Procedimiento sancionador efectivo, resultados visibles
- Los conductores empezaban a sentir que los comportamientos indebidos tenían consecuencias, y además inmediatas
03 diciembre 2019
El permiso por puntos se implantó en España el 1 de julio de 2006. El 1 de noviembre de ese año cientos de denuncias que implicaban pérdida de puntos ya habían tenido lugar. Sin embargo, ni un solo punto se había detraído en el crédito de los conductores. ¿El problema?: un Procedimiento Sancionador largo e ineficiente que impedía cumplir su objetivo: ser corrector de comportamientos. Sanciones impagadas, miles de recursos que cuestionaban la forma pero no el hecho, cientos de notificaciones no entregadas,…
La DGT entiende el problema y decide abordar una profunda reforma del sistema. Sin embargo, tratándose de elementos punitivos, solo el Parlamento y su herramienta de acción (la ley) podrían cambiar las cosas. Se tramita y se aprueba una profunda modificación del procedimiento sancionador tradicional (la Ley 18/2009, de 24 de noviembre) cuyos resultados se hacen rápidamente visibles. Y así, los tiempos medios del procedimiento pasan del año al mes. Las denuncias pagadas, del 50 al 80%. Los recursos, del 50% al 4%. Y el gasto en notificaciones, de 20.000.000 de € a apenas 2.000.000.
El sistema sancionador funcionaba. Los conductores empezaban a sentir que los comportamientos indebidos tenían consecuencias, y además inmediatas; que beber, correr, no utilizar casco y el cinturón tenía respuesta inmediata de la Administración y que, por tanto, hacerlo traía problemas. Dejamos de correr y de beber y nos pusimos casco y cinturón. Y claro, dejamos de matarnos. Tras una década con 5.500 fallecidos cada año, comenzó a descender el número de fallecidos y llegó a menos de 2.000 en 2012. En definitiva, que el sistema de consecuencias por infringir (el procedimiento sancionador) se convertía en serio y riguroso y, por ello, la mejor medida para el conductor era comportarse y cumplir la norma.