Frenos ABS y ESP obligatorios
- A pesar de que hasta ahora no es obligatorio, el 87% de los vehículos que se venden en Chile cuentan con ABS de serie
07 octubre 2020
El ABS (Antilock Braking System), o sistema antibloqueo de frenos, lo ofreció por primera vez Mercedes Benz en uno de sus modelos, el "Clase S" de 1978. Desde 2003, en Europa, también en España, es obligatorio que lo equipen todos los vehículos nuevos. Es uno de los sistemas de seguridad activa más importante y su función es evitar que las ruedas se bloqueen en un frenazo y conseguir que el conductor mantenga el control del vehículo. Es decir, mantener la estabilidad del vehículo, incluso en situaciones de frenado de emergencia.
Desde este mes, todos los vehículos nuevos que se homologuen por primera vez en Chile deberán incorporar como elemento de serie obligatorio el sistema antibloqueo de frenos (ABS), elevando las exigencias de los vehículos, mientras para octubre de 2021 será obligatorio de todos los vehículos de pasajeros nuevos que se vendan en este país tener este sistema de seguridad activa. “Para ANAC, esta exigencia es muestra de los permanentes avances en seguridad que ha implementado la industria automotriz internacional, y que se ven reflejados en las exigencias chilenas”, precisó Diego Mendoza, secretario general de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (Anac). A pesar de que hasta ahora no se hace obligatorio, muchos vehículos lo llevan instalado desde hace años. “Hoy, incluso antes de la entrada en vigencia de esta exigencia legal, más del 87% de los vehículos de pasajeros que se venden en Chile cuentan con ABS de fábrica, lo que demuestra el interés de las marcas por ofrecer productos más seguros, más equipados y con mayor tecnología”, dijo Diego Mendoza.
Implantación de ABS en latinoamérica
Mientras en Estados Unidos el ABS se hizo obligatorio en 2001, hasta hace unos años no se ha ido implantando esta norma en la región, empezando el proceso por los países que conforman el bloque Mercosur (Brasil, Argentina y Uruguay en 2014), luego México (2016), Ecuador y Colombia (2017), quedando por ahora sin esta normativa solo Paraguay, Perú, Venezuela y Bolivia.
ESP obligatorio
Pero la obligatoriedad del ABS es solo una parte en la modificación de la norma del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones. En el mismo decreto de 2018 se estableció que en octubre de 2021 comenzará a exigirse la incorporación del Control de Estabilidad (ESP) a los que homologuen por primera vez, quedando desde 2022 todos los vehículos con ESP.
Respecto de este sistema, que se exige de serie en EEUU desde 2011, Alberto Escobar, gerente de movilidad y políticas públicas de Automóvil Club de Chile, comentó al diario La Tercera que “estamos entrando atrasados en la obligatoriedad del ABS, cuando ya deberíamos estar en el ESP, sistema que salva tantas vidas como el cinturón de seguridad”.
Eso sí, el ejecutivo espera que pronto se avance más en la normativa, apostando por sumar nuevas tecnologías de seguridad, entre ellas el frenado autónomo de emergencia que comenzará a regir en Europa. “Chile tiene la tasa de muertos por atropello más alta de la OCDE y estamos atrasados diez años en seguridad vial. Con el ABS se mejora la distancia de frenado, pero siempre queda a merced de la reacción del conductor. Con el frenado autónomo esa variable pasa a ser automática y la cantidad de vidas que se podrían salvar sería muy alta”, cerró Escobar.
El ABS funciona a partir de unos sensores de revoluciones colocados en las ruedas que controlan constantemente la velocidad de las mismas. Si una o varias de las ruedas tiende a bloquearse debido a un frenazo brusco, el ABS reacciona rápidamente, reduciendo la presión de frenado en la rueda o ruedas que lo necesiten, impidiendo que se paren totalmente. Esta regulación electrónica consigue así mejorar la maniobrabilidad y aumentar la estabilidad del coche. Además, y por lo general, reducen la distancia de frenado, sobre todo en el caso de calzadas mojadas, si se compara con las frenadas producidas con las ruedas totalmente bloqueadas.
El objetivo principal de este sistema es reducir la probabilidad de pérdida de control del vehículo en maniobras como la esquiva de un obstáculo o un exceso de velocidad al entrar a una curva, actuando simultáneamente sobre motor y sistema de frenado. El fundamento técnico de funcionamiento del ESP se basa en la predicción de la maniobra que el conductor desea realizar, utilizando el sistema de frenado como herramienta prioritaria para controlar la trayectoria del vehículo. Para ello, un conjunto de sensores embarcados en el automóvil miden el ángulo de giro del volante, la velocidad de rotación de cada rueda, el giro del vehículo en torno a su eje vertical, las aceleraciones longitudinal y lateral, o la presión en el circuito de frenos.
A partir de estas medidas, el sistema compara unas 25 veces por segundo si la trayectoria deseada por el conductor (mediante el ángulo del volante y los sensores de velocidad de cada una de las ruedas) coincide con la trayectoria real del vehículo (mediante el giro del vehículo en torno a su eje vertical y la aceleración lateral). Si existe una desviación significativa entre ambos valores, el sistema estima que existe un riesgo elevado de pérdida de estabilidad en el vehículo, e interviene el ESP.
Para evitar la pérdida de control del vehículo, el sistema reduce primero el par del motor con el fin de estabilizar el auto, actuando sobre la unidad de control del motor. Si eso no es suficiente, actúa sobre el sistema de frenado, regulando de forma individual y selectiva la fuerza aplicada por los frenos a las ruedas. El sistema de control de estabilidad se puede desconectar manualmente pulsando un botón (se enciende un testigo luminoso en el tablero de mandos), aunque el sistema antibloqueo de frenos permanecerá activo en cualquier caso. No obstante, el control de estabilidad debe –salvo casos excepcionales, como circular sobre nieve– estar siempre conectado. No obstante, es importante leer el manual del coche.