Ciencia-ficción para la seguridad vial
- Este nuevo proyecto permite que coche e infraestructura intercambien información en tiempo real
02 diciembre 2019
Llega el vehículo conectado a las ciudades a través del proyecto en el que trabajan SEAT, la Dirección General de Tráfico (DGT), el Ayuntamiento de Barcelona y el Grupo ETRA (Electronic Traffic). Coches y semáforos intercambiando información (distancia y velocidad) para calcular cómo estará la luz, en rojo, ámbar o verde.
El objetivo de todos estos avances tecnológicos no es otro que mejorar la seguridad vial y reducir el número de accidentes y de víctimas del tráfico rodado. “Buscamos un gran impacto en reducción de siniestralidad, en reducción del tráfico y, por lo tanto, una repercusión positiva en el medio ambiente”, ha explicado Jorge Ordás, subdirector de Movilidad y Tecnología de la DGT.
Se trata de trasladar a las pantallas de los vehículos conectados los mensajes de los 2.000 paneles de información variable que existen en España. De esta forma, el conductor tendrá, en su propio coche, información sobre el estado del tráfico y del clima o si hay incidencias por obras, atascos o accidentes. “Lo mismo que antes hacíamos con paneles de mensaje variable en la carretera ahora lo podemos hacer pero en cualquier punto de la vía, directamente al coche”, explicó Ordás.
En el futuro, todos conectados
Esta primera conexión es solo el principio. En un futuro ya no muy lejano, coches, conductores e infraestructuras estarán interconectados, por lo que todos ellos también se convertirán en emisores de información. En palabras del propio Ordás, “cualquiera que sea conocedor de algo que sucede en la vía lo puede compartir, para que el resto de usuarios pueda saber al llegar a un punto qué está sucediendo”.
Y el siguiente paso será el vehículo autónomo. “Hemos empezado con funciones informativas, pero, pensando en el futuro, seremos capaces de actuar directamente sobre el coche en situaciones de riesgo”, aseguró Jordi Caus, responsable de Conceptos de Movilidad Urbana de SEAT.
En primer lugar, el vehículo debe incorporar la tecnología necesaria para conectarse con el entorno y recibir la información que la DGT va subiendo a la nube en tiempo real, a la plataforma DGT 3.0. Cuando el coche se aproxima a un semáforo, el sistema calcula qué color tendrá, dependiendo de la velocidad a la que va el vehículo y la distancia que queda.
El propio Caus explicó como se desarrolla el proceso: “El semáforo envía una señal a la nube de la DGT sobre su estado actual y cuándo va a cambiar y el coche recibe esta información, la interpreta y te avisa con la velocidad a la que estás yendo cómo te lo vas a encontrar. De esta manera, sise va a poner en rojo, te avisa y puedes empezar a frenar antes de llegar”. Es decir, al coche llegarán mensajes como “reduzca la velocidad, el semáforo estará en rojo” o “continúe, puede pasar, estará en verde”. Según explicó Caus,
Un dato muy importante es que el sistema solo funciona si el vehículo circula a la velocidad permitida en la vía. Si no es así, el conductor no recibirá ninguna información. Según apuntó Manuel Valdés, gerente de Movilidad e Infraestructuras del Ayuntamiento de Barcelona, “si se superan los límites de velocidad el sistema se bloquea. Esto es muy importante para la seguridad vial”.