Conducir tiene muchos matices
- Si aprovechamos bien las muchas ventajas de las nuevas tecnologías de los coches, las posibilidades de un accidente se reducirán drásticamente; si la conducción es demasiado ”alegre” confiando en esas tecnologías, limitaremos sus virtudes “anti-accidentes”
08 febrero 2017
Conducir parece sencillo. A veces, hasta lo hacemos hasta de forma “automática”. Pero no lo es. Tiene muchos matices. No es lo mismo conducir de forma acelerada que no: si pisamos el acelerador consumiremos más combustible, pero también tendremos muchas más probabilidades de provocar un accidente o sufrir un percance que con una conducción sosegada.
Y si corremos, contaminaremos más, o gastaremos más neumáticos, y el motor sufrirá más. Todo más. O, en caso de descuido, una salida de la vía será más complicada de “arreglar” si vamos a una velocidad que a otra. Y cambia también la distancia de frenada, y las posibilidades de morir en caso de colisión...
Si aprovechamos bien las muchas ventajas de las nuevas tecnologías de los coches, las posibilidades de un accidente se reducirán drásticamente; si la conducción es demasiado ”alegre” confiando en esas tecnologías, limitaremos sus virtudes “anti-accidentes”. Hay diferentes formas de conducir. Parece lo mismo, pero no.