Neumáticos: presión, la justa

30 septiembre 2019

Ni más ni menos. Presión, la adecuada. Eso es lo que recomiendan los expertos para los neumáticos de nuestro coche. También recuerdan a todos los conductores que la presión de las ruedas depende de cada vehículo y que esta viene fijada por el fabricante del mismo. Podemos encontrar esa información en la documentación del coche, pero también a veces se incluye en las puertas delanteras, en la guantera o en la tapa del combustible.

Unas variables que afectan a la presión de los neumáticos es el peso que lleve el vehículo (si va vacío o cargado). Además, debemos saber que las ruedas delanteras llevan una presión diferente a las traseras.

Tal y como se subraya desde Norauto, la cadena de mantenimiento y equipamiento del automóvil, la presión de los neumáticos es una cuestión importante, ya que afecta tanto a la vida de las ruedas como a la conducción. Por ello, Norauto nos advierte de las consecuencias negativas de no vigilar las ruedas de manera adecuada. 

Peor conducción

Entre otras cosas, una presión incorrecta puede hacer que perdamos el control del vehículo, ya que se altera la estabilidad, la distancia de frenado y también la propia frenada. Además, al absorber peor los baches de la carretera, se reduce el confort.

En el caso de que la presión sea mayor de la recomendada, disminuye el agarre al reducirse la superficie de neumático que está en contacto con el asfalto. Con todo esto, el coche reacciona peor ante los imprevistos y es más difícil llevar a cabo maniobras como giros, cambios de dirección o tomar las curvas.

Menos duración, más combustible

Una presión inadecuada hace que los neumáticos se desgasten más y de manera más irregular, por lo que disminuye su vida útil. El resultado es que los tenemos que cambiar antes.

También aumenta el consumo de combustible, sobre todo cuando la presión está baja, por lo que se genera una mayor contaminación.

Consejos

Puesto que los neumáticos son un actor importante para la conducción, la recomendación es que se compruebe la presión con frecuencia (como mínimo una vez al mes) y siempre antes de emprender un viaje largo. Recordemos que debemos revisar la presión de las ruedas siempre en frío y con el coche completamente estacionado.

Pero, como la tecnología avanza que es una barbaridad, los nuevos vehículos suelen incorporar sistemas que monitorizan la presión de los neumáticos y avisan cuando esta no es la correcta.