Conducir con anorexia y bulimia
- Los Trastornos de Conducta Alimentaria pueden dificultar una conducción segura
19 marzo 2024
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) afectan tanto a la salud física como a la mental. Los más conocidos, la anorexia y la bulimia, presentan a nivel cognitivo una alteración de la percepción del peso y la silueta corporales, así como una exageración de la importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
Según el DSM-V (Manual Diagnóstico de las Enfermedades Mentales de la American Psychiatric Association), las personas con anorexia nerviosa presentan una restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades de la vida diaria, que conduce generalmente a un peso corporal significativamente bajo para la edad, sexo, etapa de desarrollo y salud física del paciente.
Por otro lado, la bulimia nerviosa se caracteriza por episodios recurrentes de atracones, en los que se ingiere una gran cantidad de alimentos en poco tiempo, acompañados de una sensación de falta de control sobre lo que se come (la sensación de que no se puede dejar de comer o limitar la cantidad de lo que se ingiere). A su vez presentan conductas compensatorias inadecuadas para prevenir el aumento de peso, como el vómito autoinducido; uso indebido de laxantes, diuréticos u otros medicamentos; ayuno o ejercicio excesivo.
Además de la anorexia y la bulimia, encontramos otros TCA como el trastorno por atracones, la pica (ingerir sustancias no nutritivas como papel o barro) o el trastorno de rumiación (regurgitaciones repetidas de alimento).
Riesgos AL CONDUCIR. Las personas con TCA pueden presentar ciertos riesgos para la conducción debido tanto por sus patológicos hábitos de alimentación, como por la posible toma de medicamentos. Todo ello puede afectar a las condiciones psicofísicas necesarias para conducir.
De hecho, en los casos de anorexia que concurre con ayuno pueden aparecer niveles bajos de azúcar en la sangre y/o niveles bajos de presión arterial, y desequilibrios hidroelectrolíticos, que comprometen una conducción segura.
En este sentido, mientras conducen se pueden sentir cansados, mareados, confusos, con poca fuerza, lo que dificulta las capacidades básicas de la conducción tales como: la concentración, la coordinación bimanual visomotora, los procesos atencionales, el tiempo de reacción y las funciones ejecutivas. En casos de desnutrición más graves, las personas pueden sufrir desmayo o pérdida de conciencia, un gran riesgo cuando se está conduciendo porque esto supondría la pérdida total del control del vehículo.
Por otro lado, en las personas con bulimia uno de los problemas puede ser la ingesta de comida sin control mientras conducen. Esta situación puede provocar distracciones, por ejemplo, al coger los alimentos teniendo que soltar el volante. Además, si la ingesta de alimentos ha sido copiosa y basada en carbohidratos puede provocar somnolencia y aumentar el peligro de provocar un accidente.
Con medicación. La preocupación constante por la dieta, el conteo de calorías y la planificación de comidas podría limitar la capacidad para realizar una gestión eficaz de los recursos atencionales implicados en la conducción y mantener un nivel de alerta adecuado según la demanda de la situación y teniendo en cuenta todos los factores de la vía, del vehículo y del resto de usuarios.
También es necesario tener en cuenta los riesgos viales derivados de la toma de medicamentos para tratar su trastorno, por ejemplo, ansiolíticos y/o antidepresivos. Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, los efectos adversos de estos medicamentos en la conducción se relacionan con la reducción de reflejos, somnolencia, y mareos entre otros. En estos casos es necesario informar a su médico y tomar las debidas precauciones al volante.
En conclusión, es relevante conocer los potenciales riesgos que pueden tener las personas TCA en la conducción para la prevención de accidentes y mejora de su seguridad en la carretera y también la de los demás.
• La presencia de pensamientos obsesivos sobre la comida,
el peso y la imagen corporal pueden distraer y reducir los procesos perceptivos y atencionales requeridos en una conducción segura.
• Este trastorno suele relacionarse con síntomas de ansiedad e inestabilidad emocional que pueden interferir en el funcionamiento ejecutivo necesario para conducir: Puede comprometer la capacidad para tomar decisiones en situaciones de emergencia, en la planificación de maniobras complejas o anticipación de las consecuencias de sus propias acciones y las de los demás, así como en la habilidad motora a nivel general.
- Tomar conciencia de los riesgos. Es importante que conozcan las dificultades que pueden encontrar en la capacidad de conducción debido a su trastorno, para así poder prevenirlas. Es fundamental mantener unas condiciones psicofísicas adecuadas para optimizar la seguridad vial y unos valores nutricionales que favorezcan una conducción segura.
- Conocer los posibles efectos de la medicación. De este modo podrán saber si sus capacidades para una conducción segura pueden verse afectadas, teniendo en cuenta que en la situación actual existen limitaciones para la conducción por este motivo.
En el caso de que los medicamentos tuvieran efectos adversos se aconseja el asesoramiento de un facultativo que valore el caso de una forma adecuada y extremar las precauciones al volante.
- Mejorar la gestión emocional al volante y controlar la ansiedad. Para ello es recomendable seguir los siguientes consejos:
- Practicar técnicas de respiración. Contar con estos recursos, como puede ser la respiración diafragmática o respiración cuadrada, ayudarán a reducir la ansiedad antes y durante la conducción.
- Establecer metas alcanzables. Fijar metas realistas y alcanzables para los desplazamientos en vehículo, empezando por trayectos cortos y aumentando gradualmente la distancia.
- Organizar el viaje con antelación para evitar improvisaciones y situaciones estresantes. Por ejemplo, conocer la ruta, posibles paradas de descanso, la situación del tráfico.
- Focalizar la atención en la conducción. Tomar conciencia plena en las exigencias de la conducción puede ayudar a reducir las distracciones debido a pensamientos obsesivos relacionados con la ingesta de alimentos. De este modo, si centran su atención en observar las señales de tráfico, los comportamientos de otros conductores, los sonidos, las maniobras, tendrán un nivel de alerta adecuado y podrán reducir las rumiaciones sobre lo que han comido o van a comer, las calorías que han ingerido o las dietas que deben seguir, entre otras.