Incorporaciones: cosa de dos
- Si es necesario, debe ceder el paso y detenerse siempre al principio del carril de aceleración
14 enero 2014
Entrar y salir de una autovía o autopista es una maniobra que -como adelantar o girar- implica un cambio de la posición del vehículo en la vía. Por tanto, antes de ejecutarla es necesario preguntarse: ¿dónde se encuentran los demás vehículos?
En autopistas y autovías, al encarar un carril de aceleración, el conductor debe coordinar varias acciones en pocos segundos: observar por los retrovisores la posición y la velocidad de los vehículos que circulan por la autovía, que tienen prioridad; y si la incorporación es posible, señalizar la maniobra y acelerar con marchas cortas para ganar velocidad y desplazarse progresivamente a la izquierda sin incomodar a nadie. En cambio, si no es posible, habrá que ceder el paso e incluso detenerse, si es necesario, al principio del carril, con metros por delante para adquirir una velocidad adecuada y no ser un obstáculo. Y si no ve el ‘hueco’, mejor espere: lanzarse ‘a ciegas’ sería meterse en un verdadero 'callejón sin salida'.
Pero las obligaciones en una incorporación no son exclusivas de los que se incorporan. Los conductores dentro de la vía también deben 'echar una mano' y facilitar la maniobra, dentro de sus posibilidades, desplazándose al carril contiguo previa ojeada al retrovisor. Aunque, en ocasiones, será suficiente con dejar un poco más de espacio libre, delante o detrás. En especial si se trata de vehículos que transportan pasajeros –un autobús por ejemplo–, más lentos, pesados, voluminosos y seguramente, lleno de personas.