"El 40% de los accidentes en secundarias son salidas de vía"
- La rehabilitación y el asfaltado de carreteras en zonas interurbanas podría reducir los accidentes con víctimas un 20%
03 abril 2014
Un firme en mal estado de conservación, con baches, roderas o agrietamientos gruesos, supone un problema no solo de comodidad en la circulación, sino también de seguridad para los usuarios, especialmente para los más vulnerables como los motociclistas. Pérdida de adherencia, bajo rozamiento entre neumático y calzada y riesgo extra ante condiciones climáticas adversas son solo algunas de las consecuencias más evidentes.
Numerosos trabajos científicos, como los recogidos por los investigadores Elvik y Vaa (2006), indican que las mejoras en el coeficiente de rozamiento del firme pueden reducir el número de accidentes con víctimas hasta en un 40% cuando la vía está mojada. Otros estudios, recopilados por los mismos autores, estiman que la rehabilitación y reasfaltado de carreteras en zonas interurbanas podría reducir hasta un 20% los accidentes con víctimas y un 5% los accidentes con daños materiales.
Por otra parte, dejando un tanto al margen la seguridad vial, no podemos olvidar que un firme deteriorado obliga inevitablemente a reducir la velocidad de circulación por debajo de lo permitido en una vía. Este hecho repercute negativamente en la competitividad del transporte por carretera, del cual depende buena parte del tejido empresarial y productivo de nuestro país.
En cuanto a los accidentes por salida de vía, son hoy por hoy los más frecuentes. En las vías convencionales –mal llamadas secundarias, ya que cumplen un papel fundamental en la accesibilidad, la generación de oportunidades y la integración de toda la comunidad- este tipo de siniestros supone casi el 40% del total. En estas redes es habitual encontrar tramos con obstáculos en los márgenes como árboles, postes o pendientes muy pronunciadas que no permiten al vehículo recuperar el control cuando se sale de la calzada. Por ello, es necesario garantizar la presencia de una zona despejada de obstáculos o, si esto no es posible, instalar sistemas de contención que garanticen la seguridad de todos los usuarios.
Según los datos de la última auditoría de la Asociación Española de la Carretera, el 42% de las carreteras del país tiene obstáculos en los márgenes de la calzada que no se encuentran debidamente aislados. Además, una de cada cuatro señales de código no garantiza una correcta visibilidad de noche o en condiciones climáticas adversas y el 72% del firme presenta grietas en la rodada.