Evitar que enfríe poco o huela mal
- 21-23 grados es la temperatura óptima para viajar con confort y seguridad
14 julio 2020
Con el verano encima, y con altas temperaturas en general, se hace esencial el uso del aire acondicionado al circular. Así, después de poner el coche a punto tras el obligado largo parón provocado por la crisis sanitaria que hemos atravesado, está la obligada revisión del sistema de climatización para que funcione de manera óptima.
Además, es importante subrayar que conducir con una temperatura adecuada no solo es cuestión de confort, sino también de seguridad. Los expertos indican que un habitáculo muy caliente provoca en el conductor efectos semejantes a conducir borracho, perdiendo capacidad de atención y de reacción. Una temperatura óptima en el habitáculo –en torno a 21-23 grados– permitirá viajar en condiciones, con la vestimenta adecuada y sin la influencia perniciosa de un calor excesivo.
Para asegurarse de que el sistema de aire acondicionado del coche funciona de forma adecuada, enfriando el habitáculo a la temperatura elegida y de forma rápida, es necesario realizar la revisión pertinente cuando comienza el calor y su uso va a ser habitual. Es conveniente hacerlo todos los años, evitará averías que pueden resultar costosas y permitirá que el sistema enfríe en condiciones.
Se pierde el 20%
Para su funcionamiento, el aire acondicionado del vehículo debe estar cargado con el gas específico, el cual es empujado a través de un circuito cerrado por un compresor, enfriando el aire que toma del exterior.
Al circular el aire, al estar encapsulado dentro de un circuito formado por tubos flexibles, se produce una pérdida progresiva de este gas que hay que recuperar para seguir funcionando al máximo rendimiento. A lo largo del año el circuito del aire acondicionado pierde hasta un 20% del gas responsable de enfriar el circuito.
Por ello, cada dos años, como mínimo, hay que recargar el gas del aire acondicionado, aunque, como hemos dicho, conviene revisarlo todos los años. Es recomendable, al utilizar el sistema de climatización durante el invierno, para que no se obstruya, poner en funcionamiento la función del aire acondicionado, siendo además la forma aconsejable para desempañar los cristales.
El sistema de climatización se compone de diferentes elementos, materiales y conductos que dejan numerosos recovecos donde la humedad y la temperatura ayudan a que los patógenos puedan proliferar. Una desinfección profunda permitirá respirar seguros el aire del habitáculo, limpiándolo de bacterias y hongos, pero también de virus como el COVID-19.
EN EL TALLER SI decide llevarlo a un taller para realizar este servicio, allí utilizarán unos limpiadores de aire acondicionado. Los más habituales solo funcionan contra hongos y bacterias, pero hay diferentes productos específicos que se pueden utilizar para una completa desinfección. Uno de los métodos más eficaces es el que combina ozono con elementos detergentes, aunque el ministerio de Sanidad ha aletrado de los tratamientos con este gas. Estos reactivos se inyectan en el circuito, donde se les deja actuar para luego aspirar los restos.
NOSOTROS Lo primero será limpiar los restos de polvo en las salidas de aire, ayudándonos de pinceles para llegar a todos los recovecos. Después deshumedecer el coche, para lo que se activará la calefacción cinco minutos, con el aire acondicionado apagado. Mientras, permanezca fuera del vehículo. Después utilice un producto desinfectante específico para eliminar patógenos. Hay productos enzimáticos cuyo envase dispone de una larga boquilla para poder introducirlo a través de las rendijas del sistema. Active el aire acondicionado al máximo durante cinco minutos, con las ventanillas cerradas, mientras espera fuera del coche. Para terminar, habrá que ventilar bien el coche.
Hay varios síntomas que indican que el aire acondicionado del vehículo no funciona de manera adecuada:
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MAL OLOR.Si al ponerlo en funcionamiento llega al habitáculo mal olor, nos indica que los conductos no están limpios y que hay acumulación de bacterias y hongos.
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POCO CAUDAL. Cuando el caudal del aire que llega al habitáculo es reducido puede ser debido a que el filtro no está limpio y su salida se ve parcialmente obstruida. El filtro del habitáculo es aconsejable cambiarlo cada año o antes de alcanzar los 12.000 km desde su último cambio.
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NO ENFRÍA. El aire que llega del sistema de climatización al interior no es suficientemente frío y la temperatura del habitáculo no desciende adecuadamente. Es indicativo de una avería o simplemente que el circuito necesita una recarga de gas.
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PIERDE GAS. Si el circuito pierde rápidamente la carga de gas, pese a su mantenimiento regular, puede que tenga una fuga. Si no es muy grande, una vez localizada, se podrá eliminar con un tapafugas, para volver a realizar posteriormente la carga. Si la fisura del tubo es grande, habrá que sustituir la pieza.
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HUMEDADES. También puede que el aire acondicionado no funcione en condiciones porque el sistema tenga humedad, o que haya algún elemento como el filtro deshidratante que esté en mal estado.
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RUIDOS. Si es el compresor el que se avería, lo que supone que no emite frío, acompañado normalmente por ruidos en la zona del motor, hay que sustituirlo. Es la avería más costosa.