¿Por qué circulamos por la derecha?
- En Madrid, la marcha fue por la izquierda hasta 1924, año en el que se obligó a cambiar el sentido de la circulación
15 julio 2020
El 66% de la población mundial conduce por la derecha. El resto, unos 60 países, lo hacen por la izquierda. España forma parte del primer grupo, aunque no siempre fue así. En los primeros años del siglo XX, por ejemplo, en Barcelona se conducía por la derecha, pero en Madrid se iba por la izquierda. Sin embargo, en 1924 se aprobó una norma que obligó a los conductores madrileños a circular por la derecha.
Por la izquierda
Los indicios que se tienen apuntan a que hubo un tiempo en que se circulaba por la izquierda. Fue así en Roma, tal y como atestiguó un grupo de arqueólogos en 1988 tras descubrir un camino que utilizaron los romanos y comprobar que los surcos encontrados presentaban un mayor desgaste en el lado izquierdo.
Según se explica, es lógico que se circulara por la izquierda, ya que la mayoría de las personas es diestra, por lo que ir por el lado izquierdo permitía a quienes iban a caballo tener libre la mano derecha para defenderse de un posible ataque o saludar a alguien conocido.
Los coches de caballos también circularon por la izquierda. De esta forma, los cocheros podían usar la fusta con la mano derecha, mientras dirigían los caballos con la izquierda.
Llegó el cambio
La Revolución Francesa (1789) y la posterior llegada de Napoleón Bonaparte provocaron muchos cambios en Europa, también en el sentido de la circulación, ya que comenzó a imponerse la marcha por el lado derecho. Algunos dicen que Napoleón lo impuso porque era zurdo; otros porque fue una manera de romper con las normas del Antiguo Régimen. En cualquier caso, la circulación por la derecha comenzó a extenderse por toda Europa.
Los coches Ford
Estados Unidos fue uno de los primeros países que eligió circular por la derecha. Era lo más cómodo para los colonos que iban hacia el oeste, la mayoría diestros, y que conducían carruajes tirados por cuatro o seis caballos. Ya no se necesitaba la mano derecha para llevar una espada y de esta forma se manejaba mejor el carro. No obstante, esta norma cambió con la llegada de los vehículos a motor. Olvidando lo anterior, los fabricantes de los primeros coches no se pusieron de acuerdo sobre dónde situar el volante: unos lo ponían a la derecha, otros en el centro, otros a la izquierda. Esto generó un cierto caos circulatorio y muchos accidentes de tráfico.
Quienes recuperaron la norma de circular por la derecha fueron Henry Ford y el modelo Ford T, un coche con el volante a la izquierda del que se vendieron más de 15 millones de unidades en todo el mundo entre 1908 y 1927. Este automóvil marcó sin duda una época por la forma en la que se fabricaba (la producción en cadena permitió abaratar su precio) y porque situó definitivamente el volante a la izquierda.
En Europa, la normalización llegó tras la II Guerra Mundial. La Convención de Ginebra sobre Circulación Vial de 1949, ratificada por 95 países, obligaba a elegir un sentido de la circulación: “Todos los vehículos que circulen en la misma dirección deberán mantenerse al mismo lado de la carretera; la dirección de la circulación en cada país deberá ser uniforme en todas sus carreteras. Lo anteriormente dispuesto, no impide la aplicación de los reglamentos nacionales relativos a la circulación en dirección única”.
La gran mayoría de los países europeos optaron por circular por la derecha. Gran Bretaña mantuvo la marcha por la izquierda e incluso la importó a muchas de sus colonias. Hoy en día, en grandes países como Australia o India, se sigue circulando por la izquierda.
Durante los primeros años del siglo XX, en España no hubo una norma estatal que regulara el sentido de la circulación. Esta decisión dependía de las autoridades municipales. Por eso, en Barcelona, se circulaba por la derecha, mientras que en Madrid se iba por la izquierda.
El primer Reglamento que se aprobó para regular la circulación de los vehículos a motor es de 1918. En él, se establecía la circulación por la derecha, “excepto en los términos municipales de aquellas ciudades cuyos Ayuntamientos hayan adoptado disposiciones especiales”. En Madrid, se continuó circulando por la izquierda, una costumbre que provocaba muchos accidentes: por un lado, la mayor parte de los coches llevaba el volante a la izquierda; por otra, quienes salían de la capital tenían que cambiar y circular por la derecha.
Ante este caos de tráfico y el aumento imparable del número de coches en la capital, en 1924, el entonces gobernador civil y militar de Madrid, Juan O’Donnell y Vargas, duque de Tetuán, emitió un bando para ordenar definitivamente la circulación en la capital: “Desde el 10 de abril próximo venidero todos los vehículos irán por la derecha de las calzadas, tanto en la calles como en las plazas”.
Desde esa fecha, en España todos circulamos por la derecha, aunque la regulación estatal no llegó hasta la década de los 30.