adscrito al INTRAS. Como nuestros ojos son fundamentales cuando nos ponemos al volante, aprovechamos el Día Mundial de la Visión para recordar lo importante que es que los cuidemos.
Visión y vista
El doctor Gené afirma que somos una sociedad fundamentalmente visual, ya que el 80% de la información que recibimos llega a través de nuestros ojos. Es más, añade, cuando vamos conduciendo, el 90% de las decisiones que tomamos dependen directamente del estado de nuestra visión.
En primer lugar, debemos saber que que no es lo mismo vista que visión, apunta Andrés Gené. Vista es lo que una persona ve, aunque no sea consciente de ello. En cambio, visión es cuando percibimos todo de una forma confortable y cómoda. Es decir, una cosa es tener buena vista y otra, tener buena visión.
Cuando vamos al volante, "una baja capacidad visual limita las percepciones, provocando una inadecuada visión de señales y elementos de la vía, distracciones y errores de cálculo en las distancias respecto a otros vehículos", afirma el doctor Gené. En este sentido, subraya que una miopía sin compensar o astigmatismos elevados afectan a la visión de lejos, mientras que una hipermetropía sin corregir puede provocar cansancio visual o somnolencia.
Revisión, una vez al año
Los especialistas recomiendan hacerse una revisión en el óptico-optometrista una vez al año para confirmar que nuestras capacidades visuales son adecuadas. Según Gené, "es fundamental para garantizar la seguridad vial y particularmente importante a medida que se envejece, ya que la visión se deteriora de forma natural con el paso del tiempo". Lamentablemente, añade, hasta el 46% de los conductores no se revisa la visión de forma anual, "lo que conlleva no tener un control ante posibles cambios de su agudeza visual u otras capacidades visuales que puedan afectar a la seguridad vial".
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Ver y ser visto. Es la primera premisa para todo conductor y ayuda mucho llevar bien limpios los parabrisas. Según los expertos, solo el 25% de los conductores se siente cómodo en condiciones de visibilidad reducida.
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Conducir con confort. Si se necesita, llevar unas gafas o lentes con una graduación adecuada para poder conducir con comodidad.
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Parpadear con cierta frecuencia. De esta forma, lubricamos los ojos. Cuanta más atención requiere una tarea, como es la conducción, menos parpadeamos y, al lubricar menos el ojo, se altera nuestra capacidad visual percibida y también pueden aparecer picor o escozor ocular.
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Protegerse de los deslumbramientos. Se pueden prevenir con unas buenas gafas de sol. Durante el día, también es importante tener cuidado al entrar o salir de un túnel porque podemos tardar en recuperar una visión óptima. Las personas mayores pueden tardar más en reaccionar.
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Adecuar la velocidad al entorno y al campo visual. A más velocidad percibimos menos de lo que nos rodea porque se reduce el campo visual (el llamado efecto túnel). A medida que envejecemos, es importante adaptar la conducción a nuestras capacidades físicas. Por eso, lo aconsejable es reducir la velocidad y restringir la conducción a entornos conocidos y luminosos. Un dato: a más del 40% de los conductores no les resulta seguro conducir de noche debido a la pérdida o disminución de su capacidad visual.
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Hacer descansos periódicos e hidratarse. Cuando realizamos una tarea monótona mucho tiempo seguido, podemos ver (tener vista), pero no procesamos correctamente lo que vemos (tener buena visión). Por eso, los descansos periódicos nos ayudan a mejorar nuestra atención visual.
Según el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España (CNOO), 1 de cada 3 personas no revisa su visión de forma periódica. Un mal dato ya que los datos apuntan a que el 67% de la ciudadanía española tiene alguna deficiencia visual reconocida (podría ser mayor si se hicieran más revisiones periódicas).
Con una simple revisión, se puede determinar si alguien padece algún defecto refractivo (miopía, hipermetropía o astifmatismo) y necesita compensarlo, aunque también se pueden detectar indicios de anomalías más graves (cataras, retinopatía diabética, glaucoma o degeneración macular asociada a la edad -DMAE-).
Juan Carlos Martínez Moral, decano del CNOO, recuerda que "la mitad de los casos de pérdida visual se pueden prevenir con una detección temprana y el tratamiento correcto”.
Iniciativa global "Visión 2020"
La Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB, por sus siglas en inglés), que firmó en 1999, junto con otras 20 organizaciones internacionales no gubernamentales, un acuerdo de colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para promover la iniciativa global ‘VISION 2020: The Right to Sight’ (derecho a la visión) con el objetivo de “eliminar las principales causas de ceguera evitable y tratable para el año 2020”, como lo define esta entidad.
Según la OMS, alrededor de 1.300 millones de personas en el mundo viven con alguna deficiencia visual que podría haberse evitado o que aún no se ha abordado.