Guía para elegir la autoescuela adecuada
- El profesor debe promover la participación activa del alumno en clase, no limitarse a la explicación teórica y seguir su evolución para orientarle.
19 junio 2018
La DGT ha elaborado una Guía para la obtención del permiso de clase B en la que proporciona información a los ciudadanos que les sirva para elegir la autoescuela que mejor pontencie una formación de calidad.
Para ello, ¿qué le debe pedir a su autoescuela?
Una formación de calidad que le permita adquirir los conocimientos necesarios para enfrentarte a los retos de la circulación con seguridad. El principal objetivo de la formación debe ser preparar buenos conductores. De modo que los aspirantes al permiso de conducción, una vez superado el examen, circulen de forma segura, eficiente y responsable.
Para ello es necesaria una formación integral, tanto teórica como práctica, que englobe, al menos:
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Concienciación y seguridad vial.
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Autoevaluación de aptitudes y comportamientos.
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Conocimiento de las normas y señales de circulación.
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Manejo del vehículo.
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Circulación por vías abiertas al tráfico general
Antes de la formación
La escuela debe facilitar, a través de la página web, en formato papel o presencialmente, la siguiente información:
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Horarios.
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Tarifas y lo que incluyen.
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Programa de enseñanza: conocer en qué va a consistir la formación que se va a recibir.
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Contrato de enseñanza: conocimiento de derechos y obligaciones que se asumen por el alumno y por la escuela. Conócelo de antemano para poder leer detenidamente todas las cláusulas, así como exigir una copia del mismo una vez firmado.
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Asesoramiento sobre el tipo de vehículo necesario para conducir con cada clase de permiso.
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Duración de las clases prácticas.
Para complementar esta información puede conocer las estadísticas de resultados de la autoescuela en este enlace de la página web de la DGT.
Formación teórica
Una correcta formación teórica repercutirá en la formación práctica y, por lo tanto, en una conducción más segura. Es importante asistir a las clases teóricas presenciales u online, donde deberá tratar, al menos, los siguientes contenidos en 20 horas de formación:
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La importancia de la seguridad vial y la concienciación.
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Documentación.
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Normas de circulación y alumbrado.
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Señalización.
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Velocidad.
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Conducción preventiva y eficiente.
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Maniobras.
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Mecánica y mantenimiento del vehículo.
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Seguridad activa y pasiva.
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Comportamiento en caso de accidente.
Los horarios de las clases teóricas tienen que estar expuestos en lugar visible, y en ese horario ha de estar disponible un profesor que las imparta, haya alumnos o no. Debe tener a su disposición un calendario con las clases teóricas a las que puedas asistir, junto con el tema que se tratará en dicha clase. Los centros deberán contar con materiales didácticos para el profesor y los alumnos para la impartición de las clases, valorando:
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La disposición de materiales propios adaptados al profesor y a los contenidos que se van a explicar.
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El uso de nuevas tecnologías, en la medida en que faciliten la formación.
El profesor debe promover la participación activa del alumno en clase, no limitarse a la explicación teórica y seguir su evolución para orientarle. Como alumno debe asistir a estas clases para aprender y plantearse los test como una herramienta de autoevaluación. Por eso, lo adecuado es realizarlos una vez que ha recibido la formación.
Formación práctica
Antes de ir a examen debes comprobar si estás preparado. Confía en el profesor para tomar la decisión.
La autoescuela debe facilitarte la programación de las clases prácticas, es decir, qué contenidos se van a dar durante la formación y con qué objetivo.
Cada alumno tiene su nivel previo y su ritmo de aprendizaje. El profesor debe valorar en cada caso la formación necesaria. Desde la DGT recomendamos una duración mínima de las clases prácticas de 45 minutos. Y que se realicen en todo tipo de vías, para enfrentarse a las diferentes dificultades posibles.
Es necesario que las autoescuelas ofrezcan un profesor bien formado, actualizado y con la empatía necesaria para adaptarse a las necesidades de cada alumno. Es importante que se le pueda asignar otro en caso necesario.
El profesor debe seguir la evolución del alumno y debe orientarle en la formación, haciéndole partícipe de su proceso de aprendizaje. Existen aplicaciones para el seguimiento de la formación de alumnos, con acceso a la información tanto para el profesor como para el alumno.
Después del examen
En caso de suspender, pregunte a su profesor en qué ha fallado y cómo mejorarlo. Es importante que las clases que se impartan para el nuevo examen se orienten, fundamentalmente, a las carencias manifestadas en el mismo.