Posición correcta en 5 pasos

Siéntese y acerque o aleje el asiento hasta que sus piernas queden ligeramente flexionadas, en una postura cómoda. Esto le permitirá pisar embrague o freno a fondo si hace falta.

En coches con regulador de altura del volante o asiento, evite que sus muslos queden demasiado cerca e interfieran en el giro de la dirección. Después regule el respaldo del asiento (ni lejos, ni cerca, pues impide girar el volante con soltura) y que sus manos puedan acceder cómodamente a los mandos.

Una vez sentado, extienda el brazo por encima del volante. La muñeca, a la altura del reloj, debe descansar en la parte superior. Así, los brazos quedan suficientemente flexionados para conducir con comodidad. La postura correcta de las manos al volante, imaginando que éste es un reloj, sería que ocuparan ‘las diez y diez’. Naturalmente al maniobrar se modificará la postura, pero nunca sujete el volante por debajo ni cruce los brazos.

Sitúelo a 4 centímetros de la cabeza y regule la altura, colocando la parte resistente a la altura de sus ojos. Asegúrese de bloquearlo bien y de abrocharse el cinturón de seguridad o restará eficacia a la acción del reposacabezas.

Antes de arrancar, regule todos los retrovisores (interiores y exteriores) en un terreno llano. Primero, centre el interior con la luna trasera para que ofrezca el mayor campo de visión de forma que, para mirar por él, no necesite mover la cabeza, sino solo desviar ligeramente la mirada. Luego, el derecho e izquierdo se regulan en función del interior: oriéntelos hacia la carrocería y vaya abriéndolos hasta que, cuando un vehículo le adelante, primero lo vea por el espejo interior y, al desaparecer de este, lo haga en el lateral.