A los pedales, control total
- Si se abusa del acelerador, será necesario pisar más veces los otros dos pedales
03 abril 2018
Los pedales del coche son los mandos para controlar el movimiento del vehículo: iniciar la marcha, detenerla, aumentar la velocidad o disminuirla. Si usted sabe utilizarlos correctamente, podrá circular de forma segura y eficiente. Estos son los tres pedales en la conducción de un automóvil con cambio manual:
Acelerador. Regula el paso de carburante a los cilindros para adecuar la potencia del motor. Por tanto, su uso determina el consumo. Y también condiciona el uso de los demás mandos: si se abusa del acelerador, será necesario pisar más veces los otros dos pedales. Así, para manejar el acelerador con eficacia es necesario saber cuándo y cuánto pisarlo. En ocasiones, su ‘no uso’ también es un uso seguro e inteligente: si levanta un poco el pie del acelerador antes de llegar a curvas, retenciones y semáforos en rojo, reducirá el uso del pedal y el consumo de combustible.
Freno. Permite detener el vehículo, adecuar su velocidad y mantener la distancia de seguridad con otros vehículos. Los expertos en conducción subrayan que el freno debe usarse en su justa medida, sin excesos, con suavidad, aplicando la presión necesaria: adquirir ese ‘tacto’ al pisar el pedal es útil en frenadas importantes y para hacer cómoda la marcha a sus pasajeros. Por otra parte, el pedal de freno es actualmente el más asistido por ayudas electrónicas, que actúan tanto si se usa por exceso como por defecto
Embrague. Acopla y desacopla el motor a la caja de velocidades. Se usa para cambiar de marcha, pisándolo hasta el fondo y soltándolo suave y progresivamente. En el manejo del pedal de embrague también es importante dominar el ‘punto de fricción’ –disco de embrague y volante de inercia conectan y se transmite el movimiento– para controlar el vehículo al iniciar la marcha en pendientes ascendentes pronunciadas, en estacionamientos y realizar una conducción cómoda y suave.
Un defecto habitual es no pisar el pedal de embrague a fondo y esto lleva a deteriorar el sistema de cambio de marcha. A veces, sucede por no colocar correctamente el asiento del conductor. Para ello, busque su separación óptima respecto al volante y los pedales. La banqueta debe quedar a una distancia que permita maniobrar con comodidad. Un truco: con el pedal pisado a fondo, la pierna izquierda debe quedar ligeramente flexionada, no estirada.
El pedal de freno es la forma más segura eficaz y precisa de disminuir la velocidad y detener el vehículo. “En una frenada en condiciones normales no se usa el freno motor, con las ayudas electrónicas las frenadas ya no exigen tanta pericia del conductor. Primero se frena y después se ajusta la relación de marchas a la velocidad. Usar el motor como freno reduciendo a marchas más cortas está en desuso por la conducción eficiente“, explica José María O’Mullony, jefe de la sección de Formación Vial de la DGT. Efectivamente, cada vez que insertamos una marcha gastamos combustible, mientras que si circulamos con una marcha engranada, por encima de las revoluciones de ralentí, sin tocar el acelerador, el gasto en ese momento es nulo. Haga la prueba. Pero hay un caso puntual en el que sí es recomendable ‘ayudar’ al freno de servicio con el ‘freno motor’: en los descensos prolongados una relación de marchas cortas adecuada es clave para retener el vehículo sin abusar del freno.