Acercar la tecnología, reducir la desigualdad
- Estamos comprobando la necesidad de opciones generalizadas para reducir lo presencial
02 junio 2020
La crisis sanitaria por COVID-19 obligó a cerrar toda clase de establecimientos, incluidas las jefaturas provinciales de tráfico, para tratar de frenar la propagación de los contagios. Para paliar los inconvenientes que estos cierres causaban en los ciudadanos –imposibilidad de renovar los permisos, comunicar los cambios de domicilio, etcétera…– la Dirección General de Tráfico ha abierto nuevos canales de comunicación electrónica para relacionarse con ella. Unos canales que permiten mantener cuestiones esenciales, como es la distancia social de seguridad, evitar una oficinas llenas de personas pendientes de su turno para hacer gestiones, donde siempre será más difícil evitar los contagios.
Así, igual que podemos comprar un pantalón, una bicicleta o ropa deportiva por Internet, gracias a la Sede Electrónica y a la app MiDGT, también podemos comunicarnos con Tráfico para cambiar la dirección de nuestro permiso de conducir o para pagar una multa o una tasa…
Acercar la tecnología al mayor
Y este conectarse a Internet para comprar, conseguir información o obtener cita previa para renovar el permiso de conducir o el DNI, que para los ‘jóvenes’ es un hecho cotidiano y hasta casi obvio y automático, no lo es tanto para otros colectivos, como, por ejemplo, los mayores de cierta edad –en especial a partir de los 65 años– y los ciudadanos con menores niveles de estudio, una brecha digital en la que también podríamos englobar a los ciudadanos que, por razones socio-económicas, no tienen capacidad para acceder a los recursos necesarios, ya sean dispositivos –ordenador, móvil, Tablet…– o conexión…
Como en tantas ocasiones hemos dicho en este Contrapunto, la educación y la formación (no tanto en el ámbito formal, responsabilidad de la instituciones y tejido social en general en el que obviamente se desarrolla) hay que completarla con la solidaridad empresarial, como en los medios de comunicación, y, sobre todo, con la empatía personal hacia quienes nos rodean: familiares mayores, por ejemplo, vecinos, compañeros con otras necesidades laborales sin acceso a esa formación… Sentarse un rato con nuestros padres mayores y enseñarles poco a poco cómo funciona tal portal de información, cómo pagar con el móvil, cómo utilizar el navegador del vehículo, o cómo obtener Cita Previa en la Sede Electrónica de la DGT o en el 060 pueden solucionar su problema puntual y también –y eso es más importante– contribuir a reducir esta desigualdad.