Grandes firmas al volante
- Por las páginas de "Tráfico" han pasado Camilo José Cela, José Saramago, Adolfo Marsillach, Francisco Nieva, Espido Freire, Julia Navarro, Muñoz Molina, Buero Vallejo...
09 octubre 2015
Desde el número uno de la revista tuvimos claro que era necesario abrir la revista a otras opiniones, otras formas de ver las cosas, opiniones autorizadas, incluso críticas, firmas que aportaran otro punto de vista sobre la circulación, la siniestralidad en las carreteras, los peatones, los conductores… ¿Quién mejor que los mejores escritores y periodistas de este país? Pues a lo largo de este año nosotros y los lectores han tenido el placer de disfrutar de muchos de los grandes. Alguno, se negó por temas económicos; un filósofo famoso trató de ‘colarnos’ un artículo ya publicado, otros nos hicieron sufrir con unos textos que no llegaban nunca, como Caro Baroja: se perdió su artículo en el correo y ¡volvió a escribirnos otro! Alguno vino a cobrar directamente a cambio de entregar sus textos… Un famoso poeta tuvo un accidente de tráfico. Fuimos a verle al hospital y nos contó su accidente. Y le pedimos una poesía. La escribió, pero perdió nuestra señas y acabó publicándose en un prestigioso diario...
Una pequeña muestra de algunos textos: pasen y lean.
SOLEDAD PUÉRTOLAS. “Como cualquier conductor, me desespero en los atascos y sueño con un lugar en el que no se necesitaran los coches”.
FERNANDO DELGADO. ”Los seres violentos se pasan con frecuencia en coche por las ciudades, ignoran que el automóvil no vuela, pretenden que los demás lo hagan volar por sus prisas y, enfadados, hacen del coche una máquina de estrés”.
CAMILO JOSÉ CELA. “Etapas ni cortas ni largas. Una legua y una hora de descanso. Sobre el terreno, todos estos proyectos son papel mojado y las cosas salen por donde pueden”.
JOSÉ SARAMAGO. “Hace sesenta años que yo debería saber conducir un automóvil. Conocía bien, en aquellos remotos tiempos, el funcionamiento de tan generosas máquinas de trabajo y de peso, desmontaba y montaba motores, limpiaba carburadores, afinaba válvulas, investigaba diferenciales y cajas de cambio”.
ADOLFO MARSILLACH. “Nada. Tú compras el coche con el bidet incorporado, lo pones a mi nombre y luego Dios dirá. A los 30 días mi amiga se fugó con el concesionario de España del modelo objeto de este artículo…”
ANTONIO MUÑOZ MOLINA. “Pertenezco a la última generación española que puede recordar un tiempo en el que los coche aún no dominaban las ciudades”.
FRANCISCO NIEVA. ”Para qué vamos a decir lo contrario, el coche es la libertad del siglo XX, no concibo la libertad sin coche”.
ESPIDO FREIRE. “He renunciado al coche, dependo de los taxistas. Todos me dan la razón, me llaman sensata y prudente y yo me enorgullezco”.
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA. “Al ponernos al volante, pensemos en el valor de la vida, la propia, la ajena sobre todo. Y si hemos bebido, si estamos cansados... no debemos aventurarnos a conducir”.
ALMUDENA GRANDES. “No contábamos con la irreparable imbecilidad de unos padres que al parecer son capaces de arriesgar la vida de sus hijos y la de los demás en aras del dudoso prestigio social expresado por el número de motores de explosión que sea capaz de albergar su garaje, siempre, por supuesto, en relación con el garaje del vecino”.
LUIS CARANDELL. “A diferencia de lo que sucede con el tránsito, el viaje no es ver, sino mirar; no es oir, sino escuchar; no es pasar, sino considerar”.
JULIO CARO BAROJA. “Vivimos en la época de la velocidad con mayúsculas, de tráfago y de tráfico: es un hecho, no es un Bien o un Mal absoluto”.
ARTURO PÉREZ-REVERTE. ”Allí –se refería a Sarajevo– por supuesto, no había direcciones prohibidas, stops, pasos de cebra ni ceda al paso. Pasábamos unos y otros a toda velocidad, quitándonos el miedo, para oir las bombas, con canciones de Sinead O´Connor a toda marcha en el radiocasete de nuestro vehículo”.
JOSÉ LUIS ARANGUREN. “Pensemos en la cantidad de accidentes mortales que se producen cada fin de semana…Es bochornoso que eso ocurra y aunque las causas son varias… creo que se impone una limitación drástica y efectiva de la velocidad máxima”.
JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD. “Debería existir algún sistema idóneo para corregir los desatinos de estos necios competidores del volante”.
JOSÉ ANTONIO MARINA. “La responsabilidad es el gran antídoto para los comportamientos de riesgo, por lo que la educación sirve para prevenir conductas peligrosas en la carretera”.
JOSÉ A. VALLEJO NÁJERA. ”Una buena medida de higiene mental sería la educación cívica del conductor, adiestrarle al buen temple, al respeto a los demás, incluso a la cortesía que mantiene en otras ocasiones y pierde el volante”.