Incendios: ¡Ojo con las colillas!
- El 3% de los incendios tiene su origen a colillas abandonadas o arrojadas desde automóviles en marcha, según datos del Ministerio de Medio Ambiente
30 julio 2020
Llega el calor y con él se incrementa el riesgo de incendios forestales. Según datos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco), el 80% de los fuegos fueron intencionados o fruto de algún tipo de negligencia o accidente. El 3% de los incendios forestales tienen su origen último en colillas de cigarrillos abandonadas o arrojadas desde alguno de los millones de vehículos que circulan en esta época del año. Pese al descenso del número de fumadores y a la concienciación de la población sobre los incendios, aún sigue siendo uno de los graves peligros para bosques y campos. Hasta el punto en que esta conducta (arrojar objetos desde los coches en marcha, incluidas colillas de cigarrillos) está castigada con multa de 200 euros y la retirada de 4 puntos del permiso de conducir.
Arrojar basura a las cunetas
Con su campaña "Tirar basuraleza en la carretera nunca lleva a un buen lugar", el proyecto LIBERA, de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes y el apoyo de la DGT, recuerda la importancia de no abandonar basura en las cunetas de las carreteras durante los desplazamientos de este verano. Según un estudio sobre el abandono de residuos en cunetas en EEUU realizado en 2009 (con una muestra de casi 10.000 personas), más del 90% corresponde a restos de pequeño tamaño: 10 centímetros o menos. Esto se debe a que la mayor parte son colillas de cigarro (38%), papel (22%) y plástico (19%). Este estudio identifica como fuente principal de estos residuos: los propios usuarios de las vías de transporte: conductores (en un 53%) y peatones (23%). Sin embargo, existen otros factores como pérdida de cargas en camiones, coches y camionetas, así como elementos desprendidos de los propios vehículos y pérdidas de aceite de motor.
Riesgo de incendio
El fuego es uno de los peligros provocados por los desechos en cunetas: las colillas mal apagadas suponen un riesgo directo de incendio, y los restos de cristales pueden acumular la luz en un punto, provocando un “efecto lupa” que inicie el fuego.
El mejor ejemplo lo tenemos en el incendio del túnel de MontBlanc que tuvo lugar en 1999. En él murieron 39 personas y el túnel permaneció cerrado durante 3 años tras el incidente, con un coste de 150 millones de dólares en reparaciones y más de 800 millones de pérdidas económicas. El origen fue el incendio de un camión debido a una colilla arrojada desde otro vehículo, que prendió el filtro de aire.
En España, las colillas de cigarro mal apagadas se encuentran detrás del 3,25% de los incendios forestales que se dieron en España entre 2004 y 2013, según Reforesta.
El portal de compraventa de vehículos OcasionPlus.com analiza las causas más comunes de los incendios de vehículos:
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Mal estado de la instalación eléctrica. Es la más común. El fallo en el sistema del cableado produce sobrecargas y por tanto, calentamiento en determinadas zonas, que puede llegar a inflamar los materiales combustibles (plásticos, filtros, aislantes, etc.).
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También suponen un gran peligro una batería en mal estado (por corrosión, fuga de ácidos, bornes en mal estado o mal apretados que provocan chispas), o los encendedores y los distintos conectores y cargadores (muchos de ellos de dudosa calidad) que proliferan en el interior de nuestros coches.
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Fugas y pérdidas de los distintos fluidos. En verano, con las altas temperaturas se produce una mayor presencia de gases por evaporación en caso de pérdidas o fugas, por lo que bastará una pequeña chispa para que se genere el fuego. No sólo es inflamable el combustible (más en el caso de la gasolina que el diésel), sino también algunos fluidos hidráulicos (como el líquido de dirección), así como el aceite motor.
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Motor sobrecalentado. Cuando un motor se sobrecalienta puede hacer que el aceite o el líquido refrigerante también se eleve hasta temperaturas peligrosas y comience a derramarse fuera de sus áreas de circulación llegando hasta el sistema de escape u otras partes donde pueden encenderse fácilmente.
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Carga peligrosa. Al margen del mantenimiento del vehículo, los elementos que se transportan en él son una fuente no despreciable de incendios. Por ejemplo, bidones de plástico con combustible u otros líquidos inflamables. También se debe prestar atención a todos los elementos que transportamos y puedan producir efecto lupa bajo el sol del verano como gafas de ver, binoculares, botellas de agua que pueden concentrar el calor del sol en un punto del interior del vehículo e iniciar una combustión.
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Defecto de fabricación. Algunos fallos de fabricantes de coches provocan que se inicie un incendio en el automóvil. Citaremos tres bastante famosos que se produjeron en tres marcas de vehículos premium alemanas: la válvula EGR, los fusibles defectuosos y el líquido de dirección inflamable, ya solucionadas en la actualidad.
El conjunto de componentes que forman el sistema del escape del coche alcanza temperaturas superiores a los 200ºC. El contacto con algún elemento que arda fácilmente, como la hierba seca, puede provocar fuego.
El 95% de los incendios en coches se deben a un mal mantenimiento, por lo que la principal prevención pasa por la puesta a punto y el sentido común. Adquirir un vehículo de segunda mano con garantías, tener el máximo cuidado al transportar mercancías inflamables y revisar las posibles fugas así como acudir al taller si se percibe algún olor de fluidos son tres claves fundamentales.
Con respecto al estacionamiento del coche, se debe intentar aparcar a la sombra y vigilar que no se deja nada en el interior del vehículo que resulte peligroso a los 60 grados que puede alcanzar el interior de un coche al sol.