Son pocos, beben mucho y causan mucho daño
- El consumo intensivo, botellón, entre los jóvenes de 12 y 15 años, se ha triplicado desde 2003
16 octubre 2019
Pere Navarro, director general de Tráfico, ha inaugurado una jornada sobre alcohol y conducción, organizada por el Observatorio Nacional de Seguriad Vial de la DGT, recordando que "la DGT ha cumplido los deberes que le marca la Unión Europea que recomienda realizar controles de alcohol a un tercio de los conductores. Sin embargo, la Memoria de la Fiscalía de Seguridad Vial, con datos de 2018, nos hace aterrizar en la realidad de las cifras: 56.000 condenas penales por alcohol en 2018, o el informe de Toxicología, que ha detectado, en los conductores fallecidos e implicados en accidentes de tráfico, a los que se les realizó la autopsia, que un 24% tenían alcohol en sangre". El problema con el alcohol, ha recordado el director, no es solo de España, también de Europa. Y menciona un dato extraído de un informe del ETSC: "Si ningún conductor europeo fuera bebido, se podrían salvar unas 5.200 personas".
El general de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Ramón Rueda, recordó el accidente de tráfico que se produjo este mes de julio en Salamanca. El vehículo en el que viajaban seis jóvenes (un turismo de cinco plazas) se salió de la vía. Murieron cuatro pasajeros (una chica y tres chicos de entre 17 y 20 años). El conductor de 29 años, que dio positivo en alcohol y drogas, sobrevivió al accidente. El general aseguró que se han incrementado el número de controles de alcohol y "no pararemos hasta que todos los conductores pidan al agente que se ahorren la explicación sobre el funcionamiento del etilómetro. No es afán recaudatorio. Un conductor que vaya bebido es sinónimo de tragedia. Y el grado de justicia en la carretera es cero".
Para el Fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, la sociedad debe ser solidaria y para ello hay que establecer normas que regulen la convivencia, "sin estas normas una sociedad no sobreviviría. Debe imperar la legalidad y hacer cumplir la ley, que las normas sean aplicadas". Para el fiscal, las 56.000 condenas penales por alcohol que se produjeron en 2018, "son aplicaciones de la ley que también sirven para disuadir a otros conductores de consumir alcohol al volante".
Álvaro Gómez, director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, moderó dos mesas de debate: una para abordar la magnitud del problema y otra para tratar las consecuencias y posibles soluciones.
La magnitud del problema
El alcohol, según el profesor de nutrición de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Fundación Alimentación Saludable, Jesús Román Martínez, es una cuestión compleja. Tiene un "valor oculto", más allá del nutricional, que está asociado a valores culturales y sociales, que se refieren al tipo de bebida que se consume (los españoles prefieren bebidas fermentadas, como el vino o la cerveza, que se relacionan con las comidas), que establece horarios para consumir esa bebida, etc. Jesús Román denunció especialmente el consumo intensivo que realizan los menores y jóvenes (botellón); la venta de alcohol a menores; unos precios asequibles y la práctica de algunos ayuntamientos creando "botellódromos".
De los jóvenes, entre los 12 y los 15 años, habló Pilar Campos, subdirectora general de Promoción de la Salud y Vigilancia en Salud Pública, del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. En su intervención destacó que el consumo intensivo (lo que se conoce como botellón) se ha triplicado desde 2003. En el grupo de edad de los más jóvenes explicó que no hay diferencias entre hombres y mujeres, "incluso hay más mujeres consumidoras de alcohol". Según Pilar Campos, llama la atención la baja percepción de riesgo: "Sí existe consciencia del peligro respecto al abuso o a un consumo crónico, pero no en el consumo de fin de semana". Y propone regular la venta de alcohol a menores, bajar los límites de alcohol permitidos en la conducción y promover la detección precoz de consumidores de riesgo en la atención primaria.
Paula Márquez, subdirectora adjunta del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, presentó los datos del estudio sobre la Violencia vial realizado por el Observatorio; los resultados de los controles de alcoholemia y las principales cifras de los accidentes de tráfico causados por el alcohol. En 2017 hubo 2.796 accidentes con víctimas (el 11% del total = 26.526 accidentes) y 326 fallecidos (30% de 1.098 víctimas mortales). De esos 326 fallecidos, el 27% con alcohol penal superior a 1,2 g/l en sangre. Además resaltó este dato: de los 326 fallecidos, el 38% fueron terceros, es decir, personas sin responsabilidad en el accidente. "Son pocos, pero beben mucho y hacen mucho daño", resumió Álvaro Gómez, director del Observatorio de Seguridad Vial de la DGT.
El director del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, Antonio Alonso, confirma estas cifras al contrastarlas con los datos del Informe anual de Toxicología: "Al 71% de los fallecidos en accidente de tráfico a los que se les hizo una autopsia se les detectó más de 1,2 g/l en sangre". En este informe se detectó que el consumo de alcohol no es una cuestión solo de jóvenes, sino que afecta especialmente al grupo de edad entre los 25 y 54 años. En cuanto a la evolución anual, Antonio Alonso dice que "se ha detectado un aumento en el consumo de drogas y un descenso en el consumo de alcohol".
Maria José Jiménez, madre de Iván, y miembro de la asociación Stop Accidentes, expuso el relato de la pérdida de su hijo de 15 años, que murió el 9 de diciembre de 2016, cuando esperaba con su padre la llegada de un autobús en una marquesina de la Plaza de Neptuno de Madrid. Un conductor que iba a 135 km/h en una zona limitada a 30 km/h, que dio positivo en alcohol y drogas, que circulaba sin permiso de conducir, conducía un coche robado y que intentó fugarse dos veces -una al cometer el atropello y otra en el hospital, cuando le estaban haciendo unas pruebas médicas-, se abalanzó contra Iván, desplazándole 13 metros solo del golpe. Maria José cuenta la historia de su hijo con la voz desgarrada por el dolor de su muerte, que todavía no ha superado, y con la esperanza de que "no haya más madres de Iván". "Mi hijo no bebía, pero fue suficiente con encontrar a uno que sí bebió esa noche", explica Maria José. "Solo siento odio. Se llevó por delante muchas vidas, las de sus cuatro abuelos, la de su padre, la mía..."
Mª Victoria de la Orden, consejera técnica del departamento de Investigación e Información en el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, fue la primera en abordar esta mesa. Su departamento ha investigado, en el entorno de la salud laboral, la actuación frente a las adicciones estableciendo unos indicadores o factores de riesgo que permiten evitar casos de consumo de alcohol, especialmente entre trabajadores para los que el vehículo es su herramienta de trabajo. Promoviendo entornos saludables en el trabajo, cursos de formación y sensibilización y tratamiento y rehabilitación.
Juan Carlos González Luque, consejero técnico de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, afirmó que el alcohol es la sustancia psicoactiva capaz de mayor daño. Para González Luque, "los hipnosedantes, el cannabis y el consumo social de alcohol son percibidos con factores de bajo riesgo". Además, alertó de otro problema muy preocupante: "El 30% de la población reconoce el policonsumo (consumo de alcohol junto con otras sustancias y drogas de abuso) en el último mes".
Mario Sanz, de la Fiscalía de la Seguridad Vial, explicó el tratamiento penal del alcohol y la conducción, la evolución del castigo penal, y cómo se aplica en la actualidad con la incorporación de la última reforma de marzo de 2019, que incluye penas de cárcel a aquellos conductores que hayan ocasionado el fallecimiento o causado lesiones muy graves a terceros.
El agente Ignacio Varela, de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, y la agente de la Guardia Urbana de Barcelona, Noelia López, relataron el funcionamiento de los controles de alcohol en sus respectivos ámbitos de competencia.
Susana Estévez, vocal asesora del Gabinete de Dirección y Comunicación de la DGT, hizo balance de las campañas de publicidad del organismo y destacó la colaboración de la sociedad civil, haciendo mención especial a la labor de la asociación de víctimas Aspaym y a Cerveceros de España por las campañas "No corras. No bebas. No cambies de ruedas" y "En la carretera cerveza SIN".
Y Javier Villalba, jefe de la Unidad de Ordenación Normativa de la DGT, hizo una comparativa con otros países europeos respecto a la regulación de alcohol y conducción destacando que el modelo español para sancionar estas infracciones, aunque es un sistema muy eficaz, "tiene la dificultad de incluir dos vías, una administrativa y otra penal. Esto no ocurre en otros países, que tienen solo la vía penal". Expuso el ejemplo del sistema británico, donde el límite legal está en 0,8 g/l en sangre (frente al 0,5 g/l español) y, a pesar de esto, registra las tasas más bajas de mortalidad en accidente de tráfico. La explicación, para el jefe de normativa de la DGT, está en el castigo: "La primera vez que resulte sancionado, solo la primera vez, le detraen 11 puntos del permiso y una multa económica de 4.500 euros. Además las compañías aseguradoras son informadas de esta infracción y le repercutirá en el precio del seguro. Si es conductor profesional, también los empleadores tendrán conocimiento de esta infracción. Y si en los próximos diez años vuelve a ser sancionado por alcohol, será considerado reincidente".